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El lamento del papa porque sigue la persecución contra la Iglesia

En su mensaje con motivo de la Navidad de 2023 el papa Francisco abogó por la paz en el mundo, particularmente en Gaza y Ucrania donde ocurren los peores conflictos bélicos. También deploró la persecución contra los cristianos y “que hay quien cada día lucha por seguir el Evangelio, mientras el mundo se ríe de ellos y predica otra cosa”.

Francisco recordó que el 26 de diciembre es el día de San Esteban, el protomártir o primer mártir cristiano de la historia. “Hoy —agregó— dos mil años después, vemos tristemente que la persecución continúa: sigue habiendo —y son muchos— quienes sufren y mueren por dar testimonio de Jesús, como también hay quienes son penalizados a diversos niveles por comportarse de forma coherente con el Evangelio, y quienes luchan cada día por mantenerse fieles, sin aspavientos, a sus buenos deberes, mientras el mundo se ríe de ellos y predica otra cosa”.

El martirio de San Esteban es narrado en Hechos de los Apóstoles de El Nuevo Testamento. Él fue uno de los siete diáconos escogidos por los apóstoles, al comenzar el cristianismo, para repartir comida entre los más pobres de Jerusalén. Por su sabiduría, elocuencia para la prédica y firmeza de sus convicciones cristianas, Esteban (cuyo nombre significa “el coronado”)  fue martirizado mediante lapidación en el año 34 después de Jesucristo. El judío Saulo de Tarso presenció el martirio de Esteban, después de eso se convirtió al cristianismo y como San Pablo llegó a ser el más importante evangelizador, intérprete y divulgador de la doctrina de Jesucristo, así como el fundador de numerosas comunidades cristianas en diversas ciudades del antiguo imperio romano.

Evocando a San Esteban, el papa Francisco señaló que los cristianos que todavía son perseguidos “también pueden parecer fracasados, pero hoy vemos que no es así. De hecho, ahora como entonces, la semilla de sus sacrificios, que parecía morir, brota y da fruto, porque Dios, a través de ellos, sigue obrando maravillas para cambiar los corazones y salvar a los hombres”.

Sin mencionar por su nombre a ningún país, el papa Francisco expresó su “cercanía a las comunidades cristianas que sufren discriminación y les exhorto a perseverar en su lucha pacífica por la justicia y la libertad religiosa”.

En Nicaragua, en los días previos a la Navidad fue encarcelado otro obispo de la Iglesia católica, monseñor Isidoro Mora, de la Diócesis de Siuna. Dos o tres sacerdotes y diáconos también fueron llevados a la cárcel.

La abogada de derechos humanos Martha Patricia Baltodano ha documentado en su informe Nicaragua, una Iglesia perseguida, que desde 2018 la Iglesia católica de Nicaragua ha sufrido más de 740 ataques represivos. Este año 2023, con casi 280 represiones, ha sido el peor, dice la experta. Y señala que 176 religiosos y religiosas católicos no están ejerciendo su ministerio en Nicaragua porque fueron expulsados, se les prohibió el ingreso al país o fueron enviados al destierro.

El caso más representativo de la  represión contra la Iglesia católica de Nicaragua es el del obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez Lagos, quien está preso en la cárcel de Tipitapa desde el 4 de agosto de 2022 y ha sido condenado a más de 26 años de prisión.

Han pasado 1,989 años desde que en la ciudad de Jerusalén fue lapidado el primero de los mártires cristianos. A pesar de tanto tiempo transcurrido desde entonces, y de los avances civilizatorios de la humanidad, penosamente en algunos lugares del mundo, como Nicaragua, la Iglesia de Jesucristo sigue siendo perseguida y apedreada, como a San Esteban.

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