14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

Los candidatos

En mis dos primeros escritos sobre las elecciones norteamericanas de noviembre de este año, abordé las reglas del juego y los temas principales de esta contienda. En este artículo me concentraré en los dos candidatos: Joe Biden y Donald Trump.

Inicio con dos cosas que tienen en común. Ambos han sido presidente de la Unión Norteamericana y ambos están bien entrados en la tercera edad. Trump ya cumplió 74 años. ¡Y Biden tiene 82!  Comparados a ellos, Ronald Reagan, otro presidente cuya edad fue un tema electoral, era un chavalo. Tenía 69 años en su primera toma de posesión y 77 años al dejar la Casa Blanca al completar su segundo período como jefe de Estado.

Los medios norteamericanos frecuentemente comentan la edad y el estado de salud de ambos candidatos. Y de los dos el que más agresivamente está utilizando la edad como arma es Trump, quien no vacila en descalificar a su contrincante por ser viejo y en acusarlo —en el vernáculo nicaragüense— de estar “chochando.” Pero tomando en cuenta su edad, Biden se ve bien de salud y demuestra claridad mental. Prueba de esto fue su reciente discurso sobre el “Estado de la Unión”, un rito anual de los presidentes norteamericanos. Su comparecencia fue larga y enérgica. Trump, por su parte, está pasado de peso y admite que su ejercicio principal es jugar golf y, por supuesto, montado en un carrito.

Los antecedentes de Biden y Trump son muy diferentes. Biden nació en Scranton, una pequeña ciudad industrial en Pennsylvania, y su familia era de clase media, católica y de raíces irlandesas. Estudió derecho y ha sido casado dos veces —su primera esposa murió en un accidente de tránsito— y ha tenido cuatro hijos, dos de los cuales aún viven. Como adulto, Biden se mudó al pequeño estado de Delaware y este estado es su residencia legal. 

Biden se ha dedicado a la política prácticamente durante toda su vida y ha sido tremendamente exitoso en ella, en gran medida por su afabilidad. En 1972 fue electo senador por Delaware por primera vez. Tenía solo 30 años. Y fue reelecto al senado seis veces más. También fue vicepresidente de Obama por 8 años. Y en 2020 fue electo presidente. O sea que lleva 48 años en cargos públicos del gobierno federal. ¡Y si gana las elecciones de noviembre y completa su mandato, habrá ocupado cargos públicos por 52 años y terminaría su mandato a los 86 años! Ideológicamente, Biden es de centro-izquierda en el espectro político norteamericano.

Trump nació en la ciudad de Nueva York en 1946, de un padre rico y una madre que emigró a EE.UU. de Escocia. Es un protestante. Viene del sector privado y es multimillonario. La revista financiera Forbes calcula su fortuna personal en US$3 millones de millones.  Heredó esta fortuna de su padre. Aunque a él le gusta proyectarse como un exitoso empresario, sus empresas, especialmente sus casinos en Nueva Jersey, han sufrido muchos e importantes reveses obligándolo a declararse en bancarrota varias veces.  Ahora su imperio de bienes raíces se ha reducido principalmente a varios clubs de golf. Considera a la Florida su residencia legal y vive en Mar-a-Lago, un famoso club que le pertenece en Palm Beach.

Trump se dio a conocer en un popular programa de televisión El Aprendiz, que estuvo en el aire por 14 años.  Además, fue el dueño de la competencia de Miss Universo. Se ha casado tres veces —se divorció de sus dos primeras esposas— y tiene 5 hijos: tres varones y dos mujeres.

La carrera política de Trump ha sido corta, pero exitosa. Se limita a cuatro años en la Casa Blanca después de ganar la elección de 2016 como el candidato del Partido Republicano, aunque no había militado en sus filas. En esa contienda, su contrincante del Partido Demócrata, Hillary Clinton (esposa del expresidente Bill Clinton) obtuvo tres millones de votos más que Trump. Pero él derrotó a Clinton en votos electorales 304 a 227, y los votos electorales son los que determinan quién ganó la elección, a como expliqué en uno de mis recientes escritos.

Trump volvió a postularse para la Presidencia en 2020, esta vez contra Joe Biden. Pero perdió por siete millones de votos populares y por 306 a 232 en votos electorales.

Después de su fracaso en la elección de 2020, Trump alegó que los demócratas se robaron la elección. Y el 6 de enero de 2021, el día en que el Congreso contaría formalmente los votos electorales y declararían a Biden como ganador, Trump instó a miles de sus seguidores invadir al Capitolio para impedir el conteo formal de los votos electorales. La turba logró invadir al Capitolio y suspender el conteo de los votos electorales. Este incidente —de hecho, un intento de golpe de Estado— nunca se había dado en la historia estadounidense.  Como consecuencia del tumulto murieron cinco policías del Capitolio, y se suspendió hasta el día siguiente el conteo ceremonial de los votos que, por cierto, lo presidió Mike Pence, el vicepresidente de Trump.  Desde ese entonces, Pence se ha distanciado de Trump y ha declarado públicamente que no votará por Trump en las elecciones de noviembre de este año.    

Ideológicamente, Trump se autodescribe como un conservador nacionalista.

En mi próximo ensayo de esta serie, abordaré las perspectivas de los dos candidatos. Me basaré en lo que dicen las encuestas y tomando en cuentan sus recursos financieros y otros elementos, incluyendo el impacto que podrán tener en los comicios los problemas legales que está teniendo Trump en un juicio criminal en Nueva York por sobornos que pagó para que una de sus examantes no divulgase esta relación.

El autor fue canciller y embajador de Nicaragua en Estados Unidos.

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí