FrÃo extremo. La temperatura más baja registrada en el planeta fue de 92 grados centÃgrados bajo cero en la Meseta Antártica Oriental de la Antártida, en agosto de 2010. Al contrario, la temperatura más alta registrada hasta el momento fue de 57.3 grados en el desierto de Libia en agosto de 1923.
Depresión. En épocas frÃas aumenta los perÃodos nostálgicos y las personas son más propensas a padecer cuadros depresivos. Esto se debe a que el tiempo es menos agradable y se pasa más tiempo dentro de casa en busca de calor.
Cabeza. La cabeza es lo primero en enfriarse. Comúnmente se cree que los pies es la parte más sensible al frÃo, pero expertos han afirmado que es la cabeza. Se recomienda llevarla bien cubierta.
Piel de gallina. La llamada “piel de gallina†es un vestigio de cuando nuestra especie tenÃa el cuerpo cubierto de pelo. Cuando los animales tienen frÃo, unos diminutos músculos en la piel se contraen y erizan el pelo, lo que forma una capa de aislamiento eficaz.
Granizo. La piedra de granizo más grande de la historia cayó en Bangladesh, en 1986. Pesaba un kilogramo.
Asesino: Las temperaturas heladas son más agresivas que las olas de calor. Un estudio realizado por la revista cientÃfica The Lancet, afirmó que de 75 millones de muertes analizadas, 7,3% estaban relacionadas a climas con bajas temperaturas. El 0,4% se debÃa al calor intenso.
Contagioso. Un estudio realizado en diciembre de 2014 por cientÃficos británicos y alemanes reveló que, luego de ver videos de personas que metÃan las manos en agua helada, la temperatura de las manos de los participantes bajaba 0,2 °C.
Temblar. En 2015 cientÃficos estadounidenses confirmaron que temblar de frÃo equivale a hacer ejercicio, porque contrae los músculos, acelera el metabolismo y convierte el tejido adiposo blanco, que almacena energÃa, en tejido adiposo pardo, que quema calorÃas.
Adelgaza. El cuerpo tiende a adelgazar con el frÃo debido a que en bajas temperaturas nuestro cuerpo gasta mayor energÃa para calentarse porque quema más calorÃa para mantener la temperatura ideal.
Sexismo. El aire acondicionado es sexista. En 2015 un estudio publicado en Nature Climate Change observó que los termostatos de los edificios se ajustan según una fórmula obtenida en los años 60, basada en parte en el ritmo metabólico de un hombre de 40 años. El metabolismo de las mujeres tiende a ser más lento.
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