Atlético y Barcelona resolvieron su partido en empate, un choque entre dos estilos que terminó en igualdad, con el liderato y el honorífico campeonato de invierno en manos del club azulgrana y con la sensación rojiblanca de poder competir con cualquiera con un sentido colectivo de alta fiabilidad.
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La pizarra apagó el brillo y lucidez de los equipos líderes, reaparecido por momentos en la segunda parte, un duelo más atractivo, con más ambición y más convicción ofensiva, sobre todo del Atlético, y con la aparición de Messi, que sustituyó en el descanso a Iniesta, y de Neymar, en el minuto 67.
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- Barcelona 0
- Atlético M. 0
[/doap_box][doap_box title=”Continúan abrazados” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]
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El Atlético hizo el partido que quería. Defendió con un orden casi insuperable y tuvo opciones para ganar, las mismas que el Barcelona, al que la posesión de la pelota no le bastó para vencer en el Calderón. Le faltó profundidad contra un rival combativo, que convirtió el duelo en un enredo constante para el ataque azulgrana.
Ni la suplencia de Messi y Neymar ni el enérgico inicio del Atlético, que encendió el partido durante los primeros minutos, cambiaron el guión establecido del encuentro. La partida estaba clara, definida desde el vestuario: la fuerza colectiva y el orden rojiblanco contra el futbol, el toque y la posesión azulgrana.
A la fórmula de la Supercopa de España, que le valió al Atlético para competir hasta el último instante con el Barcelona, le añadió algo más. El conjunto madrileño cambió registros durante el duelo. Del repliegue a la presión, de la presión al repliegue, siempre con la ocupación de espacios como una prioridad frente al talento rival.
Porque al Barcelona, más allá de que Messi y Neymar vieran el duelo desde el banquillo al comienzo del choque, le sobra futbol y precisión. Su esencia es esa, la que le conduce en cada envite, la que ayer le dio el control de la pelota y la que el Atlético combatió con líneas juntas, insistencia y contraataques.
El juego tuvo jugadas geniales como las de Arda Turan, pero le faltaron los goles.
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