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Polarización, mal político y palabra del año 2023

La Fundación del Español Urgente (Fundeu) ha escogido polarización como la palabra del año 2023.

Fundeu existe desde principios del año 2005 cuando fue creada en base del Departamento de Español Urgente de la Agencia EFE, con el asesoramiento de la Real Academia Española (RAE), para “velar por el buen uso del idioma español en los medios de comunicación, en especial los informativos”.

Se dice que es “del español urgente”, porque examina la lengua en acción, el lenguaje como herramienta de trabajo diario en los medios de comunicación para ayudar a su mejor uso. Con ese fin Fundeu publica una recomendación diaria sobre el buen uso del español, basada en las dudas que detecta en los principales medios de comunicación en español, y las envía a todos sus suscriptores a lo largo y ancho del planeta. Al mismo tiempo que responde  consultas que se le hacen desde todas partes por medio del correo electrónico y otros mecanismos de la comunicación.

Gracias al servicio que Fundeu presta todos los días sin costo alguno, ningún periodista y comunicador en general tiene justificación para escribir cometiendo errores que afean el lenguaje español y enturbian la comunicación.

Fundeu y la Real Academia Española informan que han escogido polarización como la palabra de este año, por su gran presencia en los medios de comunicación y la evolución de su significado. La palabra polarización está registrada en el diccionario académico desde 1884 para “aludir a situaciones en las que hay dos opiniones o actividades muy definidas y distanciadas (en referencia a los polos), en ocasiones con las ideas implícitas de crispación y confrontación”. Pero ahora más que nunca “es habitual encontrar en los medios ejemplos que aluden a diversas formas de polarización, a nivel mundial: la polarización de la sociedad, de la política, de la opinión pública, de las posturas en las redes sociales, etc.”

Ciertamente, la polarización impide la buena comunicación y por lo tanto el entendimiento entre las personas y los grupos sociales y políticos, haciendo más difícil o imposible que puedan resolver los problemas comunes.

De la polarización se deriva el “discurso de odio”, definido como la acción comunicativa que promueve y alimenta “una opinión prejuiciosa, estigmatizante y destructiva” hacia un grupo de individuos discriminado o perseguido por motivos raciales, étnicos, religiosos, políticos e inclusive de orientación sexual.

La polarización del lenguaje, y su producto natural que es el discurso de odio, constituye un mal agravado en sociedades donde no hay democracia ni tolerancia. Un claro ejemplo de esto es Nicaragua, donde por la polarización los gobernantes y los opositores ni siquiera pueden comunicarse entre ellos; y cuando se aluden usan un lenguaje insultante que estigmatiza y denigra al oponente.

Ojalá que la escogencia de  polarización como palabra del año 2023 pudiera servir para comenzar a distender la comunicación humana, a entender que escuchar al otro en vez de insultarlo y rechazarlo, podría ser por lo menos el comienzo de una relación normal entre las personas humanas.

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