De acuerdo con las informaciones, que es posible conocer en medio de la oscuridad informativa imperante en Nicaragua, el régimen autoritario sandinista no reprime solo a adversarios políticos y la Iglesia católica. También lo hace con miembros destacados del mismo partido oficial FSLN, que ocupan cargos importantes en el aparato estatal y partidista.
El último prominente miembro del régimen sandinista que ha sido purgado, según informaciones de los diversos medios de comunicación independientes, es Carlos Fonseca Terán, hijo del oficialmente mitificado fundador del FSLN Carlos Fonseca Amador.
Según las informaciones, Fonseca Terán se encuentra privado de libertad en situación de casa por cárcel, igual que otras figuras notables del sandinismo histórico, como por ejemplo el general retirado Humberto Ortega, hermano de Daniel Ortega y excomandante de la revolución sandinista.
En el lenguaje de la política se le llama “purga” a la represión de miembros del partido autoritario que detenta el poder. La Enciclopedia de la Política, de Rodrigo Borja, explica que en este sentido la purga “es una depuración que suele hacerse en los gobiernos y en los partidos políticos de corte autoritario para mantener la ‘pureza ideológica’ y la ‘disciplina’, mediante la separación violenta de elementos a quienes la dirigencia no considera ‘puros’ u ‘ortodoxos’”.
A finales de marzo de 2021, cuando el expresidente Arnoldo Alemán fue purgado en el Partido Liberal Constitucionalista (PLC) por sus mismos correligionarios y compinches, comentamos que la purga se ha practicado desde tiempos inmemoriales, pero solo fue convertida en sistema político hasta después de que los comunistas tomaron el poder en Rusia.
Lenin, el fundador del Estado comunista soviético, estableció las purgas políticas a partir de la tesis de Ferdinand Lasalle, fundador del movimiento socialista en Alemania, de que el partido revolucionario igual que el organismo humano se llena de impurezas y por tanto hay que purgarlo de vez en cuando. “El partido se fortalece depurándose”, escribió Lasalle en una carta personal dirigida a Carlos Marx, que Lenin citó en una de sus principales obras doctrinarias.
De conformidad con la tesis de Lasalle, Lenin determinó que “el partido debe ser depurado de bribones, de los comunistas burocráticos, deshonestos o vacilantes…” Y en la aplicación de esa “doctrina” política, miles de miembros y dirigentes en distintos niveles del Partido Comunista ruso y soviético fueron purgados durante las dictaduras de Lenin y Stalin. Pero no solo destituidos de sus cargos y encarcelados, sino también torturados y asesinados.
Cabe mencionar que los nazis en Alemania incluso aplicaron las purgas en su sentido literal, pues en algunos casos torturaban a sus víctimas obligándolas a ingerir cantidades excesivas de aceite de ricino, o sea purgante, que les provocaban vómitos, cólicos y diarrea aguda, en muchos casos hasta la muerte.
Actualmente en Nicaragua las purgas de los militantes sandinistas, que a juicio de sus líderes se vuelven indeseables, no llegan a tanto. Al parecer se limitan a destituirlos de los cargos que desempeñaban, expulsarlos del partido y según los casos privarlos de su libertad con prisión o casa por cárcel.
Porque hay personas que son así, generalmente los miembros de los partidos autoritarios ven como normal e incluso aplauden las purgas que se aplican a quienes incurren en la disidencia y faltas disciplinarias. Hasta que los purgan a ellos mismos.