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El IHNCA era el principal centro dedicado al estudio y conservación de la historia. ARCHIVO

La historia confiscada del IHNCA

Un instituto que contenía una cantidad de documentos invaluables fue robado por la dictadura. Académicos y extrabajadores temen que estos archivos se pierdan, que sean destruidos, o que sean mal utilizados para manipular la historia.

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En Nicaragua, y probablemente en Centroamérica, no había mejor lugar para investigar y consultar sobre historia que el Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica (IHNCA), ubicado en la Universidad Centroamericana (UCA) y que ahora permanece en manos del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

“El INHCA ya no es lo que era antes. Ahora tienen banderas rojinegras ahí dentro, politizando el espacio y la historia, tratando de hacer una manipulación de la memoria”, señala una persona que trabajó en el instituto por varios años y que prefiere no ser citada por razones de seguridad.

Antes de la confiscación de la UCA, en agosto de 2023, el IHNCA era visitado regularmente por decenas de investigadores nacionales e internacionales, que acudían a su biblioteca y centro de documentación por ser un espacio dedicado a la investigación, conservación y difusión de la historia del país y de Centroamérica.

Algunas reliquias antiguas que se mantenían conservadas en el IHNCA. LA PRENSA

En sus archivos tenía más de 70,000 piezas de gran valor histórico, entre las que se encontraban documentos que datan desde el siglo XV, y hasta una Colección Dariana de lujo con ediciones príncipes de Rubén Darío.

Había libros, artículos científicos, películas, mapas, registros de audios, colecciones de pinturas, máscaras, archivos de periódicos del siglo pasado y más. En el IHNCA se encontraban todas las ediciones del diario Novedades, el periódico oficial de los Somoza, así como archivos de la Oficina de Seguridad Nacional (OSN) de la dictadura somocista.

Pero también había ediciones de otros periódicos como La Flecha, La Tribuna, La Noticia El Nuevo Diario y muchos otros que han sido publicados en las últimas décadas en Nicaragua.

En el IHNCA también estaba el archivo del periódico Barricada, el diario oficial del Frente Sandinista en los años ochenta. Este fue entregado al Instituto por Tomás Borge tras el cierre de ese diario a mediados de los noventa.

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También había ediciones de LA PRENSA. El difunto director del periódico, Jaime Chamorro Cardenal, entregó un importante lote de fotografías y documentos al IHNCA para que estos fueran conservados en sus archivos.

Entre otras cosas, en el Instituto también se encontraba un amplio archivo de los años ochenta, durante la primera etapa sandinista. Había testimonios audiovisuales de la Cruzada Nacional de Alfabetización, documentos del Ministerio del Interior, libros del Ministerio de Educación, producciones del Sistema Sandinista de Televisión, y muchas cosas más.

Había textos con fechas de finales del siglo XIX, durante los 30 años conservadores, así como escritos oficiales del periodo de José Santos Zelaya, y colecciones de documentos antiguos y únicos de los jesuitas que eran manuscritos, otros textos escritos a máquina, fotografías y publicaciones de corto tiraje, elaborados entre los siglos XVII y XX. 

Algunas personas también donaban archivos históricos al IHNCA. Antes de fallecer, el doctor Carlos Tünnerman donó su colección especial de Rubén Darío, además de su biblioteca personal.

Una colección de libros que datan del siglo XIX. LA PRENSA

Ese basto material estaba bien conservado por un personal que se encargaba de organizar y catalogar cada pieza, y que atendía generosamente a estudiantes, investigadores, académicos nacionales e internacionales, y a todo el que llegara en busca de información.

“Los nicaragüenses a veces no tenemos conciencia de las cosas tan valiosas que tenemos en nuestro país. El IHNCA es de esas cosas invaluables que este gobierno lamentablemente nos ha quitado”, señala la persona que trabajó en el lugar.

Recientemente, un grupo de académicos divulgó un sitio web con algunas piezas digitalizadas y que se encontraban en este Instituto. “Desde el exilio, el IHNCA continúa promoviendo la protección y difusión de su acervo histórico, así como la investigación historiográfica sobre la región, reafirmando la prevalencia de su misión sobre las adversidades que enfrenta”, dice el sitio web lanzado el pasado 16 de agosto.

Origen jesuita

El IHNCA es resultado de una fusión de bibliotecas e institutos dedicados a la investigación y la preservación de la historia.

Las raíces del IHNCA datan desde 1934, cuando algunos miembros de la Compañía de Jesús empezaron a recopilar numerosos documentos viejos de los jesuitas. El más antiguo de todos esos documentos todavía podía encontrarse en el Instituto que era un tesauro religioso del siglo XVI.

Luego, varios jesuitas y familias de la época empezaron a donar manuscritos, cartas, libros, fotos y todo tipo de documentos de sus parientes fallecidos y el archivo se fue alimentando hasta formar una biblioteca.

Con la fundación de la UCA, en 1960, la biblioteca que venían construyendo los jesuitas desde 1934 sirvió para crear el Instituto Histórico Centroamericano (IHCA).

En el IHNCA también se encontraban mapas antiguos de Centroamérica y Nicaragua. LA PRENSA

Para los años ochenta, con el triunfo de la revolución sandinista, se creó el Instituto de Estudios del Sandinismo (IES), el cual en 1988 pasó a llamarse Instituto de Historia de Nicaragua (IHN). Tras la salida de los sandinistas del poder, en 1990, el IHN quedó adscrito a la UCA.

Posteriormente, en 1997, se fusionaron el IHCA y el IHN, dando nacimiento al Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica (IHNCA), tal y como lo conocíamos hasta antes que la dictadura lo confiscara. Con los años, el Instituto se convirtió en el principal centro de estudio de la historia de Nicaragua, pero también de Centroamérica.

Los sacerdotes jesuitas Manuel Ignacio Pérezalonso y Álvaro Argüello Hurtado son considerados como fundadores del IHNCA, explica la persona que trabajó en este lugar por varios años. Ambos fueron directores del Instituto en diferentes etapas, y en 2006, el entonces presidente Enrique Bolaños otorgó a Pérezalonso la orden Rubén Darío por su aporte como catedrático y profesor “en el campo de la historia y la cultura”.

El trabajo y aporte del Instituto le valió en abril de 2010 el premio Príncipe Claus otorgado por el gobierno de Holanda. En ese entonces, el IHNCA se convirtió en la primera institución nicaragüense en recibir un premio de esta envergadura. “Para nosotros representa el máximo reconocimiento, ya que se trata de un premio internacional que nadie en el país lo había recibido antes”, indicó la entonces directora Margarita Vannini.

El IHNCA tenía una de las hemerotecas más completas del país. Este es un ejemplar del diario La Noticia del año 1930. LA PRENSA

IHNCA en el exilio

El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo ejecutó la confiscación de la UCA el 16 de agosto de 2023. La universidad fue señalada de ser un “centro de terrorismo” y tan solo días después de ser arrebatadas las instalaciones a los jesuitas, la dictadura la renombró como Universidad Casimiro Sotelo.

Con la UCA, también el IHNCA fue confiscado por la dictadura, y renombrado como Instituto de Historia “Héroes de Nicaragua”.

En ese mismo mes de agosto, la dictadura instaló a lo interno del edificio el Museo de la Cruzada Nacional de Alfabetización, en ocasión de su 43 aniversario. Rosario Murillo dijo en una de sus alocuciones de medio día que “estaba cerrado ese espacio por los enemigos de la patria bendita y siempre libre. Hoy se reabrió y ahí está el espejo de lo que somos, adónde vamos”.

Sin embargo, el IHNCA sí tenía este museo abierto e incluso la UNESCO lo mantenía reconocido en sus sitios oficiales.

Desde el momento en que se supo que el IHNCA podía ser confiscado por la dictadura, varios académicos y trabajadores empezaron a digitalizar parte del valioso archivo y hacer un inventario completo de todo lo que había ahí. Un año después del robo de esos acervos, los académicos lanzaron un sitio web en el que se pueden encontrar algunos documentos digitalizados y una lista actualizada de todo lo que había en el Instituto.

“No hubo tiempo para sacar colecciones físicas, pero sí pudieron descargar de la nube miles de archivos digitalizados antes que la Policía irrumpiera en el edificio, con el que han creado un inventario que tiene como objetivo evitar la malversación de ese patrimonio. Fue una tarea frenética, un tanto desordenada por la angustia y la prisa. La mayoría de esos académicos e investigadores huyeron ese mismo día o semanas después al exilio”, se lee en el sitio web.

El grupo de académicos señaló a LA PRENSA en días anteriores que su principal interés con el lanzamiento de esta plataforma “es la denuncia y detalle de lo robado”, además de “informar a aquellos que confiaron al IHNCA sus bibliotecas personales sobre dónde quedaron sus documentos cuando la UCA fue confiscada”.

También aclararon que a pesar de que hay una buena cantidad de documentos que pudieron ser digitalizados “estos representan un pequeño porcentaje del acervo documental” que había en el IHNCA.

Académicos y extrabajadores temen que los archivos que se encontraban en el IHNCA sean mal conservados o destruidos. LA PRENSA

La persona que trabajó en el Instituto por varios años cuenta que en este esfuerzo colaboraron académicos de otros países que trabajaban con el IHNCA, así como universidades amigas de Estados Unidos, El Salvador, Costa Rica, y otros países.

Por otro lado, la fuente indica que el riesgo de que todo este archivo físico ahora esté en manos de la dictadura es que pueda ser destruido, mal conservado, e incluso manipulado para contar una versión inexacta de la historia.

En un editorial del diario LA PRENSA se dice que todo este archivo “fue arrebatado y posiblemente saqueado por los talibanes nicaragüenses. Decimos los talibanes, porque la furia del régimen actual contra el patrimonio histórico y cultural de Nicaragua es parecida a de los talibanes en Afganistán contra todo el patrimonio cultural e histórico de ese país asiático, pues para ellos el único que vale es el islámico, pero en la interpretación más fanática e irracional del islam”.

A criterio de la persona que trabajó en este lugar por varios años, el robo de este archivo se compara con los nazis durante la Alemania tiranizada por Adolf Hitler. “Los nazis quemaban documentos, cartas, identificaciones, libros de los judíos y de todos los que consideran sus enemigos. El propósito era desaparecerlos de la historia. Lo mismo quiere hacer esta dictadura con el IHNCA”.

La Prensa Domingo Daniel Ortega IHNCA Nicaragua UCA

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