En medio de un contexto de tensiones diplomáticas y aparentemente el “fin” a una larga disputa marítima entre Colombia y Nicaragua, el mandatario colombiano Gustavo Petro asumió hace un mes la presidencia pro tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), uno de los poco organismos internacionales de los que es miembro y participa el dictador Daniel Ortega.
A criterio de exdiplomáticos consultados por LA PRENSA, la presidencia de Colombia en la Celac no tendrá ningún efecto en los temas territoriales de carácter jurídico y las relaciones bilaterales entre ambos países, ya que consideran que deben de llegar a un acuerdo.
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Luego del fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya en el que la sentencia fue a favor de Colombia y dejó sin efecto las pretensiones de Nicaragua de expandir su frontera marítima, el presidente Petro anunció en el marco del Día de la Independencia de su país que dialogará con Ortega para que respete y no moleste a los pescadores colombianos que quieran ejercer su derecho productivo en San Andrés.
El exembajador de Nicaragua ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Arturo McFields, opina que “Petro tendría que arreglar la situación con Nicaragua de forma bilateral, y que es de su interés personal con su país el tema de los raizales, del derecho a la pesca que quiere garantizar”.
Mientras que desde la Celac, McFields señaló “que no habrán cambios dramáticos”, porque estas organizaciones trabajan por consenso, y si él (Petro) quiere ejercer un liderazgo muy importante, va tener que llevar la fiesta en paz con todo mundo”.
Por su parte, un exdiplomático nicaragüense que prefiere mantenerse en el anonimato, coincide por separado en que “los temas territoriales, de carácter jurídico, están fuera de la agenda de la Celac. Pero, aún en los otros órdenes de la relación bilateral Colombia-Nicaragua no veo que la presidencia colombiana de la Celac vaya a tener algún efecto, en el sentido de que las decisiones en ese foro se toman por consenso”, dijo.
Durante la reunión de cancilleres de la Celac, el pasado 7 de julio, 32 países del mecanismo decidieron de forma unánime la designación de Colombia en la presidencia pro tempore en 2025, “con lo cual se reafirma el interés de Colombia en el fortalecimiento y promoción de la integración de América Latina y del Caribe”, destacó la cancillería colombiana en un comunicado.
Petro dispuesto a dialogar con Ortega
El 20 de julio pasado, mientras Petro se encontraba en San Andrés, sostuvo que: “Solicitaremos el diálogo con Nicaragua para negociar las condiciones de pesca del pueblo raizal del Caribe. Hablaremos con (Daniel) Ortega, con su gobierno, sobre esos nuevos fallos de la Corte“.
“Podemos hacer prevalecer con los pueblos del Caribe, que los pueblos raizales, en este suroccidente del mar, puedan tener derecho a la pesca sin ser molestados, puedan tener derechos a su subsistencia, (que) puedan comunicarse entre sí sin barreras”, agregó Petro.
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Dichas declaraciones las hizo el mandatario colombiano siete días después que la CIJ fallara a favor de su país, sobre la última demanda por la delimitación de la plataforma continental, más allá de las 200 millas náuticas desde la costa nicaragüense.
“La decisión del presidente Petro de dialogar con Nicaragua sobre el tema del acceso de los raizales a zonas de pesca en aguas nicaragüenses es un paso muy positivo, avalado por la recomendación contenida en la sentencia de la Corte Internacional de Justicia de 2012 en el sentido de buscar un acuerdo entre los dos países sobre este problema. No veo que la Celac pueda influir en algún sentido en esta determinación colombiana, que es un paso importante para terminar de zanjar las diferencias entre ambos países”, agregó el exdiplomático.
“Ese llamado de diálogo que hace el presidente Petro al gobierno de Ortega para discutir este último fallo de La Haya es una actitud típica de alguien que se considera o es el triunfador a la hora de un conflicto, y Ortega podría o ha aceptado dialogar porque tiene intereses en no dar su brazo a torcer. Además a ambos les interesa que su población esté tranquila”, manifestó por su parte el exembajador José Dávila Membreño.
Ortega dice que no ha tenido mayores diferencias con Colombia
Por su parte, Ortega, en su discurso del 19 de julio, en el marco del 44 aniversario de la Revolución Sandinista, reconoció el triunfo de Colombia en La Haya, e hizo un llamado a Petro a acatar la sentencia. “Quedamos una a una, una ganamos nosotros, una ganaron ellos, pero hay que acatar el fallo de la Corte y para eso tienen que haber señas”, dijo.
A la vez Ortega afirmó que Nicaragua con Colombia no ha tenido mayores controversias, más que el tema limítrofe.
“Con esto quiero decir que no hemos sido naciones ajenas a procesos de paz, luego no hemos sido naciones que hayamos tenido grandes confrontaciones en otro orden, los problemas han sido de orden limítrofe. Es decir si la Corte ya falló a favor de ellos y la Corte ya falló a favor nuestro, entonces ahí tenemos ya la salida para que busquemos la forma de plasmar esto en un decreto o acuerdo“, continuó Ortega.
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En tanto, Dávila recordó que el conflicto de Colombia y Nicaragua es “viejísimo” y no solo por el litigio marítimo, en los últimos años han tenido relaciones diplomáticas y políticas “complicadas”.
“Ortega estuvo enfrentado a los gobiernos democráticos de Colombia previos a Petro, tal fue el caso del expresidente Iván Duque, hasta llegar a la expulsión del embajador colombiano en Nicaragua, que es algo muy delicado en las relaciones diplomáticas”, señaló Dávila.
No obstante, al subir al poder Petro —comentó Dávila— se creyó que la situación entre Colombia y Nicaragua se iba a mejorar porque había coincidencias ideológicas, “pero tampoco fue el caso, porque Petro comenzó a reclamar por los derechos humanos, por los presos políticos en Nicaragua y eso disgustó a Ortega, porque Petro buscaba con el presidente (Gabriel) Boric (de Chile) una nueva izquierda latinoamericana, y lo que Ortega ha hecho desde 2018 en adelante es que está aislado internacionalmente, y es un socio incómodo, inclusive para la izquierda”.
La polémica del embajador León Fredy Muñoz
Asimismo, Dávila criticó la actuación del embajador de Colombia en Nicaragua, Fredy Muñoz, “quien aparece como militante del partido sandinista desdiciendo sus actividades diplomáticas”.
El embajador participó el pasado 7 de julio en una caminata en la ciudad de León, donde se le vio portando una pañoleta roja y negra en el cuello y gorra del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
Luego de esa acción, la Procuraduría General de Colombia abrió una investigación en contra de Muñoz.
LA PRENSA consultó a la Cancillería colombiana para conocer los avances que ha tenido la iniciativa de Petro de dialogar con Ortega en cuanto a los derechos a la pesca de los colombianos, en San Andrés, y conocer en qué ha avanzado la investigación disciplinaria que la Procuraduría abrió contra el embajador León Fredy Muñoz por su participación a favor de una marcha sandinista. A través de un comunicado informaron que la consulta había sido recibida y sería enviada al despacho del canciller Álvaro Leyva. Pero hasta el momento no se ha recibido respuesta.