Pasada la década de 1980, el día que Margot Gutiérrez, la dueña de la propiedad donde se erige la mansión del magistrado Roberto Rivas en Ticuantepe, donó esos terrenos a la Iglesia católica, un empleado de su confianza buscó al cardenal Miguel Obando en su despacho en la Curia Arzobispal para avisarle que la señora se había decidido.
Quien lo confirma es Leonel Bonilla, la persona designada por Gutiérrez para buscar al Cardenal y antiguo administrador de varios de sus negocios.
La escritura de la donación la hizo el abogado Winston Betanco, quien goza de la confianza de Obando desde hace décadas y es el fiscal de la Universidad Católica (Unica), erigida en otra propiedad donada a la Iglesia pero que ahora resulta ser del cardenal y la familia Rivas Reyes.
Lo más importante, Bonilla es testigo de que ese día el religioso canceló todas sus citas luego de saber que Gutiérrez había decidido la donación del valioso inmueble.
Obando conocía bien la propiedad. En innumerables ocasiones había oficiado misa al matrimonio del que era muy cercano.
LE ENCANTABAN MUEBLES
Según Bonilla, de 80 años, Obando nunca ocultó su enamoramiento hasta por unos muebles con incrustaciones de marfil y unas lámparas clásicas con lágrimas de cristal que decoraban la sala de esta pareja.
La casa era bastante amplia y tenía dos piscinas. Bonilla aseguró que Gutiérrez y su esposo Pastor Valle Quintero se conocieron jóvenes en el Caribe nicaragüense y luego volvieron a encontrarse después que Gutiérrez enviudara de su primer esposo, Julio Lalinde, un empresario próspero quien era el propietario original de todas estas tierras, de acuerdo con varias versiones.
- Anoche durante la celebración de los 25 años de vida cardenalicia de Miguel Obando y Bravo, una actividad de orden privado, su asistente, monseñor Francisco Castrillo, descalificó a los medios de comunicación que cuestionan al religioso y los llamó grupúsculo. Luego elogió al prelado.
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A la muerte del empresario de origen colombiano, Gutiérrez heredó las propiedades y luego se casó en segundas nupcias con Pastor Valle Quintero, pariente de Nicolás Valle Salinas, ex coronel de la Guardia Nacional, quien años más tarde trabajaría en el Consejo Supremo Electoral como asesor legal.
La donación a la Curia Arzobispal habría ocurrido pasados los años ochenta, luego de la muerte de Valle Quintero, y esta historia confirma lo expuesto en un plano elaborado en 1986 en la oficina de Roberto Rivas Haslam, padre del magistrado electoral, en el que se lee que las tierras eran “propiedad de la Curia Arzobispal”.
LA INMORALIDAD DE RIVAS
Hasta ahora la Arquidiócesis de Managua no se ha expresado sobre el caso en particular de esta donación, ni ha dicho si hará una investigación.
El único que ha expresado su opinión sobre Roberto Rivas como personaje es el Obispo Auxiliar de Managua, Silvio Báez Ortega, quien criticó duramente el nivel moral del funcionario electoral en una entrevista con LA PRENSA la noche del martes.
Báez dijo que el comportamiento de Rivas no es moral por “todo lo que se ha descubierto, de manejos ilícitos, de introducción de vehículos sin pagos de impuestos, de compra de propiedades, no declaración de la renta, lo que se ha descubierto en Costa Rica y aquí”.
Sobre el caso de la donación prefirió no responder. Dijo que no tenía información, pues entonces se encontraba fuera de Nicaragua.
MATRIMONIO QUERÍA DONAR LOS TERRENOS
Según don Leonel Bonilla, Gutiérrez y su segundo esposo habían decidido donarle las tierras de la mansión donde vive Rivas al Cardenal, en lo que difiere con la versión de uno de los hijos de Valle Quintero, contactados por LA PRENSA en Toronto, Canadá, y quien sostuvo que él y sus hermanos heredarían esas tierras según promesa que su padre y la esposa de este les habrían hecho.
Bonilla aseguró que a Rivas no le costó ni los terrenos donde vive. “Para mí fue una sorpresa cuando miré que ese señor vive ahí”, dijo el testigo.
UNA AMISTAD DE AÑOS
Bonilla trabajó directamente con Gutiérrez desde que Pastor Valle Quintero se casó con ella y lograron hacer una amistad que duró más de 12 años.
Gutiérrez era una mujer morena, pequeña y pelo liso, según la descripción de su amigo. Bonilla administró en esos años, gracias a esa confianza, el Ron Ron Club y laboró directamente en la Urbanizadora Marval, bautizada como Margot Valle, el nuevo apellido de casada de la donante.
Durante más de dos días LA PRENSA llamó a monseñor Eddy Montenegro, vicario del Arzobispado en los años que gobernó Obando. No respondió.
EL ABOGADO NO ESTÁ
Tampoco lo hizo Winston Betanco, el abogado señalado de realizar la escritura de la donación. Se le dejó mensaje en su casa y en la Unica, no hubo respuesta. En sus oficinas dijeron que no se encontraba, aunque dijeron que suele llegar al mediodía.
Betanco sostuvo en 2002 que el terreno está en posesión de Rivas porque la Curia hizo el traspaso para que el magistrado hiciese sus obras sociales. No explicó cuáles eran éstas.
“La Arquidiócesis es la que está en posesión de eso y la que ha hecho las transacciones para él (Roberto Rivas) adquirir bienes para sus obras sociales. Si usted quiere algo especial, se va al Registro de la Propiedad y averigua desde el primer asiento”, dijo entonces Betanco.
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