Los periodistas nicaragüenses que realizan su labor desde el exilio o destierro forzado se mantienen fieles al compromiso de informar con la verdad, afirmaron a este Diario hombres y mujeres de prensa que se encuentran en diversas partes del mundo.
Los periodistas nicaragüenses conmemoraron el Día Internacional del Periodista este pasado 8 de septiembre con la “guerra declarada” por parte de Julio César Avilés, jefe del Ejército de Nicaragua; con un colega detenido, Víctor Ticay, que fue condenado a ocho años de cárcel por supuestos delitos que transgreden a la patria; y realizando esfuerzos diarios para seguir informando la situación de vulnerabilidad que viven los nicaragüenses bajo la represión de la dictadura.
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Al menos 160 periodistas nicaragüenses se han visto obligados a salir del país, desde el inicio de la crisis sociopolítica en abril de 2018. Estos han afirmado que su exilio se debe a razones de seguridad vinculadas a las represalias por informar las violaciones a los derechos humanos cometidas por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Salir es la única opción
Carlos Herrera, fotoperiodista nicaragüense, aseguró a LA PRENSA que hacer periodismo desde el exilio es mantenerse firme al compromiso con la audiencia, seguir resistiendo ante la persecución y represión que han hecho en contra de los medios de comunicación.
Explicó que una de las dificultades de hacer periodismo en el exilio es el abandonar el terreno directo de trabajo y tener que reinventarse. “Pasé de estar en primera línea y documentando la represión en vivo, a estar en el exilio, a fundar un medio y estar más en la parte de dirección y siendo un apoyo logístico para los periodistas que continúan arriesgando su vida para informar y esto también nos ha obligado a pensar un poco más en la comunicación”, declaró Herrera.
El último Informe Sombra de la Red Voces del Sur: 2202, identificó que 2022 fue un año letal para el periodismo independiente de la región; el año más violento y letal. Destacando que en Nicaragua el uso abusivo del poder estatal limita la profesión y se encuentra en riesgo de sufrir un apagón informativo.
Desde el otro lado del mundo
“No quería dejar mi país, principalmente porque estaba iniciando una carrera en el periodismo y sentía que si salía no iba a poder continuar con mi profesión”, afirmó un periodista que colabora con medios de comunicación y que prefiere mantener su identidad en anonimato.
“Pensé que al salir de Nicaragua podría hablar con mi nombre, firmar las notas, dar la cara, cosas que cualquier periodista en un contexto normal podría hacer. Pero lamentablemente no puedo, me da miedo exponer mi identidad y que luego esa gente (simpatizantes del Frente Sandinista) atenten contra mi familia”, aseveró a LA PRENSA.
Reside en España desde finales de 2021 y, aunque nunca imaginó vivir en Europa, está conforme con el rumbo que ha continuado su vida. Describe que aunque realiza trabajos puntuales desde el periodismo y la comunicación, es una forma de reivindicar el compromiso que adquirió en Nicaragua.
Desde la clandestinidad
Una periodista que todavía continúa en Nicaragua explica que trabajar desde adentro en una época donde la dictadura ha coaptado todos los espacios es exponerse a ser detenida en cualquier momento por fuerzas afines al régimen. Explicó que laborar desde el país es hacerlo desde la clandestinidad y creando una falsa imagen sobre lo que realmente hace.
“No le digo a nadie que soy periodista, cuando me preguntan invento que me dedico a cualquier otro oficio. Tampoco menciono qué carrera estudié porque fácilmente podrían ligarme a lo que me dedico, a veces solo digo que soy freelancer”, lamentó la profesional de la comunicación.
Otras de las dificultades que identificó como periodista en Nicaragua es el acceso a una vida financiera digna, no ha podido abrir una cuenta de banco por temor a que la fuente de sus ingresos sea revelada. Ella tiene los contratos con los medios que trabaja y no se siente segura de entregarlos ante alguna entidad financiera nicaragüense. Periodistas exiliados que el régimen los ha suprimido de su nacionalidad denunciaron que sus cuentas en Nicaragua fueron congeladas sin ninguna explicación.
“Trabajar acá es crear una coartada. Yo trabajo desde mi casa, intento no hablar muy alto cuando estoy en una entrevista porque no sé quién me puede escuchar o incluso tengo paranoia de que la muchacha que colabora podría decir algo, no sabemos qué de tanta confianza puede ser”, agrega.
Describió que siente constante paranoia de que la puedan descubrir y detener. Además, describió que como los medios oficialmente no residen en Nicaragua, no tiene ciertos derechos, debido a que el régimen ha expulsado a los medios de comunicación. Los periodistas no tiene acceso a una liquidación si renuncian, no pueden tener un seguro, recibir prestaciones como se podría hacer en cualquier otro trabajo.
Situación del periodismo en Nicaragua
El pasado 4 de septiembre, el jefe del Ejército atacó verbalmente a los medios de comunicación. Señaló a los periodistas de “vividores y mercenarios de la información, financiados por los intereses extranjeros, les decimos que sus mentiras y calumnias jamás nos van a descohesionar, jamás nos van a dividir”, atacó Avilés.
Además, la dictadura de Ortega y Rosario Murillo mantiene preso en sus mazmorras al periodista independiente Víctor Ticay quien fue detenido luego de dar cobertura a una celebración religiosa en el contexto de Semana Santa. Fue condenado a 8 años de cárcel por supuestos delitos que menoscaban la integridad nacional.