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Familiares de presos políticos y de víctimas de la represión del régimen que están en el exilio, piden a la comunidad internacional desconocer al régimen Ortega Murillo. LAPRENSA/CORTESÍA CDHNNM.

Aislamiento total a Ortega, ¿acabaría con la dictadura en Nicaragua? Analistas explican los escenarios

Opositores creen que el desconocimiento del régimen de Ortega por parte de la comunidad internacional es ahora un paso necesario

La dictadura de Daniel Ortega congeló la semana pasada las cuentas de varias diócesis del país, incluyendo la Arquidiócesis de Managua, dejando a la Iglesia católica al borde de la paralización. Ante este nuevo endurecimiento de la represión por parte del régimen, que parece no conocer límites, opositores nicaragüenses han afirmado que es momento de que la comunidad internacional desconozca absolutamente al régimen que está consolidando un sistema totalitario en Centroamérica.

Félix Maradiaga, exprisionero político del régimen y desterrado el pasado 9 de febrero, afirmó que es el momento de que la comunidad internacional desconozca absolutamente a la dictadura.

“Es una medida jurídica y diplomáticamente compleja, pero no imposible. Existen todas las previsiones en el marco del derecho internacional para justificar ese desconocimiento. En primera instancia, en el marco de la OEA (Organización de Estados Americanos), pero además ante organismos financieros internacionales”, explicó Maradiaga.

“El paso inmediato es que ese desconocimiento se haga en la OEA, pero además de manera bilateral. Los gobiernos democráticos deben denunciar que la dictadura no tiene ningún origen legítimo, al nacer de fraudes electorales y de la represión. Por ejemplo, la Ley Renacer ofrece esos instrumentos. Si Ortega logra consolidar sus planes sin mayores consecuencias, sería muy difícil poder revertir esa situación”, detalló Maradiaga.

Asimismo, Eliseo Núñez, analista político, explicó que un desconocimiento absoluto dejaría a la dictadura fuera del sistema interamericano e impactaría en la relación del régimen con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que en su momento fue el principal financiador del Gobierno, entidad que fue desplazada por el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), de la mano del saliente presidente ejecutivo, Dante Mossi.

“Un antecedente es el régimen de Somoza, que le fue aplicada esta medida (el desconocimiento total). En ese caso había una guerra en camino y dependencia casi total de Estados Unidos, esto precipitó la caída. Hoy las circunstancias no son las mismas, no podemos esperar que de pronto Ortega caiga con solo esto. Pero todo va abonando, creo que lo peor es no hacer nada”, agregó Núñez.

Maradiaga señaló que es fundamental que los planes de Ortega sean frenados con total contundencia antes de que sea “demasiado tarde”. Para el político, este freno debe implicar el desconocimiento absoluto de la legitimidad del ejercicio de la función gubernamental ante los organismos internacionales, financieros y de otras índoles.

Un paso importante, pero no suficiente

El catedrático Ernesto Medina aseveró que es importante que exista el desconocimiento de Daniel Ortega ante la comunidad internacional, pero advirtió que la oposición no puede asumir que con eso se resolverían los problemas políticos de Nicaragua.

“No creo que cambie mucho, hay otros gobiernos que han declarado ilegítimos y ahí están. Si el día de mañana lo declaran ilegítimo, no creo que los países que tienen embajadas vayan a retirar a sus delegados. Es un paso de dudosa efectividad, yo creo que hay que hacerlo porque cosas como las que están ocurriendo ahorita con la Iglesia católica no pueden pasar inadvertidas”, comentó Medina.

Carlos Murillo, analista internacional y docente de la Universidad de Costa Rica, explicó que esta decisión es meramente política y no existe un manual o ciertas características para que a un gobierno se le retire el reconocimiento. Explicó que este tipo de peticiones pueden estar respaldadas por la experiencia de Venezuela, pero esto no debería ser un ejemplo para el resto de América Latina y “mucho menos para Nicaragua”.

El retiro del reconocimiento es en función de la sistemática violación a los derechos humanos y la represión del gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo contra la ciudadanía nicaragüense. “Es una decisión política, no hay ningún manual para que un gobierno sea declarado ilegítimo o ilegal. Es una decisión propia de cada Estado”, refirió el analista internacional.

En la Organización de Estados Americanos existen mecanismos contemplados en la Carta Democrática en donde la violación de esta, anima a los Estados miembros desconocer a un gobierno como parte del Sistema Interamericano, explicó Murillo.

Ortega y Murillo no necesitan de occidente

Aunque la comunidad democrática debería desconocer a un régimen que ha sido señalado en todos los foros multilaterales, por países individuales y por organismos internacionales de derechos humanos, de cometer delitos de lesa humanidad, además de todos los abusos imaginables, la realidad es que el autoritarismo en el mundo tiene en la actualidad tal fortaleza, con Rusia y China portando los estandartes, que es difícil que esa acción, aún si tuviera repercusiones económicas, tenga un impacto real en Nicaragua.

“Si ya lo vemos en una dimensión geopolítica, Ortega es un aliado de Putin en contra de las democracias y del derecho de la autodeterminación de los pueblos con los que se llena la boca Ortega para pedir que nadie intervenga en los asuntos de Nicaragua. Yo creo que los países democráticos, Europa y Estados Unidos, deberían de articular mejor su política con respecto a Nicaragua”, comentó Medina.

“En realidad no tiene ningún impacto sobre el Gobierno de Nicaragua, como no lo tuvo sobre el gobierno de Maduro. El desconocimiento en nada le afecta a un gobierno como el de Ortega y Murillo si tienen aliados y los tienen en Rusia, en China, son dos aliados superpotencias. Tiene a Irán y tiene un montón de países latinoamericanos. La única forma que esto funcionara, a medias, sería cuando un número muy grande de países, por ejemplo todos los países latinoamericanos más Estados Unidos, Canadá y los europeos desconocieran al régimen de Ortega y Murillo, ahí sí puede tener algún impacto”, consideró Carlos Murillo.

“Impacto en el sentido de que le limitan los negocios, el comercio bilateral, el comercio exterior, pero ya sabemos que eso no va a pasar porque a los países centroamericanos les preocupa mucho que Nicaragua cierre fronteras. Entonces este tipo de iniciativas que toman algunos sectores son meramente diplomáticas y no van a hacer que el régimen caiga”, agregó Murillo.

Las ventajas de la dictadura

El único punto que le afectaría a la dictadura sería que si los países centroamericanos a través del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) establecieran sanciones fuertes, lo cual no ocurrirá por dos razones, afirmó el analista internacional.

Primero, el secretario general, Werner Isaac Vargas Torres, es el representante de Ortega y Murillo, el cual no hará nada en contra de sus superiores. Segundo, el temor principal de los países centroamericanos es que Nicaragua cierre sus fronteras al paso de los bienes desde Panamá y Costa Rica hacia el Triángulo Norte “por eso es que ningún país centroamericano ha condenado abiertamente a Ortega, porque sabe que les puede cerrar las fronteras y se vuelve una situación caótica, mientras no se supere como vía de transporte al comercio intracentroamericano las cosas no van a cambiar”

La apuesta de Ortega

Maradiaga comentó que el régimen está en “una apuesta arriesgada”, pues pretende que la comunidad internacional aprenda a sobrevivir con su régimen, tal como la autocracia cubana que aprendió a sobrevivir sin las reglas de las democracias occidentales.

“A mi juicio, Ortega y sus asesores apuestan a que la comunidad internacional tendrá que actuar de la misma forma que lo hicieron con el régimen cubano, reconociéndolo como un actor incómodo, pero legítimo dentro del sistema internacional. Cuba es una dictadura de partido único que ha sobrevivido por décadas. Es para Ortega un modelo a seguir”, afirmó a LA PRENSA.

El catedrático Medina coincidió con Maradiaga, afirmando que Ortega ha sido hábil porque está aprovechando que la comunidad internacional está enfocada en otros conflictos geopolíticos, como es la invasión de Rusia a Ucrania.

Lea además: Ortega ordena congelar cuentas bancarias de algunas Diócesis del país

Además, Medina expresó una preocupación. “Mi temor es que Europa empiece a invertir, a buscar cómo recomponer las relaciones con América Latina; y el error de Ortega pase de segundo o tercer plano. Los nicaragüenses debemos pedirle a Europa más firmeza con América Latina”, puntualizó.

Declarar ilegítimo el gobierno de Ortega no sería la solución para la crisis social y política del país, comentó Medina. Indicando que hace falta la tarea del pueblo; proponer estrategias concretas para la salida de Ortega.

“¿Quién asume Nicaragua? y esa parte no la estamos haciendo. Yo creo que hay que hacer las dos cosas, pedirle a la comunidad internacional que se pronuncie, pero dar pasos concretos para resolver el problema de fragmentación y división que sigue teniendo la oposición de Nicaragua”, comentó.

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