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A menor tasa de crecimiento, menores posibilidades hay de aumentar la capacidad del mercado laboral de absorber mano de obra.

The Economist Intelligence Unit pronostica estancamiento en la lucha contra el desempleo en Nicaragua

La crisis política en Nicaragua seguirá pasando factura al empleo, la inversión y el crecimiento económico. Si China le falla a Ortega, este se mirará en aprietos, según The Economist Intelligence Unit

La lucha contra el desempleo en Nicaragua se mantendrá estancada en los próximos años. Lejos de reducirse, la revista británica The Economist Intelligence Unit (EIU) señaló en su reciente análisis que la tasa de desempleo se estancaría en un 4.7 por ciento y se mantendría cerca de ese nivel en los próximos años antes de remontarse a 5.5 por ciento en el 2027.

Lo anterior será el resultado de crecimientos débiles, con tasas menores incluso que la inflación, la cual si bien se va a moderar entre el 2023 y 2027, luego de ubicarse en 10.4 por ciento el año pasado, el indicador se mantendrá por encima de la tasa oficial de cambio anual (2 por ciento).

“La economía continuará enfriándose en 2023, debido a una combinación de términos de intercambio más débiles, un clima de inversión deficiente, bajo crecimiento del crédito y salarios reales en declive. Esperamos varias de estas tendencias persistirán en los años subsiguientes, lo que resultará en un crecimiento promedio deslucido del 2 por ciento anual entre 2023-27″, señaló la EUI.

Ese mismo pesimismo mostró el Banco Mundial en su reciente actualización de perspectivas económicas, al pronosticar un crecimiento de 2 por ciento este año y 2.5 por ciento el próximo. “La modesta perspectiva de crecimiento implica un progreso lento en reducción de la pobreza, especialmente en Honduras y Nicaragua, los países más pobres de la subregión… Panamá se espera que sea el de más rápido crecimiento de la subregión en economía, sustentada por la minería y la inversión”, advirtió el organismo multilateral.

Al respecto, el análisis británico sitúa el crecimiento de Nicaragua este año en 1.8 por ciento; el próximo año 2.1 por ciento; en el 2025 en 1.9 por ciento; y en los siguientes dos años en 2.1 por ciento. Eso sí, el 1.8 por ciento pronosticado para este año es ligeramente mayor al 1.5 por ciento en su evaluación del 2022.

Y es que además de los factores externos, la situación política interna continuará pesando sobre las perspectivas económicas de Nicaragua, aunque a criterio de la EIU: “Creemos que EE. UU. se abstendrá de excluir a Nicaragua de República Dominicana-Central Tratado de Libre Comercio de América (DR-Cafta). Hacerlo no solo sería complicado desde un punto de vista perspectiva legal, pero también impondría severas dificultades económicas a los nicaragüenses comunes”.

Y agrega: “Además, incluso en estas circunstancias (posible exclusión de Nicaragua), no esperaríamos que los Ortega fueran disuadidos de (continuar) siguiendo su curso actual o fácilmente desalojados del poder”.

Aunque no se vislumbra la salida de Nicaragua del tratado comercial con EE. UU., la revista británica considera que la sobrevivencia del régimen de Daniel Ortega dependerá de manera crucial de lo que China le pueda dar a medida que el aislamiento se profundice y las multilaterales reduzcan drásticamente los desembolsos, especialmente por la salida prematura de Nicaragua de la Organización de Estados Americanos.

“Luego de su retiro prematuro, las posibilidades de Nicaragua de continuar recibiendo un importante respaldo financiero del Banco Interamericano de Desarrollo y otros organismos multilaterales, como el Banco Mundial y el FMI (donde EE. UU. puede ejercer presión), han disminuido”, explicó la EIU.

“Las relaciones de Nicaragua con la mayoría de sus vecinos son menos antagonista; este seguirá siendo el caso, ya que el Gobierno no querrá arriesgarse a perder fondos del Banco Centroamericano de Integración Económica, que es su principal acreedor. Aún así, es poco probable que los flujos a Nicaragua sean tan generosos como lo fueron en 2020-21, cuando el país recibió ayuda relacionada con la pandemia y recursos para apoyar los esfuerzos de reconstrucción posteriores al huracán”, indicó sobre el BCIE.

Relación hostil con EE. UU. y UE

A criterio de la británica “hay pocas perspectivas” de mejora en las relaciones diplomáticas con Estados Unidos y la Unión Euorpea, que son dos de las principales potencias occidentales, porque Ortega debe demostrar a sus partidarios su fuerza “sin sufrir consecuencias políticas o económicas significativas”.

En ese contexto, el régimen de Ortega tendrá que amarrarse el cinturón para mantener bajo control el déficit fiscal, porque probablemente la contribución financiera que vaya a hacer China no será suficiente como para darle holgura en el gasto público al Gobierno.

“La prioridad a corto plazo del gobierno de Ortega será la consolidación fiscal, particularmente porque su carga de amortización será relativamente pesada en 2023-27. Si bien es probable que el financiamiento chino (tanto dentro como fuera del presupuesto) brinde cierto alivio, no obviará por completo la necesidad de medidas de ajuste del cinturón”.

En ese entorno incierto se espera que el gobierno de Ortega intente seducir al sector privado ofreciendo las nuevas oportunidades comerciales con sus aliados, “para mejorar las relaciones con el tejido empresarial local, con el fin último de estimular nuevas inversiones nacionales. Sin embargo, un entorno empresarial débil, serias limitaciones logísticas y un alto nivel de riesgo político mantendrán bajo el potencial de crecimiento”.

Si China falla…

Además el régimen seguirá emitiendo papeles bursátiles para apoyar gradualmente el hueco financiero de la cooperación internacional, “aunque tendrá que ofrecer tipos de interés elevados para atraer inversores, lo que elevará los costos del servicio de la deuda”.

“El principal riesgo para nuestras previsiones se centra en la generosidad de los chinos, asistencia financiera; si esto resulta decepcionante, la política fiscal será más contractiva que proyectamos actualmente, ya que los formuladores de políticas nicaragüenses son generalmente reacios a monetizar los déficits”, reiteró la EIU.

Un punto que también pesará sobre la economía de Nicaragua es una posible recesión en Estados Unidos, la que sería leve y que habría comenzado a finales del año pasado, la cual va a afectar “a los sectores orientados a la exportación de Nicaragua, especialmente a la industria de maquila (ensamblaje doméstico para reexportación)”.

Otro factor que pesa sobre las perspectivas a corto plazo es el impacto de una inflación sobre el crecimiento de los salarios; “esperamos que los salarios reales caigan por cuarto año consecutivo en 2023, por 1.1 por ciento. Los vientos en contra derivados del endurecimiento de la política fiscal son otro motivo de preocupación, al igual que altas tasas de interés internas, dado que esto encarecerá aún más el endeudamiento para negocios”.

Las remesas seguirán jugando un papel clave

Entre los aspectos positivos, menciona las entradas de remesas, que esperan “continúen superando crecimiento general del PIB en 2023, a pesar de la desaceleración de la economía estadounidense. Los muchos nicaragüenses que han dejado el país desde las elecciones de noviembre de 2021 es probable que aseguren que sus miembros familiares reciban ese apoyo financiero en Nicaragua, lo que impulsará el consumo privado y el crecimiento de las importaciones durante todo el período de pronóstico”.

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