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Silvio Báez, Daniel Ortega, Nicaragua

Monseñor Silvio Báez anuncia que se irá hacia Roma a petición del papa Francisco. LAPRENSA/O. Navarrete

Monseñor Silvio Báez pide “fortaleza y salud” para el obispo Álvarez: “Sufre una injusticia tan cruel por parte de la dictadura”

El obispo auxiliar de Managua, exiliado en EE. UU., afirmó que "nunca ningún opresor ha terminado bien, nunca ni ningún dictador triunfa indefinidamente en el poder"

El obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, monseñor Silvio José Báez —uno de los 94 nicaragüenses a los que en esta semana el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo despojó de su nacionalidad, ordenó la confiscación de sus bienes, y declaró “prófugos de la justicia”— durante la eucaristía celebrada en la Parroquia Santa Agatha pidió fortaleza y salud por monseñor Rolando Álvarez, quien permanece encarcelado en el Sistema Penitenciario Jorge Navarro conocido como La Modelo.

“Como todos los domingos celebro esta Eucaristía con nostalgia, dolor y esperanza, sobre todo pensando en mi hermano obispo, monseñor Rolando José Álvarez Lagos, obispo de Matagalpa, pidámosle al Señor que le dé fortaleza en estos momentos tan duros en que sufre una injusticia tan cruel por parte de la dictadura de Daniel Ortega en Nicaragua, que le dé fortaleza, mucha salud, esperanza y discernimiento en su espíritu, oremos por él para que el Señor lo proteja de todo mal“, afirmó Báez al empezar la misa de este domingo.

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El jueves 9 de febrero, 222 opositores que estaban presos en diferentes cárceles de Nicaragua por manifestarse en contra de la dictadura Ortega Murillo fueron enviados a Estados Unidos, bajo una condición oficial de “deportación”. Además el régimen les quitó la ciudadanía nicaragüense a través de una reforma exprés a la Constitución Política, que los declara “traidores a la patria”.

En la lista de prisioneros políticos estaba el obispo Álvarez —quien hasta entonces estaba bajo arresto domiciliario—, sin embargo, este se negó a salir de Nicaragua. Ortega lo condenó a 26 años de cárcel y lo envió al Sistema Penitenciario Jorge Navarro, ubicado en el municipio de Tipitapa, conocido como La Modelo.

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“Nunca ningún dictador triunfa indefinidamente”

El obispo auxiliar, exiliado en Miami, Estados Unidos desde 2019, reflexionó en torno al Evangelio del día y lamentó que actualmente “se viva en un mundo donde sigue habiendo injusticia y la maldad”.

“Desgraciadamente sigue habiendo verdugos y víctimas, opresores y oprimidos. Y la reacción natural es devolver la violencia recibida, actuar con el agresor agrediéndolo igualmente y maltratar a quien nos ha maltratado. Pero de este modo el mal sigue aumentando y su espiral diabólica continúa destruyendo personas, familias y sociedades enteras”, sostuvo Báez.

A su vez, refirió, citando al papa Francisco cuando visitó el Congreso de EE.UU. en 2015 ‘copiar el odio y la violencia del tirano y asesino, no es la mejor manera de ocupar su lugar’.

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“Vencer al opresor injusto no es querer ocupar su lugar, no queremos que un opresor o un criminal ocupe el lugar del anterior, por eso no debemos actuar de la misma manera de la que él ha actuado”, sostuvo Báez y añadió que Jesús pide hoy “abrirnos a una forma de amor extraordinario que va más allá de los sentimientos de la búsqueda de intereses personales”.

Prosiguió mencionando que “amar al delincuente, al tirano y al opresor, no significa aprobar sus delitos e ignorar su maldad, ni tampoco olvidar el inmenso sufrimiento que ha provocado. Amar al enemigo no es tolerar la injusticia, ni eximir al culpable de que rinda cuentas de sus delitos ante la justicia y mucho menos renunciar cómodamente a la lucha contra el mal. Amar al enemigo no es tampoco callar tímidamente y hacernos los desentendidos ante su crueldad y sus crímenes. Eso sería, más bien, desamor y cobardía. Amar al enemigo es renunciar a la venganza y al odio”.

Asestó que, sin duda, la llamada de Jesús a renunciar a la violencia y al odio va dirigida principalmente a los “poderosos, a quienes poseen el dinero y las armas que son quienes pueden oprimir violentamente a los más débiles e indefensos, esta llamada de Jesús al amor la deben de escuchar sobre todo los tiranos de turno que se dejan arrastrar por sus ambiciones irracionales, que actúan con odio, buscan la venganza y hasta manipulan el derecho y las leyes, para hacer el mal y someter a los pueblos. La historia les debería de enseñar que con su odio, crueldad y violencia son ellos mismos lo que se están destruyendo, nunca ningún opresor ha terminado bien, nunca ni ningún dictador triunfa indefinidamente en el poder, pero no aprenden de la historia”.

Antes de finalizar la misa, el obispo bajó del atrio para saludar y darle la bienvenida a algunos de los expresos políticos que asistieron, como Yubrank Suazo, Edward Lacayo conocido como “La loba feroz”, entre otros, despojados también de su nacionalidad y desterrados a EE. UU.

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