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Parte baja de la novena entrada. Marvin Benard en la caja de bateo. Enfrenta al pícher de los Dodgers de Los Ángeles, Mike Fetters. Este domingo dos de julio del 2000, los Dodgers y los Gigantes de San Francisco están protagonizando el partido del día que se mantiene empatado a cinco carreras.
El nicaragüense Benard espera paciente en la caja de bateo hasta que Fetters le lanza una recta. ¡Pam! Suena el madero al chocar con la bola que sale proyectada por el jardín derecho. Jonrón. Benard desempata el juego y deja tendidos en el campo a los Dodgers, el máximo rival de los Gigantes.
Este fue uno de los episodios más importantes de la carrera de Marvin Larry Bernard Leonard en Grandes Ligas. El periodista deportivo Edgard Rodríguez, que cubrió toda la carrera del pelotero, comenta que él “es una leyenda del deporte nicaragüense” por su actuación en los años que jugó con los Gigantes de San Francisco. Sin embargo, en su etapa como manager no le ha ido muy bien.
Benard, de 54 años, es actualmente el entrenador de la selección nacional de béisbol de Nicaragua. Su último torneo fue la Serie del Caribe en la que el equipo perdió en los siete partidos que jugaron. Esto llevó a Benard a explotar en contra de sus jugadores.
“Somos conformistas. El pelotero nicaragüense es conformista y uno busca la manera de motivarlos, pero no se le puede quitar eso de la cabeza. Traemos lo mejor que tenemos y es lo que hay, no puedo meterme en el corazón ni en la cabeza y entenderlo. Parece que no hay hambre. Son conformistas. Y a la fanaticada nicaragüense le pido disculpas, no se merecen lo que se le está dando, uno se cansa de todo esto” dijo Benard en conferencia de prensa después de perder contra Panamá.
Sus declaraciones causaron reacciones negativas, tanto de la opinión pública como de los mismos jugadores que dirige en la selección. Sin embargo, esta no es la primera vez que Benard hace críticas en público sobre el beisbol nicaragüense. “Marvin siempre ha dicho que los beisbolistas nicaragüenses son conformistas y se lo ha hecho saber tanto a los jugadores como a los directivos. El problema es que ahora lo dijo en medio de un torneo internacional”, comenta un expelotero nicaragüense cercano a Benard y que solicita no revelar su nombre.
En 2021, Benard había hecho una crítica similar. Para entonces era manager de los Gigantes de Rivas y en conferencia de prensa dijo: “A mis peloteros les exijo que se metan al gimnasio, levantar más pesa, fortalecer las piernas. Cambiar la mentalidad de no ser conformistas, somos un poquito conformistas y hay peloteros que se molestan cuando se les dicen las cosas”.
En el beisbol nicaragüese, es común ver que el régimen de Daniel Ortega y el Frente Sandinista tienen influencias, y sus directivos y entrenadores han tenido cercanía con el partido rojinegro, sin embargo, Marvin Benard parece ser una excepción y jamás se le ha visto en eventos partidarios ni apoyando al régimen. “Aquí entre nos, creo no la tiene (cercanía con el FSLN). Él es hombre de beisbol y trabaja con el que esté de turno”, señala una fuente cercana a Benard.
Para Rodríguez, Benard es muy respetado en el béisbol nicaragüense, pues él, junto a Dennis Martínez y Vicente Padilla han sido lo máximo que ha tenido el país en este deporte, aunque a Martínez, el régimen de Ortega lo ha tildado de “traidor” por rechazar la represión. “Tal vez porque Marvin no se mete en política es que todavía le tienen respeto, porque Nemesio y esa gente no pone a gente en la que no confíe y que los vaya dejar mal”, señala el expelotero cercano a Benard.
Rosita
Marvin Benard es originario de Rosita, Caribe Norte de Nicaragua. Nació el 20 de enero de 1970 en el seno de una familia beisbolera. Él mismo ha contado que su madre jugaba sóftbol en Rosita y que su padre era el director de la liga local. Su abuelo también jugó beisbol, de manera que su vinculo con este deporte llegó desde la infancia.
“En Rosita solo hay un campo de beisbol y los padres salían del trabajo y los niños llegaban casi al mismo tiempo y todos se reunían en el campo de beisbol. Entonces desde que me acuerdo anduve en los campos jugando”, relató Benard en una entrevista con la revista DOMINGO en 2016.
A los siete años, la familia de Benard se trasladó a Bluefields y en 1982, con la imposición del Servicio Militar por parte de los sandinistas, la familia decidió irse a Estados Unidos. “Yo fui de esos niños que siempre lucí más grande y más alto para la edad que tenía, entonces cuando la vecina viene y le dice a mi mamá que van a venir por mi para el Servicio Militar, mi mama le dijo: “Bueno, lo que tiene el hijo mío son 12 años” y la señora le dice: “No importa, se lo van a llevar por su tamaño”, relató Benard a DOMINGO.
La familia llegó de manera irregular a Estados Unidos. Se asentaron en Los Ángeles y Benard recibía burlas en el colegio por parte de otros compañeros de clases. “Nosotros en la Costa hablamos inglés, pero con un acento criollo. Allá en los Estados Unidos eso suena raro y los niños son crueles. Cuando escuchan a alguien hablar así se ponen a reír”, contó Benard en 2016. Por esta razón, durante su adolescencia él fue un joven callado e inseguro, hasta que llegó a Grandes Ligas a los 25 años.
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“Se reían de mí por la ropa que me ponía y de la apariencia que tenía. Me quedaba apartado. A mí me vienen aceptando por el deporte”, señaló.
Para aquellos años, Benard jugaba beisbol colegial, pero aún no pensaba que podría llegar a firmar con un equipo de Grandes Ligas. Su buen nivel de juego le permitió conseguir una beca para entrar a una universidad, en donde se destacó y logró entrar al Draft de Grandes Ligas en 1992. Esta es una selección de jugadores jóvenes talentosos que los equipos profesionales hacen para contratarlos y que jueguen para ellos. Benard fue escogido por los Gigantes de San Francisco en el round 50.
Del beisbol universitario, Benard pasó a jugar en Ligas Menores. En su entrevista con DOMINGO, contó que en su primer año no le fue tan bien. “No jugué del todo. El segundo año comienzo a jugar y me va tan mal que era el primero que llegaba al estadio, era el último que se iba y si yo estaba en un barco y tiraba al agua no podía darle. Llegaba al apartamento y me ponía a llorar”, señaló.
Incluso, confesó que hubo momentos en que quiso dejar el deporte y que en más de una ocasión, los directivos de los Gigantes trataron de despedirlo porque no estaba en un buen nivel.
“Me llamaron tres veces para correrme y él (entrenador) les dijo que no, que él me había llevado y que él se iba a quedar conmigo. El señor siempre me decía: “Mañana es un día nuevo”. Al final de la temporada ofensivamente los números míos estaban entre los mejores tres o cuatro de la liga entera”, relató en 2016.
Primer bate
El debut de Marvin Benard en Grandes Ligas sucedió el 5 de septiembre de 1995. Su primer turno al bate fue contra el pícher Mark Harris a quien logró conectarle un hit por segunda base. Cuando estaba en la defensiva, Benard jugaba como jardinero, normalmente en el centro.
Para aquellos años, Benard jugaba en el mismo equipo que otras leyendas del béisbol como Barry Bonds o Jeff Kent. El periodista Edgard Rodríguez recuerda que Benard no desentonó ante la calidad de estos jugadores y eso lo llevaba a sobreexigirse para no perder su puesto en el equipo. “Cuando jugaba parecía que estaba enojado y en efecto lo estaba porque era como una guerra”, señala Rodríguez.
El mismo Benard habló sobre esto en 2016. “Uno no le pone atención a la magnitud hasta que deja de jugar. Ahora puedo decir ¡wow!, es impresionante, pero no le ponía atención porque tenía un trabajo que hacer. Y el mío es igual de importante que el de ellos. A veces yo digo que el trabajo mío era más importante que el de ellos. Los dos ganaron MVP (Jugador Más Valioso) cuando yo estaba ahí, los dos empujaron más de cien carreras, yo anotaba más de cien carreras. Yo bateaba primero, uno bateaba tercero y el otro cuarto. Así que, si yo no estoy ahí, tal vez no ganan ellos. También puedo decir que si ellos no están ahí yo no anoto mis cien carreras tampoco”.
Esas cien carreras de las que habló Benard, son las que hizo en 1999, su mejor año en Grandes Ligas y cuando promedió .280 de bateo. Sus mayores virtudes eran su velocidad y habilidad para batear, así como su buen desplazamiento y brazo para lanzar la bola desde los jardines. Jugó 891 juegos en total hasta que se retiró en 2003, y sus números bastaron para entrar al “Muro de la Fama” de los Gigantes de San Francisco.
Para aquellos años, Benard protagonizó duelos de nicaragüenses en Grandes Ligas, pues enfrentó a Dennis Martínez y a Vicente Padilla. “Fue más grande enfrentarme a Dennis porque era el ídolo de todo pelotero nicaragüense. Yo le dije al entrenador que si metía hit contra Dennis que me pidieran la bola por favor. No metí hit, pero eso es lo que quería”, contó Benard.
Poco antes de su retiro, Benard se vio involucrado en un escándalo por dopaje. En 2022 se publicó el Informe Mitchell, el cual documentaba casos de dopaje en el beisbol profesional. El nombre de Marvin Benard apareció en la lista de jugadores que usaron esteroides para mejorar su rendimiento.
Rodriguez, que conoce bien la trayectoria de Benard, señala que el episodio de los esteroides es “una mancha” en la carrera del pelotero, pero que esto no define su carrera completa. “Él tuvo una cirugía en la rodillla y se dieron cuenta que él tenía artritis. Para apurar el proceso de recuperación, él se introdujo esteroides”.
El mismo Benard dijo que los usó solamente en 2002 después de una operación en su rodilla izquierda para poder jugar la Serie Mundial de ese año, en la cual no pudo estar. Como en 1999 había tenido números por encima del promedio, muchos creyeron que Benard ocupaba esteroides desde ese año. “Me arrepiento porque todo mundo piensa que lo hice mi carrera entera, entonces la palabra de uno ya no tiene el mismo valor”, mencionó Benard en su entrevista con DOMINGO.
—¿Pero lo hizo para aumentar su rendimiento o para sanar?
— Para sanar. Yo quería estar en el roster para la Serie Mundial y andaba renqueando todavía. Y una gente me dijo que eso me podía ayudar. De una vez yo empecé a correr bien, pero no me pusieron en el roster de todos modos. Esa parte me afecta a mí, porque hice una cosa y no le saqué beneficio.
Una vez que se retiró, Benard continuó con su vida alejado del beisbol por un tiempo. Se sentía como un “trapo viejo”, hasta que le llegó una oferta para ser entrenador de bateo en Ligas Menores de los Padres de San Diego. Luego puso su propia academia de bateo, estudió Kinesiología, y también fue comentarista deportivo en español del canal de los Gigantes de San Francisco. En 2016, en su entrevista con DOMINGO, calculó haber ganado unos 14 millones de dólares durante los nueve años en los que jugó en Grandes Ligas.
Manager
Si como jugador Benard ha tenido buenos números, como entrenador no ha tenido el mismo rendimiento. En 2015, Benard fue nombrado mánager de la Selección Nacional de Béisbol de Nicaragua por primera vez para jugar un preclásico en el que se enfrentó a Alemania, República Checa y México por un boleto al Clásico Mundial de Béisbol.
Nicaragua ganó contra los primeros dos, pero contra México se llevó una derrota, la cual no permitió que la tropa pinolera clasificara. La segunda experiencia de Benard al frente de la selección fue en 2018, en un torneo preolímpico en Florida. En esa ocasión, Nicaragua le ganó a Puerto Rico, pero perdió con República Dominicana y Estados Unidos quedando eliminados de la contienda.
Su tercera experiencia fue recientemente en la Serie del Caribe, en la cual Nicaragua perdió todos los partidos que jugó. “Marvin es un buen manager, pero no ha tenido la oportunidad de dirigir a un equipo talentoso en un torneo donde haya oportunidades legítimas de avanzar”, señala Rodríguez y recuerda que Dennis Martínez también tuvo una etapa como manager, pero tampoco pudo conseguir buenos resultados.
“No hay gente en el país que domine el beisbol como Benard y como Martínez”, señala el cronista, e insiste en que el problema no es el manager, si no que los rivales de Nicaragua están en un nivel muy superior.