José Alejandro Quintanilla Hernández es conocido como Alex Hernández, aunque sus amigos le dicen “Catarina”, seudónimo que ocupó durante el contexto de la lucha cívica, por ser originario del municipio de Catarina, del departamento de Masaya.
Hernández forma parte del grupo de 222 ex presos políticos que fueron desterrados del país el pasado 9 de febrero, enviados en un vuelo directamente a Estados Unidos. “Yo me tiré al piso, di gracias a Dios y besé la pista”, contó en una entrevista con Domingo de LA PRENSA.
Este fue el segundo encarcelamiento de Hernández. El 1 de septiembre de 2018 fue capturado por agentes de la Policía Nacional por lanzar chimbombas azules y blancas en su natal Catarina. Fue liberado en marzo de 2019 con la discutida Ley de Amnistía.
En esa ocasión fue acusado de portar armas de manera ilegal, cometer asaltos, incendiar la casa del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en Catarina y otros delitos. En su segundo encarcelamiento, lo acusaron por el supuesto delito de conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional, y fue condenado a diez años de prisión e inhabilitación para ejercer cargos públicos.

Siempre curioso
Alex Hernández se describió como un niño movido por la curiosidad y con la inquietud por conocer sobre todo cuanto tenía a su alrededor. Además, era un niño callado, que le gustaba salir a caminar por las calles de su pueblo y correr.
“Me gustó saber mucho de todas las cosas que me rodeaban. Cómo funcionaba el mundo, cómo funcionaban mis juguetes, cómo funcionaba la naturaleza, de qué estaban hechas las cosas y eso me motivaba a siempre desbaratar mi juguete para entender cómo funcionaba”, comentó.
Cree que esta curiosidad que siempre ha residido en él ha sido el motor para tratar de comprender su entorno y si puede hacerlo cambiar.
Era muy distraído, cuando estaba en primaria por lo general se le olvidaban los lápices y se daba cuenta hasta que estaba en el colegio y tenía que regresar a su casa a traerlos. Era un niño juguetón que regresaba de clases con los pantalones rotos en las rodillas porque le gustaba escalar árboles.
Describe a su familia como grande, “es de esas familias numerosas de los pueblos que se reúnen los domingos a tomar sopa alrededor de la abuela, en navidades, en fin de año”. Sus padres tuvieron seis hijos, Alex Hernández es el menor de estos. Sus padres fallecieron cuando él estaba pequeño.
Luego del inicio de la crisis sociopolítica en abril de 2018, su familia se fracturó por diferencias ideológicas. Igualmente, desde esa época Alex Hernández pausó la idea de pensar en formar su propia familia. “Tuve que dejar allá en Nicaragua a la personas que he amado toda la vida por estas circunstancias. Aquí es el inicio de una nueva vida y por el momento no pienso en familia, ni relaciones, ni nada de eso”, aseveró.
Retomar sus estudios
Hernández estudió Administración de Empresas en una universidad privada. Completar su pensum académico fue una experiencia “alargada” porque desde segundo año de la carrera entró a trabajar.
Luego de ser excarcelado en 2019, Catarina se exilió en Costa Rica, donde estuvo algún tiempo, pero a su regreso descubrió que su carrera no existía y sus notas habían desaparecido.
Esto fue un duro golpe para él, porque al inicio su madre había hecho un gran esfuerzo para poder pagarle los estudios y luego el esfuerzo era de él. “Estoy con una determinación de culminar mi carrera, si es posible comenzar de cero lo voy a hacer porque eso es uno de mis mayores metas”, comentó.
Preparaba un nuevo exilio
Catarina fue detenido la noche del 23 de agosto de 2021, cuando estaba con los preparativos para huir del país. El 24 de agosto se vería con su hermana para poder despedirse y conseguir algunos documentos que necesitaba para su exilio.
“Había estado moviéndome por varias partes del país, principalmente en el norte para tratar de impedir que me detuvieran, después de mucho pensarlo tomé la decisión de finalmente dejar el país, determiné que ya no había nada más que hacer por mí por mi cuenta”, recordó.
La noche que fue capturado había hecho otras diligencias necesarias para su salida del país. Estaba en una gasolinera de Los Robles donde se había reunido con una persona, al salir, de unos taxis parqueados descendieron personas encapuchadas con armas, vestidas de civil y fueron directamente a apuntarle a la frente mientras lo insultaban.
Al instante llegaron seis o siete patrullas que rodearon la gasolinera. Las personas de civil lo tiraron al suelo, con lujo de violencia lo patearon hasta sacarle el aire. “Me cogieron mi celular que yo lo había tirado con la esperanza de que se rompiera, pero no le pasó nada, me esposaron, me levantaron en el aire, me golpearon nuevamente y me tiraron a la camioneta donde pegué la cabeza y el hombro izquierdo contra una llanta de repuesto”, relató.
Durante su traslado a Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), más conocida como el nuevo Chipote, uno de los agentes de la Dirección de Operaciones Especiales Policiales (DOEP) iba empujándolo con sus botas haciendo que presionara su cara contra la llanta de repuesto.

Seguir adelante
Por ahora, el plan inmediato de Catarina es establecerse en todos los aspectos. Para poder sanar está asistiendo a terapia psicológica “porque he aceptado que la necesito”, expresó. Desde el ámbito económico está esperando el permiso de trabajo para poder empezar a buscar un empleo “y rifármela en lo que salga”.
No olvida sus intenciones de continuar formándose, pretende mejorar su manejo del idioma inglés a la mayor brevedad. Afirma que sus estudios van a estar relacionados al tiempo del trabajo que logre encontrar. También pretende reincorporarse a la lucha por la democracia en el país, pero por ahora necesita una pausa porque no puede dar todo de él hasta que encuentre estabilidad.
“Yo sigo siendo nicaragüense por gracia de Dios y eso no me lo pueden quitar de ninguna manera”, afirmó. Para poder acceder a alguna nacionalidad está esperando más información del Departamento de Estado, porque no sabe cómo cambiará su situación en Estados Unidos con el proceso del parole humanitario que han iniciado los ex presos políticos.
“Pero sea cual sea la decisión y el rumbo que tome, siempre voy a seguir siendo el Alex de Catarina, el nicaragüense, el azul y blanco”, finalizó.