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Sanciones económicas agravan crisis migratoria

El domingo 4 de junio la cadena estadounidense de televisión CNN en español (cuya señal está prohibida en Nicaragua), transmitió una entrevista con el presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves, realizada por el periodista Andrés Oppenheimer.

 La entrevista fue sobre la desbordada afluencia migratoria hacia Costa Rica, en particular la nicaragüense, que le causa grandes gastos económicos y graves problemas sociales al gobierno costarricense.

 En un artículo de opinión sobre dicha entrevista, que tituló “¿Paraíso perdido?”, Oppenheimer menciona que “Costa Rica salió clasificada como el país más feliz de América Latina en el Reporte Mundial de la Felicidad de 2023. Pero la llegada masiva de refugiados de Nicaragua, Venezuela, Costa Rica, Haití, Rusia y Ucrania, entre otros factores, está creando crecientes problemas en este paraíso regional”.

Oppenheimer indica que el primer mandatario costarricense le aseguró que “la situación (creada por la masiva afluencia de migrantes) se le está saliendo de las manos” a su gobierno. El presidente Chaves le dijo que “Costa Rica quiere seguir siendo un ciudadano global, responsable, amistoso, que protege los derechos de las personas. Pero esto es un problema global y no solo nosotros tenemos que asumir la factura. Los países receptores de migración, los Estados Unidos y Canadá especialmente, deberían ayudarnos más”.

El Gobierno de Costa Rica ha recibido alguna ayuda externa para hacer frente a la crisis migratoria. En febrero de este año la ONU anunció que le daría un primer apoyo de 600 mil dólares y España ha ayudado con varios millones de euros. Pero es muy poco para cubrir las crecientes necesidades que causa la creciente llegada de migrantes.

El periodista Oppenheimer advierte que la crisis migratoria se puede convertir en un desastre y se declara de acuerdo con quienes piden sanciones económicas para Nicaragua. Es que “ya no se trata solo de un problema interno… sino de una crisis de refugiados que está afectando a los países vecinos y poniendo en riesgo la felicidad de Costa Rica”, opina Oppenheimer. De manera que según él “quizás ya sea hora” de imponer a Nicaragua las sanciones económicas que piden algunos activistas políticos, contrarios al gobierno de Managua.

Con el respeto que merece la opinión del periodista y escritor Oppenheimer, debemos señalar que lo que él dice es un contrasentido. Las sanciones a la economía de Nicaragua empobrecerían más a la gente y muchas más personas desesperadas se irían del país, a Costa Rica y Estados Unidos, en busca de mejores oportunidades.

En todos los países que han sido sancionados económicamente la situación material de la gente común ha empeorado drásticamente. Y los regímenes políticos a los que supuestamente se ha pretendido castigar con tales sanciones, no han cedido el poder y ni siquiera hicieron reformas democráticas que valieran la pena.

Lo único que hicieron al fin y al cabo fue aumentar los sufrimientos de la población y  acrecentar la migración de personas necesitadas y desesperadas.

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