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Fabio Gadea Mantilla

Cien años

Querida Nicaragua: Para despreocuparse de la lucha en contra de los malos gobiernos dirigidos por dictadores o caudillos, hay quienes inventaron un decir muy popular: “No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista”.

Y por supuesto que lo que dice este refrán es perfectamente cierto. Los males generalmente no duran cien años, pero pueden durar ochenta o noventa. La esclavitud del pueblo cubano ya cumplió cincuenta y dos años, la dictadura de Chávez, al paso que va piensa durar otro tanto, y si es aquí en Nicaragua, los corifeos de Ortega como Tomás Borge piensan que don Daniel debe durar en el poder al menos cien años. Ni cuerpo que lo resista, dice el refrán, pero la verdad es que el cuerpo de los cubanos ha resistido los cincuenta y dos años y sigue en la esclavitud, Venezuela va por el mismo camino. Y aquí, al paso que vamos, somos unos cuantos los que exponemos el pellejo luchando contra esta dictadura, pues hay otros que están felices recibiendo regalitos de don Daniel y gruesos salarios, prebendas, camionetonas y construyéndose palacetes en los sitios que ellos antes repudiaban y llamaban despectivamente “aburguesados”.

No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista sigue siendo verdad porque generalmente ningún cuerpo aguanta vivir cien años, todos morimos antes, sobre todo en un mundo tan lleno de sobresaltos, de desgracias, de injusticias que nos corrompen la vida.

Sin embargo, somos nosotros quienes decidiremos si es verdad o no el refrán. No debemos permitir que los males incrustados en los gobiernos duren más de lo que deben durar. Tenemos que aprender a luchar y decidir que cada presidente cumpla con la ley y gobierne los años que manda la Constitución.

Ese decir popular de que no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista ha hecho mucho daño. Nos hace ser indolentes y dejárselo todo al destino o a lo que otros hagan por nosotros.

Somos los pueblos unidos los que debemos tomar conciencia de los males que nos aquejan, de los pésimos presidentes que hemos elegido y quieren quedarse en el poder usando ilegalidades, golpes de estado institucionales, retorcimiento de las leyes nombrando magistrados corruptos en las Cortes de Justicia.

Esos males no deben durar cien años ni nuestro cuerpo debe resistirlos porque le estamos haciendo un terrible daño a la patria, a las generaciones futuras, a nuestros propios hijos, nietos y biznietos.

En Venezuela se ha llegado al colmo de los colmos. Un alto militar expresó que si en los próximos comicios pierde Chávez, el ejército no aceptará la legitimidad de los ganadores. Inmediatamente Chávez lo nombró como Jefe de las Fuerzas Armadas. Algo realmente digno de Ripley. Raúl Castro pronuncia un discurso de dos horas en el cual afirma que todas las penurias que han ocurrido en Cuba las había pronosticado su hermano Fidel desde cuando llegó al poder en 1959, cuando dijo que la revolución no era nada fácil y que las medidas que hoy se están tomando son la prueba de que el comandante en jefe tenía razón. Y los vividores comunistas, corifeos del castrismo se ponen de pie y aplauden dos minutos seguidos semejantes “logros”. En Cuba sí que los males han durado cincuenta y dos años y los cuerpos los han resistido. No permitamos nosotros que aquí todos los males que padecemos duren tantos años.

Columna del día Opinión
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