“Cuba es el mayor exportador de lesa humanidad, ejecutan Venezuela y Nicaragua”, afirmó Blas Jesús Imbroda, presidente de la Subcomisión de Extranjería y Protección Internacional del Consejo General de la Abogacía Española y asesor jurídico del Grupo Iberoamericano de Justicia Internacional (GIJI), durante la Jornada sobre crímenes internacionales, violaciones a los derechos humanos y la respuesta de la justicia internacional a los casos de Nicaragua y Venezuela.
La jornada realizada en Madrid, España, este 29 de mayo, fue organizada por el GIJI, Caracastvinternacional-Nueva York y el Consejo General de la Abogacía Española.
Imbroda indicó que ante esta situación hay dos acciones necesarias: la primera, no callar jamás y seguir denunciando; y la asegunda, luchar y trabajar ante la justicia internacional y pedir una respuesta de esta.
Norman Caldera, excanciller de Nicaragua, indicó que de acuerdo con el último informe del Grupo de Expertos sobre Derechos Humanos para Nicaragua (GHREN) “el gobierno nicaragüense sigue perpetuando sistemáticamente graves violaciones de los derechos humanos equivalente a crímenes de lesa humanidad por razones políticas. El informe instó a la comunidad internacional a tomar acciones legales contra los perpetradores”.
Admitió que su primer pensamiento fue: “Otro informe más de los muchos que han salido y de lo que yo llamo muro de los lamentos. (…) Lamentamos, lamentamos, lamentamos”, pero que después le entusiasmó el pronunciamiento de los estados.
Pero, sobre la postura de la Unión Europea que se pronunció por un “diálogo sincero y constructivo”, recordó lo que ocurrió con el intento de diálogo realizado en el Incae, hoy confiscado por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, al igual que la sede de la Organización de Estados Americanos (OEA) y los “garantes” del diálogo como la Cruz Roja Internacional que medió y se le clausuró y embargaron sus propiedades.
Recordó además que Ortega y Murillo detuvieron, desterraron y desnacionalizaron a cuatro de los miembros de los representantes de la oposición.
Para dejar claro que el diálogo no es una salida, Caldera reprodujo un discurso de Ortega en el que se niega a los “diálogos”, las negociaciones y remarca que “negociar con los yanquis es negociar con la muerte”.
“Queda claro que no hay posibilidad de negociación, tampoco con la acción armada. ¿Qué es lo que nos espera?”, cuestionó el excanciller.
En este sentido comentó que la salida puede ser la justicia internacional, sobre todo con los casos de los 316 nicaragüenses apátridas. Comentó que usando la declaración universal se puede recurrir a la justicia y fue dando ejemplos mencionando artículos.
Recordó que hay 222 prisioneros políticos desterrados, más 94 opositores privados de la nacionalidad, son 316 personas a las que les quitaron su nacionalidad, les quitaron propiedades y se adueñaron de sus jubilaciones.
De acuerdo con Caldera, de estos expatriados 260 están en Estados Unidos y más de 40 son de la tercera edad, y con respecto al impacto de quitarles sus pensiones dijo que hasta en un análisis con la inteligencia artificial esta respondió que “la confiscación de una pensión puede dejar a una persona en una situación de dependencia, similar a la de los esclavos”.
“La única salida, por lo tanto, que nos queda pendiente de buscar es el apoyo de la justicia internacional. Ahí está el camino, la justicia universal, la Corte Internacional de Justicia, por la violación de las dos convenciones sobre apatridia y sobre tortura, y la Corte Penal Internacional, a través de delitos cometidos por un tercer país, porque Nicaragua no es miembro del Estatuto de Roma, pero sí hay crímenes de los Ortega cometidos en países como Costa Rica que sí son miembros y hay jurisprudencia que dice que se pueden llevar casos en esa situación”, explicó.
Mandan los cubanos
Humberto Calderón Berti, exministro de Relaciones Exteriores de Venezuela y expresidente de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) hizo un recorrido de cómo ha cambiado Venezuela, de ser un país que recibía personas de diferentes nacionalidades a un país con millones de venezolanos fuera, además de pasar de un país bien económicamente a uno “absolutamente destruido”.
“Todo lo que tenemos en Venezuela es exclusión. Lo más grave de todo es que han destruido la institucionalidad del país. Le han hecho un daño a la gente que no hay forma de medirlo, el daño en el alma de la gente. 25 años de desgobierno”, remarcó.
Agregó que al escuchar a Caldera sintió como si se hablara de Venezuela, porque es lo mismo. “Somos víctimas de un dominio territorial y político. Quién manda en Venezuela, Maduro; quién manda en Nicaragua, Ortega. Mandan los cubanos son los que diseñan la política de Venezuela, servicio de inteligencia, de notaría, de registro, en manos de los cubanos, son los dueños y señores del país”, concluyó.