El régimen de Daniel Ortega, tras cinco años consecutivos de prohibición, finalmente autorizó la venta de “bombas matasuegras” en los más de 400 tramos de venta de pólvora que se alzaron en el país. La prohibición de este producto se mantenía desde octubre de 2018, cuando la Policía sandinista restringió la fabricación y comercialización de bombas “matasuegras” y morteros.
La comercialización y fabricación de morteros, confirmaron comerciantes y artesanos de pólvora a LA PRENSA, todavía se mantiene en todo el país. Sin embargo, la Policía de Daniel Ortega y Rosario Murillo públicamente no divulgó una actualización de dicha orden.
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La Policía sandinista en octubre de 2018 que emitió la prohibición de la fabricación y comercialización de bombas “matasuegras” y morteros especificó que esta era para el período de entre noviembre de 2018 y enero de 2019. La medida, aunque no se actualizó o informó públicamente que continuaría, persistió en los últimos cinco años.
Precios de las bombas “matasuegras”
En los puestos de venta de pólvora ubicados en el Mercado Roberto Huembes y en el sector de la Laguna de Tiscapa se comprobó que se están comercializando bombas “matasuegras”.
Estas bombas son conocidas así por el fuerte sonido que causan cuando explotan, además de ser las más grandes de las bombas que se comercializan, pueden cotizarse entre 90 y 110 córdobas, dependiendo del tramo que en que se cotice y de la cantidad que el cliente desee comprar, ya que los comerciantes ofrecen rebajas a los mayoristas.
Artesanos de talleres de pólvora consultados por LA PRENSA confirmaron que les autorizaron la fabricación de bombas “matasuegras”, aunque explicaron que la autorización de la elaboración de todos los productos “fue limitada” y la venta “fue bajísima” por la situación económica del país y “porque la pólvora china ha inundado el mercado nacional”.
“El permiso de elaboración de pólvora fue limitado y bajo supervisión. Elaboramos bombetas, cohetes, triquitraques y bombas matasuegras, que permitieron esta vez”, afirmó uno de los artesanos.
Explicó que como fabricantes el precio de cada bomba “matasuegra” se cotiza entre 25 y 30 córdobas, dependiendo de la cantidad que se les encargue.
Vigilancia en talleres artesanales de pólvora
Además, indicó que los talleres de pólvora son “supervisados por la Policía sandinista cada dos días”. La vigilancia que les imponen consiste en revisar sus mercaderías, que no fabriquen productos que no están autorizados y no vendan a personas no autorizadas.
La Policía orteguista, a través de medios oficialistas, en esta semana detalló que a nivel nacional hay 157 puntos autorizados para la venta de pólvora, 477 tramos y 1,980 personas acreditadas.
Además, señaló que en estos lugares en los que se comercializa pólvora y en todas las actividades del país está prohibido “portar arma de fuego y cortopunzantes”.
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“No portar arma de fuego, no solo en los locales, en los tramos, a nivel de todas las actividades de nuestro país no se portan armas de fuego ni armas cortopunzantes, esa prohibición está a nivel general”, afirmó la comisionada general Vilma Reyes, jefa de Tránsito Nacional.
Además, indicó que mantienen vigilancia de la “fabricación artesanal de productos pirotécnicos en lugares no autorizados”.
Vigilan “acciones que atenten contra la paz”
La funcionaria orteguista detalló que hasta el 1 de diciembre, como parte del Plan Pólvora, realizaron un total de 10,017 visitas de supervisión y control de las medidas de seguridad y “como parte de tareas preventivas se ha logrado ocupar 1,140 cohetes y 1,477 unidades de pirotécnicos por no estar autorizados su comercio y traslado”.
La comisionada Reyes advirtió que en este mes de diciembre, además de estar enfocados como institución en “prevenir los accidentes de tránsito y la actividad delictiva”, también están atentos a “cualquier otra acción que atente contra la paz” y “prevenir toditas las acciones que atenten contra la paz y la tranquilidad de nuestra población en las actividades de nuestra temporada festiva, ya estamos en ese plan”.
En los últimos años, la dictadura sandinista ha dejado claro que las “acciones” que a su juicio atentan contra la paz en Nicaragua en realidad están relacionadas con cualquier tipo de actividad en la que se cuestione su administración, se promueva la democracia, se demande respeto a los derechos humanos, acceso a la justicia, se ejerza libertad de prensa, expresión u organización.