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Migdonio Blandón B.

La utopía puede ser realidad

La importante entrevista a don Fabio , publicada por LA PRENSA en su edición del domingo 3 de octubre corriente, cuyos valiosos conceptos tienen gran similitud al también importante Proyecto de Patria, expuesto por Alianza Patriótica, conlleva una hermosa utopía, la que soñada antes por generaciones distintas no ha pasado de ser no más un ideal de la ciudadanía consciente. Si en esta ocasión, mayoritaria y patrióticamente se respaldara, podría ser una grandiosa realidad.

Como ya se ha dicho, además de la verdadera y solidaria unidad opositora, debe sí insistirse hasta la saciedad en tratar de despertar del letargo cívico al pueblo, que faltándole en gran parte los medios necesarios para subsistir, adormilado busca sólo satisfacer sus necesidades, haciendo caso omiso de la deficiencia del sistema administrativo, que descuidando el sentido de Patria, con egolatría por conservar el poder, se nutre del mercado de la politiquería.

Así con el pretexto, como algunos lo han dicho, de que “la calle está dura”, en dicho mercado negocian sus conciencias, quienes por supuestos méritos han sido representantes del pueblo; y que faltando a su decoro, traicionándolo han caído en el sucio mercantilismo, vendiéndose a un indigno y corrupto postor, por también corruptibles y desechables valores. Siendo que con el daño que hacen, su desprestigio contamina a su progenie y a los que con ellos se relacionen.

La riqueza potencial de la que por gracia de Dios ha sido dotada nuestra sufrida Patria, mal administrada no se ha sabido aprovechar; pero sin lugar a dudas, queda aún gran parte de su exuberante riqueza, la que administrada con honestidad, mejoraría al mismo tiempo la educación y con ella el civismo. Y establecido debidamente el orden constitucional e institucional y ya despierto el pueblo de su letargo, el ideal patrio, sería auténtica realidad.

Tan hermoso proyecto estaría al alcance del conglomerado patrio, si como buen nica cada uno cívicamente asumiese el propósito de colaborar en la restitución de gran parte del dilapidado patrimonio, apoyando dicho proyecto con verdadera decisión; y aunque hubiese privaciones, el cambio se notaría desde el comienzo; y progresivamente mejorando día a día, en un futuro no lejano, con la ayuda de Dios se alcanzaría, incluso el necesario desarrollo socioeconómico.

Aunque sea repetitivo, nuestra querida Nicaragua es, a pesar de lo que se ha dilapidado y de la penosa pobreza de gran parte de nuestro pueblo, de una riqueza potencial envidiable que a muchos de los países de Latinoamérica les falta, siendo que estando en desventaja nos superan. Aquí ha faltado para saberla explotar y compartir, además de la necesaria educación es el clima de paz y confianza que sólo lo da la honestidad en una buena administración.

Natural y geológicamente por la gracia de Dios, las condiciones están dadas. En toda la extensión territorial hay las indispensables condiciones de tierras para diferentes usos; y aunque quizá ha habido excesiva deforestación muchos bosques se conservan. De la riqueza acuífera ni hablar, sólo puede decirse que su excesiva abundancia no se ha sabido explotar para fines utilizables y faltando control ha habido daños y se ha permitido su contaminación.

Vale la pena esforzarse para que dicha utopía sea realidad; y ello sugiero sólo lo lograremos, haciendo vida los principios cristianos, que muchos por tradición y elementalmente recibimos, en clima de igualdad y por la cultura del orden, la disciplina y el respeto, buscando mejoría colectiva, para elevar así a nuestra patria a un plano de grandeza nacional e individual.

 

El autor es miembro de Ciudad de Dios y Redemptor Hominis  
[email protected]

 

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