Por Ana Salgado
La lubricación vaginal es una expresión física de excitación sexual, el equivalente a la erección en el hombre. Esto no quiere decir que el estar lubricada sea señal inequívoca de que estamos listas para la penetración, ni el no estarlo indica que no estamos excitadas. Las mujeres somos mucho más complejas que eso y cada mujer es única.
Para lograr una adecuada lubricación natural necesitamos la persona ideal, el lugar adecuado, cantidad suficiente de juegos eróticos (de calidad) y el momento apropiado. Cada una debe aprender junto con su pareja cuál es su receta particular para la excitación.
Una adecuada lubricación inicial no es infalible. Si la penetración se prolonga, es normal que nos sequemos y el sexo se vuelva doloroso e incómodo. Ni lo más placentero es rico en exceso.
La lubricación como expresión física de un proceso tan delicado, como el deseo y la excitación sexual, puede ser afectada por distintos factores.
FACTORES ORGÁNICOS
Siendo el más relevante y común, los bajos niveles de estrógeno, particularmente durante la menstruación, el embarazo, postparto y lactancia.
El momento más vulnerable es después de la menopausia, cuando el 50 por ciento de las mujeres reporta pérdida de humedad vaginal y problemas de lubricación. En los últimos años la Terapia de Reemplazo Hormonal ha paliado mucho los efectos negativos de la pérdida de estrógenos en las mujeres, incluyendo los problemas de sequedad vaginal.
Además, algunas enfermedades como la diabetes y todas las enfermedades e infecciones que afectan la vagina condicionan la capacidad de lubricación. Aquí encontramos un círculo vicioso, ya que la pérdida de humedad vaginal supone la disminución de la flora protectora vaginal, lo que implica una mayor propensión a adquirir infecciones vaginales.
FACTORES FARMACOLÓGICOS
Muchos medicamentos tienen efecto sobre la capacidad individual de lubricación, resecando la vagina.
Las pastillas anticonceptivas, por su influencia hormonal son las más obvias, pero la lista se extiende para incluir antidepresivos tricíclicos, algunos antiulcerosos, hipertensivos y hasta antihistamínicos.
Son pocos los doctores que toman en cuenta el efecto que los medicamentos que recetan tienen sobre la función sexual. Es nuestra tarea estar pendientes de los efectos que notemos y de ser necesario pedir a nuestro doctor que cambie el medicamento a uno que afecte menos la función sexual, especialmente en tratamientos a largo plazo.
De la misma forma, el cigarro, “el traguito” y la marihuana afectan la lubricación vaginal.
FACTORES EMOCIONALES
El estrés, los temores y los sentimientos de culpa relacionados a la sexualidad, los resentimientos, la incapacidad de entregarnos al placer, los problemas en la relación de pareja son todos impedimentos para una adecuada lubricación y disfrute general de la relación sexual.
La frecuencia con que mantenemos relaciones sexuales es otro factor que influencia la lubricación vaginal, pues se ha demostrado que las mujeres con relaciones esporádicas son más propensas a tener sequedad que las que mantienen una vida sexual activa, independientemente de la edad u otro factor.
Lo que no se usa, se atrofia. El sexo (seguro) mantiene satisfecho y saludable todo nuestro cuerpo, sin importar la edad.
¡CUIDADO CON LA SOLUCIÓN!
La propuesta para solventar el problema es el uso de lubricantes comerciales.
Tradicionalmente, se han considerado como lubricantes adecuados para la relación sexual una variedad de sustancias como vaselina, aceites para bebé o cremas faciales. Todos estos productos pueden adherirse a la mucosa de la vagina y alterarla o incluso favorecer el desarrollo de microorganismos, haciéndola más propensa a infecciones o incluso pueden ocultar las infecciones hasta que están demasiado avanzadas. Además, dañan los preservativos anulando su efectividad.
A la hora de escoger un lubricante, para ayudar en la lubricación durante la relación sexual, debemos asegurarnos que sea a base de agua. Estos lubricantes se eliminan fácilmente después del coito, no manchan las sábanas y son seguros para el preservativo.
Adicionalmente, deberíamos evitar los productos perfumados o con sabor añadidos que pueden irritar el área genital.
La sequedad vaginal nos impide disfrutar de la naturaleza lúdica y placentera de la relación sexual, porque la vuelve incómoda y hasta dolorosa. No dejemos que algo tan fácil de solucionar interfiera con el disfrute de una faceta tan importante de nuestras vidas.
Para cualquier comentario, pregunta o sugerencia sobre éste u otros temas sobre sexualidad o relaciones de pareja, pueden escribirme a [email protected] o pueden visitar mi blog www.tusexosentido.com