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¿Podemos imitar a Singapur?

Aprender es de sabios. No hacerlo es de necios. Un camino para lograr en su día una Nicaragua que deje atrás la pobreza, la corrupción y el atraso, es aprender de quienes lo han logrado. Uno de los mejores ejemplos es Singapur. Al independizarse en 1965, era un paisito subdesarrollado, plagado por la pobreza, la corrupción y la inseguridad. Su ingreso anual per cápita no pasaba de los 500 dólares, menos de la mitad del nicaragüense del mismo año. Hoy, para asombro del mundo entero, es el país más rico y seguro del mundo. Su ingreso per cápita ronda los 130,000 dólares, la criminalidad es casi inexistente, está entre los seis países menos corruptos del mundo, y su desempleo bajó del 14 por ciento al 2.1.

Parece a todas luces un milagro extraordinario. Pero no lo es. Los milagros son portentos inexplicables. El salto de Singapur, en cambio, se explica por una serie de políticas que sus líderes se propusieron implementar. Artículos como Why Singapore Works: Five Secrets of Singapore’s Success, de Jon S.T. Quah, y otros disponibles en Google, sugieren algunas. A continuación, cinco de ellas:   

  1. Hacer de Singapur el lugar más atractivo del mundo para invertir o el más amigable para los negocios. Para ello priorizaron atraer compañías multinacionales y, desafiando los prejuicios antioccidentales de la región, proclamaron pragmáticamente —porque convenía— su amistad con Estados Unidos y Europa. Decisivo fue establecer una economía libre —elogiada por el libertario Milton Friedman— con bajísimos impuestos y tarifas (aranceles) de entrada y salida, libre contratación de mano de obra, y máxima simplificación de trámites. Su ministro de economía llegó a jactarse de que en su país se podía abrir un negocio en tres horas, en vivo contraste con lo descubierto por Hernando de Soto en Perú: que allí tomaba más de un año.  
  2. Considerar el recurso humano como el capital más valioso del país. Para el 2016 su inversión en educación era doscientas veces mayor que la de 1959. Pero lo más original fue crear un currículo centrado tanto en la educación moral y religiosa como en las habilidades matemáticas. Enfatizaron así el desarrollo de virtudes como honestidad, respeto, responsabilidad personal, perseverancia y coraje moral, y, sobre todo, las servidoras de la preciada unidad familiar; como cuido, compromiso, fidelidad, aprecio por sus miembros, estima del nombre familiar etc. En 2015 sus alumnos obtuvieron el primer puesto mundial en las pruebas TIMSS en matemáticas, ciencia y lectura. Detrás de su éxito está como siempre el esfuerzo: ellos hacen 9 horas de tareas por semana versus las tres del resto del mundo.
  3. Combatir la corrupción. Se creó una oficina para investigar prácticas corruptas Corrupt Practices Investigation Bureau (CPIB) dotado de autonomía, buen presupuesto y funcionarios entrenados en el exterior. Se establecieron duras penas para los corruptos, considerándose igual delito aceptar y ofrecer coimas. Altos funcionarios fueron afectados. Ejemplos: en 1986 el ministro de desarrollo se suicidó al ser descubierto por la CPIB y en 2014 el director asistente de la CPBI fue condenado a 10 años de prisión por malversar un millón de dólares.
  4. Fomentar la meritocracia y crear una burocracia excelente y profesional. Esto se logró con exámenes, evaluaciones transparentes periódicas (incluyendo a los maestros) y poniendo los salarios de los empleados públicos al mismo nivel que los del sector privado
  5. Poder judicial confiable. Aunque el ejecutivo ha tenido por décadas algunas características autoritarias, su sistema judicial es profesional y libre de corrupción. La ley es respetada y se aplica por igual a todos los ciudadanos. Las penas son severas. Algunos las critican como medievales, como azotar físicamente a quienes manchan paredes o tiran basura en las aceras. Dicho sea de paso, Singapur es la ciudad más limpia del mundo.

 Estas políticas, junto con otras pendientes de análisis, debemos estudiarlas pensando en su adaptabilidad a Nicaragua. Eso fue precisamente otro de los aciertos de los singapurenses: esmerarse en conocer los factores del éxito en países pequeños, como Suiza o Israel. Igual que observar y luego apuntar alto. Optimistas, pues estos aparentes milagros son posibles. Con empeño y decisión nuestro país podría llegar a ser el país más próspero de Latinoamérica dejando atrás a Costa Rica y demás vecinos. ¿Por qué no adoptar entonces, como agenda de la oposición, hacer de Nicaragua el Singapur de América? 

Humberto Belli fue ministro de educación y autor del libro “Buscando la Tierra Prometida, historia de Nicaragua 1492-2019”

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