Según el octavo informe del Observatorio Nicaragüense contra la Tortura, ha destaco que el Estado de Nicaragua controlado por la pareja presidencial Daniel Ortega y Rosario Murillo han instaurado un sistema de terror, una política de detenciones arbitrarias y tortura contra personas consideras como críticas a sus acciones.
Organismos de derechos humanos nacionales e internacionales han asegurado que el régimen Ortega y Murillo han torturados a los privados de libertad desde el inicio de la insurrección cívica en abril de 2018.
“Se ha recurrido a las peores conductas inhumanas y degradantes. Aislamientos, torturas físicas y psicológicas. Han empleado el abuso sexual como método de tortura. Han humillado a los familiares de los presos políticos y anulado la dignidad. Han negado alimentos, agua, luz, asistencia legal. Y ya ni se diga qué pasó con los desaparecidos…”, indicó Gonzalo Carrión, integrante del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más.
Los defensores han indicado que las modalidades de tortura que han sufridos los críticos del régimen y continúan viviendo los presos políticos, tienen efectos negativos de manera integral para la vida del ciudadano.
El sociólogo Oscar René Vargas, había señalado con anterioridad a LA PRENSA que, el uso de la tortura contra los opositores ha sido liderado por personas que sufrieron estos tratos durante la época de los Somoza. “Ortega y su grupo sufrieron una mutación política importante. Consideran que la única manera de conservar la riqueza que han acumulado es conservando el poder y para ello hacen cualquier cosa”, comentó.
Tipos de tortura
Las torturas más recurrentes empleadas son: privación del sueño, aislamiento, disminución de la ingesta de agua y alimentos, privación del contacto humanos. Esto llevado a cabo por agentes de la policía, carceleros, paramilitares, comisionados, todos ellos defensores del sandinismo.
“Independientemente de las distintas modalidades utilizadas en las etapas de la represión, según la documentación realizada durante todo el período, se puede afirmar que las siguientes condiciones han sido y son una constante en las cárceles de Nicaragua, y que se aplican con mayor saña y severidad contra quienes son o se sospecha adversan al régimen provocando impactos en la salud física y emocional”, indica el informe del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más.
En los últimos tiempos se han utilizado mayormente las torturas como: el aislamiento, la privación de contacto humano, privación del sol, denegación de atención médica y llevar los procesos judiciales de forma secreta.
El informe del Colectivo indicó con respecto a la privación del contacto humano “principalmente con sus familiares y personas de confianza, manteniendo solo contacto con sus torturadores, es una técnica conocida en los manuales de tortura, cuyo objetivo es crear una relación de sumisión entre la víctima y el torturador y obtener de aquella confesiones falsas e incriminatorias, y someterlo a la voluntad del sistema”.
Lea además: Torturas ejecutadas durante la represión orteguista
En el caso de la privación del sol, esta es necesaria para la producción de vitamina D en la piel, que tiene importantes funciones en el mantenimiento de la salud. “Constituye en sí una privación de estímulo sensorial, que es una forma de tortura como ya se señaló anteriormente, y su deficiencia altera no solo el metabolismo del calcio y del metabolismo óseo, sino que también incide en la salud cardiovascular, en la inmunidad innata y adquirida, la regulación del crecimiento celular por lo que es factor de generación de cáncer”, señalan defensores de derechos humanos.
Cambios de métodos
En octubre de 2018 LA PRENSA identificó 15 métodos de tortura que la dictadura había empleado desde abril del mismo año, al inicio de los enfrentamientos.
La lista incluía linchamiento de ciudadanos desnudos, desprendimiento de uñas, dientes y dedos; marcas en el cuerpo por la fuerza, secuestros, aislamiento, maltrato psicológico, choques eléctricos, asfixia, quemas con ácido y con fuego, amarres extremos, confinamiento en sumideros, abusos y violaciones sexuales.
Para la identificación de estos métodos se consultó a informes de CIDH, la ONU, Amnistía Internacional, Human Rights Wacht, el Cenidh y la CPDH, además se agregaron los casos que han sido documentados a través de los medios de comunicación.
“Tanto hombres como mujeres que han sido detenidos han proporcionado relatos de la violencia sexual sufrida mientras estaban privados de libertad. Algunas mujeres fueron objeto de violencia sexual, incluyendo violación, y señalaron que son comunes las amenazas de abuso sexual. Los detenidos varones también denunciaron casos de violaciones, incluyendo violaciones con rifles y otros objetos”, detalló el informe de Oacnudh.