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Monseñor Silvio Báez durante su homilía del 7 de diciembre en Nueva York. Captura de pantalla. LA PRENSA.

Obispo Báez: “Este pueblo que ama tanto a la Virgen está pasando momentos terribles de opresión”

El obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, ofició una eucaristía en Nueva York, en la recordó que en Nicaragua una “dictadura criminal persigue a la Iglesia"

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En la víspera del Día de la Inmaculada Concepción de María, el obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, monseñor Silvio Báez, celebró una eucaristía en la iglesia Santa Brígida, en Nueva York, en el marco de esa celebración litúrgica que en Nicaragua es precedida por la tradicional Gritería dedicada a la Virgen María. Durante la homilía aseguró que el régimen Ortega Murillo ha convertido a Nicaragua “en una gran cárcel”.

Báez, quien desde el 14 de enero de 2024 no oficia eucaristías en la iglesia de Santa Agatha en Miami, Florida, tildó al régimen Ortega Murillo de “dictadura criminal que persigue a la Iglesia, expulsa del país a sacerdotes y obispos, encarcela a quien no piensa como ellos y ha hecho que el pueblo viva con temor, con el miedo de ir a la cárcel, de ser espiado” por lo que señaló que “Nicaragua se ha vuelto un país muy triste”.

“Hoy con ustedes, con nostalgia, pero también con esperanza, recuerdo a mi pueblo en esta noche de la Gritería, porque —como ustedes sabrán— este pueblo que ama tanto a la Virgen está pasando momentos terribles de opresión, de persecución, de injusticia, de un poder totalitario y cruel que ha quitado todas las libertades a la población y ha convertido el país en una gran cárcel”, dijo Báez al final de su homilía.

Dictadura no ha podido apagar la alegría a la Virgen

Sin embargo, Báez dijo que el régimen no ha podido apagar “la alegría que viene del amor a la Virgen, y todavía, aun en medio de la situación que vivimos, el pueblo sigue gritando esta noche: ¿Quién causa tanta alegría? ¡La Concepción de María!”

“Yo les invito a ustedes, para que junto a la Virgen recordemos a este sufrido pueblo, mi amado pueblo de Nicaragua, que hoy (ayer 7 de diciembre) y mañana (hoy 8 de diciembre) celebra a su patrona nacional, a su madre, a la Virgen María”, señaló.

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Báez no oficiaba misas públicas desde hace once meses

El 14 de enero de este año en la eucaristía que celebró en la iglesia Santa Agatha de Miami y que se transmitió a través de sus redes sociales, el obispo Báez anunció la excarcelación y destierro de los obispos de Matagalpa y Siuna, Rolando Álvarez e Isidoro Mora, respectivamente, y de 15 sacerdotes y dos seminaristas; desde entonces no se habían escuchado sus mensajes ya que no volvió a celebrar eucaristías públicas.

El pasado 11 de febrero el sacerdote Marcos Somarriba, de la parroquia Santa Agatha, confirmó a LA PRENSA que Báez estaría ausente de la palestra pública “por varias semanas”.

“Anda en otros lados, tiene retiros, tiene cosas que le ha pedido su comunidad, tiene confirmaciones y por las próximas semanas no va a estar porque tiene que viajar y cumplir un montón de compromisos que también como obispo le ponen, entonces no todo el tiempo puede estar aquí, eso es todo”, explicó en ese entonces el padre Marcos Somarriba a LA PRENSA.

Pero ahora, tras casi un año de ausencia su voz profética vuelve a resonar en un púlpito.

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Monseñor Silvio Báez, en la iglesia católica St. Agatha, el domingo 5 de noviembre de 2023 en Miami. Archivo LA PRENSA.

Vigilancia policial en la Gritería

Nicaragüenses celebraron la tradición mariana conocida como la Gritería bajo vigilancia policial, mientras en la mayoría de los municipios las alcaldías e instituciones estatales “secuestraron” la tradicional celebración religiosa.

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El cardenal Leopoldo Brenes, obispo de la Arquidiócesis de Managua; y Sócrates René Sándigo, obispo de la Diócesis de León, realizaron el tradicional grito de “¿Quién causa tanta alegría?” con el que inició la tradición mariana conocida como la Gritería, en un contexto de represión hacia la Iglesia católica, materializado con el encarcelamiento y destierro de sacerdotes, incluidos dos obispos, persecución de laicos y cancelación de organizaciones religiosas sin fines de lucro.

En la capital, Brenes dio inicio a la Gritería al final de una misa que celebró en la Catedral de Managua con poca presencia de feligreses.

En algunos barrios de Managua fue notoria la vigilancia policial, especialmente en las alcaldías que realizan la celebración de la Gritería que incluye la entrega de la “gorra” o “paquetes” que tradicionalmente estaban llenos de dulces propios de esta celebración y algunas frutas, pero que con el tiempo evolucionaron a otro tipo de obsequios, entre ellos comida típica, especialmente nacatamales, alimentos crudos, artículos de aseo personal y utensilios para el hogar, especialmente de plástico.

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