14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

Entre la chanfaina y el chacuatol

León Núñez

Yo tengo un amigo que cuando ya tenía cinco tragos de cususa entre pecho y espalda empezaba a sufrir supuestos trastornos del lenguaje y de la memoria, que el médico de Acoyapa de la época nunca se atrevió diagnosticar.

Había una cantina conocida como “El Patio” con una estridente rokonola que “cantaba” rancheras y boleros de la Sonora Matancera. El cantinero se llamaba Rogelio.

Los tragos se le “notaban” a mi amigo cuando empezaba a llamar Rolegio al cantinero y cuando comenzaba a referirse a Jorge Negrete como el Negro Jorgete, su cantante preferido.

Cuando yo le decía que ya estaba picado, que estaba enredando los nombres, me decía que Rogelio y Rolegio y Jorge Negrete y el Negro Jorgete eran “la misma babosada”.

Estando a “media asta” su conversación favorita estaba relacionada con la política. En un principio yo no entendía sus “análisis” cuando hablaba, por ejemplo, de determinados políticos. Siempre estaba refiriéndose a Anastasio Agüero y a Fernando Somoza.

Con el tiempo entendí que el “simbolismo lingüístico-político” de mi amigo no se debía a ningún desorden neurológico ni a ningún “exceso etílico”; que el “intercambio de nombres y apellidos” respondía a su consideración de que no había diferencia política alguna, por ejemplo, entre Anastasio Somoza y Fernando Agüero porque para él eran “la misma babosada”, o como se decía en el kupiakumi: “Agüero y Somoza: la misma cosa”.

Mi amigo tiene muchos años de vivir en Managua. Lo visité la semana pasada. Tenía más de quince años de no verlo. Ya no bebe guaro. A pesar de su ancianidad lo vi bien. Lúcido. Como siempre, muy conversador.

Hablamos de política y me dijo algo así como que en Nicaragua sigue vigente la tesis de Nietzsche del “eterno retorno de lo igual”; que la historia se repite, como en los tiempos de Agüero y Somoza, y más atrás, como en los tiempos pactistas de Emiliano Somoza y Anastasio Chamorro, y siguió diciéndome que para él en la actualidad “eran la misma babosada” —citó unos pocos nombres— Wilfredo Núñez, Eduardo Castro, Adolfo Cabezas, Emmet Benavides, René Navarro, Edwin Callejas, María Eugenia Palacios, Eduardo Alemán, Lino Pasos Marciaq, Bayardo Aguerri, Omar Jarquín, Luis Lang, José Hernández Trigueros, Arnoldo Montealegre, Alba Sequeira, Luis Castro, Jaime Valle, José Adán Arce, Mario Morales, etc, etc, etc, etc…

Mi amigo lo que me quería decir es que las diferencias “ideológicas y políticas” de muchos personajes políticos, incluso los que supuestamente están en aceras “opuestas” son eminentemente teatrales; que todos son los mismos, y que esas aparentes diferencias hay que ubicarlas en el escenario de un “baile de máscaras” o interpretarlas a través de chanfainas o chacuatoles.

Confieso que no entendí mucho estos dos tipos de interpretación política. La chanfaina es toda una mezcla extraña, con ingredientes diversos, tales como hígado, bofe, corazón, riñones, tripas, sesos, cola, pretina de mondongo, patas —de las que se hace pebre— cachete de chancho… que se puede condimentar con sal, aceite, cebolla, ajo, chiltoma, comino, etc. viniendo a ser estos condimentos el bla, bla, bla, bla político, del que estamos acostumbrados. Bien cocinada la chanfaina, y después recalentada, a veces se vuelve difícil distinguir si estamos comiendo bofe o cachete de chancho. ¿Este ejemplo de chanfaina, como metáfora, se puede aplicar a la política nicaragüense?

El chacuatol, a pesar de que tiene en común con la chanfaina el fenómeno del revoltijo, según el Diccionario del Español en Nicaragua de Francisco Arellano Oviedo, se refiere también a un “desorden de ideas o acciones”. En este caso, nuestra política sería un revoltijo desordenado —habría que ver si hay revoltijos ordenados— de ideas y acciones políticas que solamente los que “viven sirviendo a la patria” pueden entender mejor.

Me despedí de mi amigo sin comprender mucho este tema, pero le prometí que lo estudiaría y que cuando lo volviera a visitar tendría más claro las metáforas de chanfainas y chacuatoles aplicadas a nuestra vida política nacional.

Naturalmente que después de esta visita llegué al conocimiento de que mi amigo no ha padecido nunca ni de trastornos del lenguaje ni de trastornos de la memoria, aunque siga “confundiendo” a Rolegio con Rogelio y al Negro Jorgete con Jorge Negrete.

El autor es jurista y escritor.

Opinión Chacuatol Chanfaina archivo

COMENTARIOS

  1. Arnoldo Ortega
    Hace 10 años

    Alli te va uno para tu Amigo: Arnoldo Ortega.

  2. mac
    Hace 10 años

    Tiene mucha razon en su articulo el Dr León Chamorro.

  3. INDIOPATARRAJADA
    Hace 10 años

    Genial, todos son zorros del mismo pinal. Barriguistas profesionales.

  4. Carlos Eduardo
    Hace 10 años

    Otros más: Daniel Somoza, Daniel Moncada, Rosario Tijeras…… Miguel Agüero.

  5. Dictadura chanfaina
    Hace 10 años

    es por eso que yo le llamo a esta dictadura sandinista, dictadura CHANFAINA, asi de simple y sencillo, salimos de GUATEMALA (SOMOZA) a GUATEPEOR ($andinismo)

  6. RAMON
    Hace 10 años

    El Chacuatol, o la Chanfaina en la politica nicaraguense no es desordenada: es DELIBERADA. Recuerde aquel viejo refrán que dice: En rio revuelto ganancia de pescadores.

  7. Joan Estrada
    Hace 10 años

    Lastima que el fulano de la historia ya no bebe guaro, porque nos perdimos un cientifico del lenguaje y de la politica y lo mejor de la misma region de donde salen las piedras convertidas en cuajadas y quien nos quita el sueño con tantas babosadas..

  8. E. Aguirre
    Hace 10 años

    “Lo encontre’ … Como siempre, muy conversador.” Muy conversador, o muy conservador? 🙂

  9. ANALISTA
    Hace 10 años

    Lo peor de la chanfaina y el chacuatol es que se presentan con el inconfundible sentido de diversión, risa y burla. Hasta cuando, como comentaristas políticos, tendremos seriedad y dejaremos para las paginas de los Domingos las tiras cómicas. Tiene razón su amigo, es la misma baboseada!

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí