Quienes han tenido la desdicha de estar en las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), más conocida como el Chipote, lo describen como “inhumano”. Sin la oportunidad de leer, falta de contacto humano, sin posibilidad de sentir el sol o el aire puro, la ausencia de movilidad y sin poder crear una rutina.
Carlos Guadamuz, el abogado y defensor de derechos humanos del Colectivo Nicaragua Nunca +, explicó a LA PRENSA que el centro policial de investigación DAJ debería estar sujeto al principio público del Proceso Penal en Nicaragua.
Además, el especialista señaló que es importante recordar para entender la transgresión de los derechos dentro del sistema carcelario en Nicaragua, desde el año 2008 —un año después del retorno de Daniel Ortega al poder— las diferentes organizaciones de derechos humanos independientes no ingresan a las cárceles para verificar la aplicación de la Ley de Justicia Penal y la Ley de Régimen Penitenciario.
Carencias en la DAJ
Este centro de investigación, que tiene como fin albergar a los detenidos solamente 48 horas, fue el espacio donde algunos reos permanecieron más de 600 días.
Como ejemplo de la ausencia de condiciones del Chipote, el abogado Guadamuz explicó que como este centro no es de larga duración no garantiza una atención en salud adecuada, por lo que la reducida clínica médica que tienen no cumple con la función de abrir expedientes para los detenidos y por eso tienen que ser trasladados a un hospital o centro de salud cuando alguien se enferma.
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Tal fue el caso del general en retiro Hugo Torres Jiménez, de 73 años de edad, quien murió el sábado 12 de febrero de 2022; semanas antes había sido trasladado en estado grave de las celdas de la DAJ al hospital de la Policía.
Incluso, el especialista señaló que la palabra “delincuente” debería de estar prohibida dentro de los sistemas penitenciarios porque la legislación nicaragüense considera a los detenidos como privados de libertad o internos. El uso inadecuado del lenguaje es otra manera de violentar a los detenidos, esto se ha vuelto casi una política porque el lenguaje despectivo y acusatorio es una de las estrategias que utilizan Daniel Ortega y Rosario Murillo para referirse a quienes contradicen sus mandatos.

La DAJ
Las celdas del nuevo Chipote aparentan contar con estándares internacionales porque la Cruz Roja Internacional había señalado que las celdas del antiguo Chipote son inhumanas, según afirmaciones de uno de los tenientes que entrevistó al exreo político Alexander Hernández, conocido como Catarina.
Hernández describe que las celdas cuentan con una verja bastante robusta, contaban con un grifo y un hueco para que los presos pudieran hacer sus necesidades, fue hasta en septiembre de 2022 que instalaron los inodoros.
Recuerda que el olor no era agradable porque el aire no se filtra correctamente, además que el olor de las personas encerradas no es lo mejor. “Se siente como olor a húmedo”. Describe que el presidio fue diseñado para que estuvieran en permanente aburrimiento, lo que volvía más tortuoso su confinamiento.