- Juez de Chinandega remitió
informe de diligencias a Juzgado capitalino que lleva el caso del tráfico de medicinas
Amalia Morales y Carol Munguí[email protected]
Las medicinas del Ministerio de Salud (Minsa) aparecidas en Chinandega a inicios de febrero, y las que se perdieron en el Centro de Insumos para la Salud (CIPS) el año pasado, son huellas que apuntan a un mismo destino: el robo de medicinas.
Y a la cabeza de ese hurto de medicinas del Estado se ubica, presuntamente, a la ex directora del CIPS, Rosario Meza.
Manuel Salvador Ortiz, procurador específico de salud del Minsa para el caso de las medicinas halladas en Chinandega, consideró que ya “existen suficientes elementos para hacer un solo juicio por el delito de robo de medicinas”.
Por eso, Ortiz estuvo ayer ante la juez Juana Méndez, del Juzgado Primero de Distrito del Crimen de Managua, quien lleva el caso de la ex directora del CIPS, Rosario Meza, acusada de traficar con medicinas de la institución.
Ortiz entregó en el Juzgado Primero los resultados de la inspección en las medicinas que hizo el juez segundo de Distrito del Crimen de Chinandega, Edwin Espinosa.
MEDICINAS ERAN DE DONACIÓN JAPONESA
El examen que practicara el juez en Chinandega, encontró coincidencias entre los registros de los fármacos que se hallaron en la casa de Julio César Zapata, y los documentos del Minsa que allí mismo se ocuparon.
Las medicinas ocupadas en Chinandega fueron donadas por el gobierno del Japón al de Nicaragua.
Esta prueba es otra más que se acumula desde ayer en el expediente de acusación contra Rosario Meza.
Mauricio Lacayo, procurador específico designado para el caso de Meza, presentó en enero el “cuerpo del delito” contra la ex funcionaria, luego de dar a conocer los resultados de una auditoría interna del Minsa, que reveló un faltante de medicinas valoradas en 101 mil 365 córdobas.
En tanto que el lote encontrado por la Policía de Chinandega se valora en más de un millón de córdobas y es parte de 34 requisas entregadas a los inexistentes Polos de Desarrollo de Chinandega y Matagalpa.
ACUSADO CONFESÓ TRÁFICO
Ernesto McCroby, uno de los tres acusados en el caso de Chinandega, y que fue puesto en libertad de forma provisional, declaró en su momento ante la justicia que entre 1998 y 1999 realizó de ocho a nueve traslados de medicamentos del Minsa en Managua hacia Matagalpa.
En esa época él trabajaba como conductor para “Nortiel” y “Pantera”, dos ex comandantes de la Resistencia, quienes se entendían en el Minsa con la anterior ministra Mariángeles Argüello o Stanley Atha, según consta en su declaración.
No obstante, McCroby asegura en su declaración que las medicinas incautadas en la casa de su amigo, Julio César Zapata, en Chinandega, las compró en el Mercado Oriental. Entre la medicina se ocupó la documentación del Minsa ya referida, así como cartas de solicitud a la ex directora del CIPS.
Ortiz insistió en que el cuerpo del delito y la conexión entre ambos casos están plenamente demostrados. Espera que la judicial emita una pronta sentencia apegada a derecho.
CUESTIONA POSICIÓN DE FISCALÍA
El procurador calificó de “indiferente” e “imprecisa” la posición de la fiscal auxiliar, Mayra Paiz, en este caso. Consideró que ante la veracidad de las pruebas ha faltado contundencia en los escritos que esa autoridad ha introducido al Juzgado.
DONACIONES NO PUEDEN VENDERSE
El Código Penal establece en su artículo 278 que “los compradores de cosas hurtadas o robadas serán castigados con prisión de un mes a tres años, y con multa equivalente a la décima parte del valor de lo hurtado o robado”, por tanto Ernesto McCroby, dedicado a la venta ilegal de medicamentos (que él mismo reconoció), no podía trasegar medicinas del Estado, máxime cuando son donadas, según apuntó Manuel Ortiz.