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La historia del nicaragüense que fundó Ticavisión

La historia del nicaragüense que fundó Ticavisión

Hace ocho años Iván Flores buscaba cómo salir adelante en Costa Rica después de que la llegada de Daniel Ortega al poder lo hiciera caer en desgracia. Una trasmisión desde la sala de su casa inició un proyecto que sigue creciendo

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En Costa Rica hay un canal de televisión dedicado a la comunidad nicaragüense que reside en ese país. Se trata de Ticavisión, “el canal joven de Costa Rica”, dice su eslogan.

Este canal nació en 2014, en la sala de Iván Flores, un nicaragüense que migró a ese país junto con su familia en busca de mejores oportunidades laborales, después de que la llegada de Daniel Ortega al poder en 2007, lo hiciera caer en desgracia.

Concretar la idea del canal no fue tarea fácil. Iván y su esposa Consuelo Molina, llegaron con la mentalidad para trabajar y ver qué podían hacer en un nuevo país. “Nos encontramos con una realidad triste. Lo que traíamos en dólares, se iban prácticamente en una nada porque aquí la moneda está por las nubes”, rememora Iván.

Al poco tiempo, la pareja le compró una pulpería a un colombiano. “Nos dio vuelta. Esa fue la primera experiencia negra. Nos vendió la pulpería en no recuerdo cuánto, pero nos dijo que vendía no sé cuántos miles diarios, pero nosotros no vendíamos nada, más que a unos niños que pasaban para una escuela y compraban galletas”.

Su esposa se aventuró a ir a vender nacatamales por las calles de Costa Rica. Salía casi a medio día junto con su niña de ocho años, mientras él se quedaba atendiendo la pulpería. Al final de la tarde, se iban para el cuarto que alquilaban.

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“Dormíamos en un apartamentito que alquilan cuando uno recién viene, que te pasan las cucarachas por la cabeza y escuchas donde van volando. Hoy me da risa, pero es triste cuando lo vivimos”, cuenta.

A su hija lograron matricularla en un colegio donde le hacían bullying, según Iván, por ser nicaragüense. “Le guiñaban el cabello porque era nica, la enllavaron en el baño porque era nica. Una vez la quisieron lanzar de unas escaleras de un auditorio donde estaban jugando y una amiguita de ella las detuvo”, recuerda.

Iván Flores en el centro de controles de Ticavisión, el canal que fundó hace 8 años. CORTESÍA

Del campo

La historia de Iván empezó en una comunidad llamada El Capulín, en la carretera que va de Masaya hacia Granada. Nació el 11 de febrero de 1965 en el seno una familia campesina que vivía en una finca que en sus mejores tiempos producía mango, mamón, algodón y algunas hortalizas.

“Mi padre tenía un camioncito y él se encargaba de ir finca por finca levantando los canastos de frutas en toda la comunidad y se iban para el mercado de Masaya a vender”, recuerda Iván hoy a sus 57 años.

La familia se fue a vivir a Managua cuando Iván tenía tres años. Fueron de los primeros pobladores en la recién fundada Unidad de Propósito, cuando aquello era apenas un proyecto habitacional en la periferia de la capital.

Su padre, Miguel Ángel Flores Gómez, empezó a trabajar en Managua como mensajero de varias empresas, mientras que su madre, Esperanza Chavarría Martínez, era una ama de casa de quien Iván asegura que era prima hermana del beisbolista Dennis Martínez. También se dedicaba a la costura y le hacía la ropa a sus tres hijos con una máquina de coser Singer de pedal. “El 24 y 31 de diciembre siempre éramos mudados por el esfuerzo de mi madre”, cuenta Iván, quien es el mayor de los tres hermanos.

Estudió su primaria en una escuela de monjas. “Estaba la hermana Ángeles, me acuerdo que era la que nos cacheteaba, nos guiñaba las orejas o nos pegaba con la regla en la mano si andábamos corriendo”.

Su secundaria la estudió en un el instituto técnico vocacional que quedaba en carretera norte y a él le tocaba caminar unos cuatro kilómetros por veredas para llegar al lugar. En ese instituto, recibió clases de dibujo y también de reparación de radio y televisión, pero al tercer año quiso cambiar de colegio.

“Desistí porque nos pusieron en círculo a los estudiantes y nos pegaron un corrientazo de 110 (voltios) y ya no me gustó. Era como para decirte que esa era la corriente y lo que te podía pasar. Nunca nos dieron a probar el 220”, cuenta entre risas.

Iván Flores es nicaragüense y tiene nacionalidad costarricense. Tiene 12 años viviendo en ese país junto a su familia. LA PRENSA/Óscar Navarrete

La secundaria la terminó en el Instituto Ramírez Goyena y como tenía talento para el dibujo, se fue a trabajar con un ingeniero electromecánico creando planos. Iván asegura que planos como los del Banco Central y el del Ministerio de Fomento, Industria y Comercio (MIFIC), llevan su firma.

Estuvo haciendo planos unos cinco años hasta que le tocó cumplir con el Servicio Militar en 1984. Por su talento con el dibujo, lo asignaron a prestar servicio en el Estado Mayor de Defensa, en Managua, en donde ayudaba a crear los materiales de estudios del Ejército.

“Hacíamos un AK dibujada, y desbaratada en piezas. Una granada y todo lo que se usaba en la guerra lo hacíamos en cientos y miles de cartulinas y eso lo llevaban a las escuelas para que la gente militar enseñara”, cuenta.

Iván relata que como ya era un joven bachiller, le ofrecieron quedarse en el Ejército como militar permanente, pero a él nunca le gustó la vida militar, así que no aceptó y cuando terminó su servicio se fue a trabajar como dibujante de una empresa de publicidad que hacía comerciales televisivos.

Después, trabajó en el Instituto Nicaragüense de Cine (INCINE) y aprendió sobre cámaras y sus diferentes formatos.

A finales de los ochenta, se dedicó al comercio. Se iba a comprar frijoles y demás granos básicos a las montañas y luego los revendía en los mercados de la capital, pero al poco tiempo se retiró porque lo estafaron en una ocasión, además de que varios comerciantes eran asaltados y hasta asesinados en las montañas para robarles el dinero que llevaban.

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Su primera experiencia

Tras la derrota electoral del Frente Sandinista, Iván estuvo desempleado y se fue a buscar empleo a Canal 8, el cual acababa de ser fundado por Carlos Briceño. En INCINE había aprendido a usar cámaras, entonces lo contrataron como camarógrafo y lo asignaron para que trabajara con José Abraham Sánchez, quien se estaba iniciando como reportero de televisión.

“Éramos dos novatos en un microbús y ahí empezamos a cubrir sucesos. Ahí andábamos detrás de los muertos, del que se llevó el cauce y de todo lo que podíamos agarrar. Si mirábamos una ambulancia, nos poníamos a escuchar la radio a ver qué había pasado o si mirábamos un camión de bomberos nos pegábamos y ahí nos íbamos a grabar”, relata Iván, quien trabajó tres años en Canal 8 hasta que pasó a trabajar a 100% Noticias.

En aquel entonces, el hoy preso político Miguel Mora, estaba empezando con el proyecto de 100% Noticias y necesita a un editor. Iván no sabía editar, pero llegaba dispuesto a aprender, de manera que Mora lo contrató.

Cuando vio que ya podía usar cámaras, editar y hasta montar un noticiero, Iván decidió emprender y montó una empresa de producción audiovisual a finales de los noventa. Se asoció con un amigo para montar esa empresa y poco a poco fueron ganando contratos con compañías e instituciones del Estado. Eran tiempos en los que le estaba yendo muy bien, pero todo eso se acabó cuando Daniel Ortega regresó al poder en 2007.

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“Cortaron que las instituciones del Estado pudieran dar hacer spots (comerciales) a productores independientes, sino que las hacían empresas de ellos mismos”, explica Iván, de manera que fueron perdiendo clientes y él tuvo que ir despidiendo a parte del personal hasta que la empresa quedó en bancarrota.

Él entró en depresión. Ya tenía una niña de ocho años que mantener y como su esposa también estaba desempleada, tomaron la decisión de migrar a Costa Rica en 2009.

De la sala a la pantalla

A mediados de los noventa, Iván se fue a una discoteca que quedaba por el puente El Edén, en Managua junto a un grupo de periodistas. Se sentaron en una mesa que estaba reservada para un grupo de médicos, pero nadie les dijo que se levantaran.

“En un lado estábamos todos los bullangueros, los camarógrafos y los periodistas, y del otro lado estaban los encopetados y encopetadas, médicos que nos quedaban viendo todo raro”, relata Iván.

En un momento, todos los periodistas y médicos se fueron a bailar, y solamente quedó él con una pediatra en la mesa y se pusieron a platicar. 22 días después se estaban casando. A él le llamó la atención la elegancia de aquella mujer, segura de sí misma y que sabía lo que quería. “No sé qué le llamo la atención a ella de mí”, bromea.

Con esa pediatra, llamada Consuelo Molina, Iván se fue hacia Costa Rica con la niña que tuvieron y, tras varios años difíciles, su esposa finalmente pudo hacer los trámites para homologar su título de médico general y el de pediatra, lo cual le permitió conseguir un empleo y el estilo de vida de la familia mejoró.

Alquilaron una casa en una ciudad llamada Heredia, y pudieron cambiar a su hija a un colegio donde ya no la molestaban. A pesar que las cosas iban mejorando poco a poco para la familia, Iván todavía se sentía frustrado porque no había podido conseguir un empleo fijo.

Iván Flores tiene planes de que su canal siga creciendo en 2023. LA PRENSA/Óscar Navarrete

El hombre se iba con una cámara pequeña por algunos poblados ofreciendo en pequeños negocios hacerles comerciales televisivos. Probó en carnicerías, panaderías, microfinancieras y nadie le daba la oportunidad, hasta que en una barbería una señora le aceptó la propuesta.

Luego conoció a unos hermanos evangélicos que le dijeron que querían hacer un programa televisivo, así que el hombre improvisó un pequeño set en la sala de la casa y con la vieja cámara pudo grabarles el video.

Un día se fue a un canal local a gestionar la transmisión de ese programa evangélico y ahí le explicaron que solamente debía enviar un enlace por internet y empezar a grabar la señal en vivo. “Para mí era maravilloso ver cómo lo que estábamos grabando ahí, se miraba en la televisión”, cuenta ocho años más tarde. Así fue como nació Ticavisión.

Canal para nicas en Costa Rica

Fue uno de los muchachos evangélicos quien le dio la idea a Iván de que montara su propio canal después de ver cómo desde la sala de su casa podía transmitir en vivo. Para Iván eso era impensable. Por los costos, los equipos, la falta de experiencia y la falta de personal que le ayudara.

Iván cuenta que siempre ha sido una persona impulsiva, y desde que el joven evangélico le dio la idea, no se le salió de la cabeza. Un día se fue a un pueblo llamado Barva y alquiló un módulo para empezar a montar su canal.

–¿Y cómo vas a pagar eso? – le preguntó su esposa cuando le contó

–El primer mes me lo vas a tener que dar vos

Estuvo en ese lugar por tres años y poco a poco se fue haciendo de mejores equipos. Seguía transmitiendo el programa de los evangélicos, un programa juvenil y un noticiero dedicado a la comunidad nicaragüense. El canal local donde transmitía lo apoyaba con una tarifa baja y él generaba ingresos haciendo publicidad para negocios locales.

Parte de la fachada del canal de Iván Flores. LA PRENSA/Óscar Navarrete

Un día, le llegó la propuesta de un canal de San José, la capital costarricense para que transmitiera los programas que él producía en ese canal, y a cambio él podía usar el estudio televisivo. Él aceptó la propuesta.

Un tiempo después decidió incursionar por su cuenta en la televisión digital y ahora Ticavisión es un canal independiente que produce noticieros, programas de opinión, debates, algunos enlatados y retransmite otros programas de producción nicaragüense y dedicado a los nicas en Costa Rica. Uno de los programas que más se ve es Café con Voz, dirigido por Luis Galeano. “Cuando no lo pasamos, la gente llama que porqué no lo estamos pasando”.

La señal de Ticavisión se puede ver las 24 horas del día en dos cableras de Costa Rica, y se encuentra en gestiones para entrar a una tercera. Tiene un equipo de seis personas, cinco nicaragüenses y un costarricense. En este momento se está cambiando a un local más cómodo en San José y su meta para el próximo año es seguir creciendo y contratar a más nicaragüenses.

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