Espionaje o intimidación son dos factores que podrían estar vinculados al robo del computador de monseñor Jorge Solórzano, dijeron Marcos Carmona, de la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH) y el general en retiro, Hugo Torres.
Para Carmona no hay que perder de vista que se ha reactivado algo similar a la extinta Seguridad del Estado, además de que el Gobierno ha penetrado a través de “sus órganos de inteligencia” a la Policía Nacional y al Ejército, por lo que no descarta que sea un mensaje para las personas críticas del régimen de Daniel Ortega.
El secretario ejecutivo de la CPDH teme que este tipo de acciones se incrementen el próximo año ante la realización de elecciones nacionales.
“Si Daniel Ortega en el 2012 vuelve al poder, ya no vamos a tener esa facilidad de estar hablando, va a haber una persecución, una presión, porque ahí sí ya va a estar una dictadura vitalizada con todos los instrumentos legales y recursos para estar intimidando”, advirtió Carmona.
Solórzano, Obispo de Granada, denunció que el pasado 3 de diciembre le fue sustraído de su aposento, en la Curia Episcopal de Granada, su computador portátil por un hombre que se hizo pasar como sacerdote y llegó a bordo de una camioneta de lujo, cuando el obispo no se encontraba.
Hugo Torres dijo que el robo a monseñor Solórzano no es un caso aislado, porque se han registrado sustracciones de computadores o teléfonos móviles con capacidad de almacenar información, a diputados y miembros de la sociedad civil.
“Podemos estar en presencia de una acción dirigida, conspirativa, para hacerse de medios con memoria en las que se encuentra almacenada información; o lo otro podría ser un mensaje intimidatorio, tratando de crear incertidumbre, miedo en los actores políticos críticos a la actuación del régimen de Ortega”, observó Torres.
Añadió que la intimidación es un recurso de un régimen autoritario de “vocación dictatorial”.
Gonzalo Carrión, del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), dijo que el robo del computador “era raro”, tomando en cuenta que podían haberse llevado otros objetos.
Por tanto, demandó a las autoridades policiales esclarecer esa situación, para evitar también suspicacias que pudieran generarse a raíz del robo a monseñor Solórzano.
El líder católico, igual que otros miembros de la Conferencia Episcopal, ha sido uno de los más críticos de las acciones del Gobierno, como el fraude electoral del 2008 y las agresiones de grupos afines al partido FSLN contra opositores.
Ver en la versión impresa las páginas: 2 A