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¡Para ganar hay que cambiar!

Alvaro Marcial López Ehler

La consulta popular del Frente Sandinista no es una simple tercia por el liderazgo, no es un ejercicio ligero que se realiza para quedar bien delante de todos y gastar el dinero que no tenemos. Hoy elegimos candidatos que, en el corto plazo, nos puedan llevar a ganar las elecciones nacionales. Se vence el plazo para decidir si queremos recomponer al FSLN como un partido de servidores honrados de Nicaragua o si lo vamos a dejar morir hundido en el colaboracionismo. Esto es lo que fundamentalmente está en juego.

La contienda es entre el caudillo histórico, el candidato del cambio y del candidato para sumar. La consulta está poniendo a prueba si los sandinistas estamos convencidos de que la historia es movimiento y transformación permanente.

Muchos estamos apostando por el cambio. Porque sin cambio se esfuma la oportunidad de abrir en el FSLN el debate necesario y respetuoso de las ideas de sus miembros; se imposibilita el retorno al partido de tantos hermanos y compañeras queridos y valiosos; sin cambio, no hay condiciones para atraer a los indecisos; sin cambio se aleja la posibilidad de ganar las elecciones nacionales.

Los que, desde nuestros espacios estudiantiles, laborales, partidarios o familiares nos hemos mantenido fieles al sandinismo, nos sentimos orgullosos de que haya sido una persona como el compañero Víctor Hugo Tinoco quien haya levantado la bandera del cambio con la precisión que exige el momento.

Cambio que refleje una actitud de vida individual y colectiva, que facilite que el proceso de acoger, sumar, gobernar pueda ser una realidad; que sea como un amuleto para dejar de temerle a la libertad.

Durante esta campaña el compañero Víctor Hugo ha ratificado sus cualidades como persona y como dirigente sandinista. Pero no como cualquier dirigente. A él lo hemos visto siempre trabajando, dando la cara en las duras y en las maduras, tanto dentro del FSLN como en la vida parlamentaria, escribiendo una historia ininterrumpida de honradez en tiempos de corrupción y oportunismo.

Víctor Hugo llega con un estilo de diálogo, negociación y búsqueda de consenso en un contexto donde los políticos resuelven entre cúpulas y a espaldas de la población. Su estilo propone que la negociación de los intereses de la nación se haga con y de cara a los electores.

En un país donde los grandes proyectos han demostrado que son un fracaso y que sólo sirven para enriquecer a unos cuantos, Víctor Hugo ofrece un programa práctico y viable basado en la participación de quienes están dispuestos a sacar adelante a Nicaragua.

“Para ganar hay que cambiar” es algo más que un lema de campaña. Es un llamado directo a la acción. Votar por Víctor Hugo es garantizar el cambio y el triunfo en las elecciones nacionales. Es reconocer que el trabajo dirigente se hace no sólo desde la comodidad del partido sino fundamentalmente desde el escenario del adversario.

A lo interno de nuestro partido, donde el caudillismo es el factor que nos divide y nos excluye, elegir a Víctor Hugo es votar por la unidad en la diversidad. Este 21 de enero los sandinistas la bebemos o la derramamos. No hay marcha atrás.

* El autor es estudiante universitario, militante sandinista.  

Editorial
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