Dicen que con el tiempo trabajas en una carrera para la cual estudiaste apenas el 20 por ciento de lo que haces. Eso me ocurrió a mí. Al iniciar los más de 20 años de vida profesional me dediqué a hacer cosas que me enseñaron en la escuela de Comunicación: hice notas de prensa y anuncios para oficinas de relaciones públicas; escribí notas informativas y reportajes para medios de comunicación.
Pero con el pasar de los años los tiempos iban cambiando y las tareas se fueron complicando. Trabajé en la elaboración de proyectos de comunicación. Si bien llevaban textos, no es lo mismo. Debes pensar en función de objetivos y estos deben ser inteligentes. (SMART: Específicos (Specific), measurable (Medibles), alcanzables (Achievable), realistas (Realistic) y de duración limitada (Time-bound). Debes pensar en los “entregables” que miden el avance de lo que te propones y en el informe con el que cerrarás.
En comunicación digital las cosas se complicaron aún más, sobre todo porque estudié y no había nacido Google, Facebook, Instagram, Twitter y ya ni le sigo. Sin embargo, aprendí de las plataformas, la generación de contenido y más importante del análisis de redes sociales, que no es igual a publicar y veamos si pega.
Analizar redes sociales implica conocer las plataformas, los contenidos para cada una de ellas y es conocer indicadores claves de rendimiento (KPI, Key Performance Indicator. Una métrica cuantitativa que muestra cómo tu equipo o empresa progresa hacia tus objetivos empresariales más importantes) y nos permiten medir desempeño de publicaciones, nos ayuda a saber si vamos por el camino correcto o debemos mover un poco el timón.
El manejo de redes y la analítica va en función de mejorar el rendimiento y la producción de contenidos. Y de eso es que quiero hablar. Del aporte de la comunicación a la producción de empresas, organizaciones, asociaciones, escuelas, familias y básicamente todo aquel conjunto que maneje flujo de información.
Ya he puesto algunos ejemplos, como el desarrollo de proyectos y el manejo de redes sociales, pero hablemos de procesos más simples como la elaboración de informes. Recuerdo que trabajando para una organización se hacían informes kilométricos de actividades sencillas y para simplificarlos usamos las 6W (qué, quién, cuándo, dónde, por qué y para qué, por sus siglas en inglés).
Entonces un informe que describía hasta el suspiro de un equipo, se redujo a unas cuantas páginas en las que se reportaba quiénes habían participado, cuándo se había realizado la actividad, dónde se llevó a cabo, qué se había hecho, cómo se trabajó, por qué y con qué objetivo se hizo eso.
Simplificar las cosas y mi aprendizaje autodidacta en contenidos multimedia me llevó a trabajar con otros comunicadores, diseñadores y desarrolladores web en consultorías para proyectos de cooperación internacional, para empresas regionales y para pequeñas y medianas empresas.
En el periodismo se trata de saber contar una historia, en comunicación qué decir, cómo decirlo, cuándo decirlo y en qué plataforma, dependiendo de lo que estemos manejando.
Manejar una marca, por ejemplo, debe pasar por conocerla, saber qué la caracteriza, por qué, cómo es diferente esa marca de las otras. La base aprendida en la universidad son los “mensajes claves” que debemos elaborar y que ahora se mueven en diferentes formatos y plataformas.
No digo que el 20 que aprendí en la universidad de todo lo que hago no funcione, al contrario, representa un pilar, un aprender a aprender para llegar al punto que he alcanzado hoy.
Recuerdo que al dar clases en diferentes universidades mis alumnos me decían… “profe, pero es que usted es de la UCA (Universidad Centroamericana)” y yo siempre les hacía ese comentario que cuando estudié usaba Lantin Mail y ni soñábamos con Google y que lo que uno aprende es una base para lo que luego la vida te enseña.
La comunicación y el periodismo están teniendo una especie de escuela acelerada con la crisis que enfrenta Nicaragua, con el exilio y otros retos que se suman a la modernidad que no se detiene.
Hoy los comunicadores deben aprender de administración, de contabilidad, de desarrollo de proyectos, para sus propios medios, para salir adelante y deben lidiar con lo que ha sido una tarea extra del comunicador: explicar que lo que hacemos no lo puede hacer cualquiera.
La autora es licenciada en Comunicación Social.