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Visita a granja Avicola en Masatepe. El 5 de Junio se realizara un seminario sobre diferentes temas de interes para este sector. LA PRENSA/Carlos Malespin

El calor tiene en jaque a las aves de corral y a la producción avícola artesanal

Para evitar la muerte de las aves están usando ventilación artificial y luz eléctrica para que coman durante la noche y la madrugada. No hay reportes oficiales sobre las afectaciones, pero el precio del huevo y de la carne de pollo ya registra incrementos

Diversas actividades del sector agropecuario están sufriendo los efectos del calor extremo que se registra en Nicaragua desde hace varias semanas, con temperaturas promedio de hasta 40 grados Celsius en la zona de León y Chinandega. Los ganaderos de la zona norte, centro y sur del país, confirmaron la caída de entre el 30 y 100 por ciento de la producción de leche. Aunque no hay informes oficiales, el sector avícola reporta la muerte de aves de corral, principalmente en la zona de occidente, mientras que en el resto del Pacífico, los avicultores artesanales extreman medidas para evitar la muerte de sus aves.

La avicultura industrial está a salvo de esta crisis porque concentra las aves en galeras que funcionan bajo ambientes controlados.

En cambio los avicultores artesanales tienen que hacer muchos esfuerzos por evitar la muerte de las aves y estos, elevan considerablemente sus costos de producción; y a pesar del alto costo del huevo 135 córdobas por cajilla puesto en las granjas, los pequeños avicultores dicen que están acumulando grandes pérdidas. Ellos esperan estabilizar sus finanzas con la llegada de la temporada lluviosa, que según el Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (Ineter), se establecerá después del 15 de mayo. Es decir, que las altas temperaturas se mantendrán por al menos un mes más.

Un directivo de una cooperativa avícola de la zona de occidente, que por temor a represalias pide no divulgar su nombre, confirma que en comunidades de León y Chinandega, donde las temperaturas según el Ineter se han mantenido cercanas a los 40 grados Celsius, en algunas granjas artesanales y fincas con aves de corral para la producción de autoconsumo, el calor calor ha matado a muchos pollos y gallinas.

Mejorar la ventilación a las aves

Para evitar más muertes, los avicultores han mejorado la ventilación en los galerones donde mantienen a las aves. Además, están sacrificando el inventario de pollos de engorde, porque son más vulnerables al calor; y se han enfocado en propiciar mejores condiciones a las gallinas ponedoras, que aunque el calor les reduce el ritmo de producción, son más resistentes.

Sitios especializados explican que los efectos que están provocando las olas de calor en la avicultura, son generalizados en todo el continente. Un análisis realizado por la Asociación Peruana de Avicultura (APA) determinó que el estrés calórico que generan las altas temperaturas en las aves de corral, reduce su desarrollo y capacidad de producción. Las gallinas ponedoras, reducen su ritmo de postura, mientras que los pollos de engorde experimentan un menor crecimiento. Además, todos están expuestos a morir.

Por su parte, un dirigente de los avicultores de la zona de Masaya explica que en toda la zona del Pacífico los productores avícolas están desarrollando diversas estrategias para evitar la muerte de sus aves. En el caso específico de Masaya y Granada, muchos han elaborado enramadas de palma para bajar la temperatura de las galeras donde tienen a las aves.

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Cambios en la alimentación de las aves

Además, en la medida de las posibilidades de cada avicultor, en las horas de calor más fuerte, es decir, entre las 11 de la mañana y las cuatro de la tarde, que es la hora “del golpe de calor”, le ponen ventiladores en las galeras para refrescar el ambiente. También, han hecho cambios en la alimentación y les están dando alimentos preparados con mayor concentración de proteínas para garantizar su nutrición.

Teniendo en cuenta que el calor les quita el apetito, les han variado las horas de comida. Los avicultores explican que para garantizar que las aves se alimenten les mantienen encendida la luz eléctrica durante cinco horas en la noche y madrugada, para que en esas horas que el clima está más fresco, tengas las condiciones adecuadas para alimentarse.

“Antes les dábamos cuatro horas de luz artificial ahora les damos cinco para tratar de compensar el alimento que no consumen durante las horas del día en las que solo pasan jadeando por el excesivo calor”, explica el avicultor de la zona de Masaya y añade que las horas de luz son entre las 6 de la tarde y las 8 de la noche para que terminen el alimento del día y después entre la 1 y las 4 de la madrugada, para que coman antes que salga el sol y comience el calor.

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No hay reportes oficiales sobre la afectación

Ambos avicultores aseguran que cuando las aves están jadeando por el calor no hay que mojarlas a ellas. ni el lugar donde permanecen, porque esa humedad combinada con las altas temperaturas son un ambiente propicio para el desarrollo de infecciones bacterianas. “Eso crearía otro problema y más grave porque afectaría la salud de los animales y se pueden morir más rápido, entonces hay que buscar otras alternativas”, dice el avicultor de la zona de Occidente.

Hasta ahora no hay ningún reporte oficial sobre las afectaciones que el calor ha provocado a la avicultura artesanal. Tampoco sobre el impacto que estas afectaciones han provocado en la producción de huevos y carne de pollo, ya que desde diciembre del año pasado, el Banco Central de Nicaragua (BCN), no ha vuelto a actualizar estos datos.

Sin embargo, el impacto de esta crisis podrían estar reflejándose en el precio de estos productos. Según el reporte de precio de los productos de la canasta básica que publica el Instituto Nacional de Información de Desarrollo (Inide), en los últimos tres meses ambos productos han registrado incrementos en su precio. En diciembre la libra de carne de pollo costaba 57.29 y para finales de febrero había subido a 60.15 es decir un incremento de 2.86 córdobas por libra.

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Precio del pollo y del huevo ya subió

Según los datos del Inide el precio de la docena de huevo también subió, pasó de 72.79 córdobas en diciembre a 74.22 córdobas en febrero, es decir un alza de 1.43 córdobas por docena, que implicaría que en promedio, la cajilla de treinta huevos subió 3.55 córdobas.

Además, los dirigentes de las cooperativas explican que ahora para los sectores es muy complicado cuantificar los daños, ya que la comunicación entre las cooperativas e incluso entre los mismos productores en más complicada.

La cancelación de la personería jurídica a las organizaciones empresariales y de productores, ha generado tanto temor a estar organizado, que incluso algunas cooperativas que incluían a productores de zonas grandes, se han centralizado a sus comunidades, para evitar movimientos que les puedan generarles problemas con las autoridades.

Se elevaron sus costos de producción

En medio de la falta de información oficial sobre las afectaciones, ambos avicultores confirman que las medidas que han impulsado para frenar los efectos de los golpes de calor, han elevado considerablemente sus costos de producción y esto a su vez les está generando grandes pérdidas.

“Sin embargo, sería peor perder todos nuestros animales. En mi caso lo que estoy haciendo es reduciendo personal, ahora uno con su familia tiene que hacer todo, yo son el granjero, el administrador, el celador, el bodeguero, y mi esposa y mis hijos son los únicos que me ayudan, porque no hay dinero para pagar empleados, estamos trabajando solo en familia y confiando en que las gallinitas se recuperen cuando vengan las lluvias. Siempre le damos gracias a Dios porque sabemos que el clima va a mejorar”, asegura el avicultor de la zona de Masaya.

Mientras llega la temporada lluviosa que según Ineter se establecerá después del 15 de mayo, las temperaturas podrían mantenerse altas y los avicultores tendrán que seguir invirtiendo para evitar la muerte de sus aves y vendiendo el huevo que producen a un precio promedio de 135 córdobas por cajilla puesto en las granjas. “Con ese precio al menos garantizamos el mantenimiento de la gallina mientras llegan las lluvias y nos recuperamos de esta mala racha”, asegura el avicultor de la zona de Masaya.

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