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Venezuela y Nicaragua, destinos paralelos

Mientras en Nicaragua el mensaje de las encuestas es desfavorable para la oposición y desalentador para la población democrática, en Venezuela es al revés. Allí los resultados de las últimas encuestas indican que las fuerzas democráticas pueden derrotar a Hugo Chávez y su régimen autoritario, en las elecciones del próximo año.

Como se sabe por las publicaciones de LA PRENSA, la última encuesta realizada por la firma independiente M&R Consultores da a Daniel Ortega 56.5 por ciento de intención de voto y a su más cercano perseguidor, Fabio Gadea Mantilla, apenas 14.1 por ciento. Y aunque la encuesta comprueba que el voto sólido de Ortega sigue siendo su histórico 38-40 por ciento, lo cierto es que su ventaja es clarísima.

Pero en Venezuela esta historia es diferente. Hugo Chávez aseguró el jueves de esta semana que ganará la próxima elección con al menos el 60 por ciento de votos y amenazó con seguir detentando el poder hasta el año 2031. Pero la realidad venezolana y la situación personal de Chávez no son tan favorables a él, como el autócrata pretende hacer creer.

En primer lugar, es incierto el futuro de Hugo Chávez por su grave enfermedad y el riguroso tratamiento anticanceroso que le están aplicando, cuyos efectos no es posible prever. Por eso es que el mismo Chávez ha mencionado, aunque tratando de darle un tono de broma, que eventualmente su hermano Adán Coromoto lo podría sustituir como candidato. Además, las últimas encuestas marcan una gran posibilidad de que Chávez pierda la elección del próximo año.

El recién pasado miércoles 27 de julio, se conocieron los resultados de la última encuesta realizada por la prestigiosa firma venezolana independiente, Datanálisis, en los que Chávez obtiene un 32 por ciento de respaldo electoral, en tanto que el principal precandidato opositor, el gobernador del estado de Miranda, Henrique Capriles Radonski, alcanza 31 por ciento. Según explicó el presidente de Datanálisis, José Antonio Gil Yépez, “esa relación de 32 a 31 por ciento se traduce a una diferencia en la intención de voto de entre 50.79 a favor de Chávez y 49.21 por ciento por Capriles, si se excluye la tasa de abstención de 37 por ciento recogida por la última encuesta de la firma, elaborada en junio”. Esa mínima diferencia de apenas 1.58 por ciento está dentro del error muestral, de manera que Chávez y Capriles se encuentran prácticamente empatados. Y hay que señalar también que los números obtenidos por Datanálisis son bastante parecidos a los de otra prestigiosa firma encuestadora venezolana, Alfredo Keller y Asociados, que en su última encuesta pronostica que el candidato de la oposición podría derrotar a Hugo Chávez con el 52 por ciento sobre 49.

De acuerdo con los resultados de la encuesta de Datanálisis, Capriles sería el único candidato de la oposición capaz de derrotar a Chávez en la elección presidencial de 2012. Ninguno de los otros precandidatos opositores tendría esa chance, pues el exalcalde del municipio de El Chacao, Leopoldo López, tiene solo 25 por ciento de intención de voto; el gobernador del estado de Zulia, Pablo Pérez, 18 por ciento; el excandidato presidencial Manuel Rosales, 12 por ciento, y la diputada Corina Machado, 4 por ciento.

Para la oposición venezolana la oportunidad de derrotar a Chávez, o a cualquier otro candidato del chavismo, sería mucho mayor si la alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (que recibió la mayoría de votos en las elecciones parlamentarias del año pasado pero por el mañoso sistema electoral vigente obtuvo menos diputados que el chavismo), logra escoger a un solo candidato presidencial en la elección primaria que debe realizarse el 12 de febrero del año próximo.

Ahora bien, la posibilidad de que la oposición derrote en las urnas al régimen autoritario de Hugo Chávez representa también una esperanza para los demócratas de Nicaragua. Y es una esperanza fundada en la realidad, porque si la tendencia electoral que marcan ahora las encuestas se mantiene hasta los comicios del próximo año y la oposición presenta un solo candidato, únicamente con un fraude escandaloso podría imponerse Chávez.

En Nicaragua, el régimen autoritario de Daniel Ortega tiene una gran dependencia del gobierno de Hugo Chávez. Los destinos de ambos regímenes populistas son paralelos. El Alba es como un tren en el cual el régimen chavista es la locomotora, los gobiernos de Cuba, Ecuador y Bolivia son vagones intermedios y el régimen orteguista es el furgón de cola. Y si la locomotora se descarrila los vagones intermedios también se podrían descarrilar, arrastrando a su furgón colero.

COMENTARIOS

  1. roberto
    Hace 13 años

    si chavez pierde las elecciones ,lo que se avecina para nicaragua no es nada alentador,recordemos que el tirano de chavez es la fuerza motris del orteguismo,son millones de dolares que proporciona a ortega para mantenerlo en el poder,de eso mismo que le da chavez ortega imbierte migajas en el clientelismo,’COMPRANDO VOTOS Y ADEPTOS’

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