Tras meses de hostigamiento que ha implicado el cierre de más de 2,000 organizaciones sin fines de lucro, el régimen de Daniel Ortega dibujó ante organizaciones de este tipo un supuesto “paraíso económico” que vive en estos momentos Nicaragua.
Ovidio Reyes, presidente del Banco Central y operador económico del régimen de Daniel Ortega, se reunió con un grupo de organizaciones sin fines de lucro, que han sobrevivido a la guillotina del Ministerio de Gobernación, para explicarles el estado de la economía en 2022 y las perspectivas para este año.
“Hay que destacar que en nuestro país el año pasado finalizó un segundo año de crecimiento económico después de la pandemia, y que nos estamos enrumbando a un tercer año de continuidad de ese crecimiento económico”, dijo Reyes, según un comunicado divulgado por el máximo emisor bancario.
Según Reyes, la economía se ha recuperado y hay condiciones para que esta siga en crecimiento. “Nicaragua tiene bases muy sólidas, una fortaleza importante en el sector exportador, que ha sido la punta de lanza de la recuperación, del fondeo de la economía, y de la incorporación de mejores prácticas, buenas tecnologías de producción e irradia al resto de la economía”, les dijo.
Desde el 2018 el régimen de Daniel Ortega desató una persecución contra organizaciones sin fines de lucro, inventando delitos administrativos, incumplimientos de regulaciones sin oportunidad a corregirlos, y aduciendo riesgo de financiamiento al terrorismo, para ordenar la cancelación de sus personerías jurídicas. Algunas de estas también sufrieron la confiscación de sus instalaciones.
Muchas de estas organizaciones también trabajaban en zonas de pobreza apoyando en el campo de salud y educación, además canalizaban tecnología agropecuaria.
En medio de esa turbulencia, la cual alcanzó su mayor grado de hostigamiento el año pasado, el régimen les dijo que Nicaragua va hacia un tercer año de recuperación económica y que a mediano plazo se podría estar creciendo como mínimo en un 4 por ciento.
Una visión que no comparten organismos como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la revista británica The Economist Intelligence Unit (EIU), que pintó un futuro inmediato de débiles tasa de crecimiento.
“La economía continuará enfriándose en 2023, debido a una combinación de términos de intercambio más débiles, un clima de inversión deficiente, bajo crecimiento del crédito y salarios reales en declive. Esperamos varias de estas tendencias persistirán en los años subsiguientes, lo que resultará en un crecimiento promedio deslucido del 2 por ciento anual entre 2023-27″, señaló EIU.
De hecho, EIU indicó que la tasa de desempleo se mantendrá estancada, pero el presidente del Banco Central le dijo a las ONG, a las que reunieron en cancillería, los indicadores del INSS muestran una recuperación en el mercado del trabajo. “Cerramos el año pasado (2022) casi con 800,000 empleos formales de la Seguridad Social… tenemos una tasa de desempleo bien baja que anda alrededor del 3 por ciento”, puntualizó.
“Nuestro PIB ronda unos 14 mil millones de dólares. Entonces, 8 mil millones solo en exportaciones es un cambio estructural importante… en exportaciones y en inversión, el país se está fondeando con 9,500 millones de dólares… Y si vemos el turismo que va a finalizar con unos 500 millones de dólares, entonces, ya estamos hablando de 10 mil millones de dólares… si le sumamos las remesas que son 3 mil millones de dólares, estamos hablando de 13 mil millones de dólares de ingresos para nuestro país contra un PIB de 14 mil millones de dólares”, afirmó Reyes.
Por el lado de la finanzas públicas, el funcionario dijo que “en Nicaragua, el déficit público bajó y la deuda pública (está) controlada, muy baja. De hecho, respecto a lo que ocurrió a los países en general que se endeudaron mucho, que aumentaron sus déficits públicos, Nicaragua fue todo lo contrario, no nos endeudamos, mantuvimos el déficit controlado y no hay condiciones para que surja una inflación interna”.
Reyes justificó la alta tasa inflacionaria en Nicaragua aduciendo que esto se debe a factores externos, pero explica por qué el país tiene el dígito más alto de Centroamérica siendo la economía más pobre de la región.
“El año pasado más bien nos llegaron a vender 360 millones de dólares (al Banco Central), la presión es a que baje el tipo de cambio, no a que suba, y eso es otra buena señal de estabilidad. A lo interno no hay presiones inflacionarias, ni el Banco Central está emitiendo, ni el déficit público está descontrolado. Todo viene (la inflación) de afuera”, afirmó.
En resumen, Reyes definió la situación del país: actividad económica en crecimiento, empleo estable y baja tasa de desempleo, inflación alta, fue más de un 11 por ciento, “pero que la vemos en perspectiva hacia la baja, y un sector exportador en expansión, son los que caracterizan en este momento a nuestra economía”, según un comunicado del BCN.
Sobre el Sistema Financiero dijo que este se encuentra sano, con los depósitos creciendo, y está generando sus propios recursos para la actividad crediticia, lo cual va a contribuir también a la expansión.
“…no hay quién pare el crecimiento, viene. Eso es un elemento que nosotros hemos compartido con los organismos internacionales. El ministro (MHCP) les habló de las buenas notas que tuvimos el año pasado con estos organismos y la evaluación que tuvimos de Standard & Poor’s, positiva. La salida de Nicaragua de la lista gris del GAFI y volver al redil de los países, sin ese problema. Tuvimos también la evaluación positiva del Fondo Monetario Internacional“, continuó Reyes.