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Óscar René Vargas, sociólogo, economista y analista político. ARCHIVO/LA PRENSA.

Óscar René Vargas, el hombre que le salvó la vida a Daniel Ortega

Le salvó la vida a Daniel Ortega y este lo convirtió en su preso político. El mismo Ortega lo nombró su embajador en Francia en 2007, pero después de una entrevista que concedió a la Revista DOMINGO, lo destituyó.

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La represión contra Óscar René Vargas no es nueva. Él mismo lo denunció a LA PRENSA en febrero de 2017. “La represión contra mi persona empezó cuando di una entrevista al diario LA PRENSA en junio de 2007 y se ha manifestado hasta el día de hoy (febrero 2017). Represión que se manifiesta en tener prohibido impartir clases en las universidades, no otorgarme mi pensión, al no reconocerme los seis años que laboré en la Secretaría del FSLN en los años ochenta”.

Cinco años después, Óscar René Vargas es uno más de los presos políticos que mantiene Daniel Ortega en las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), mejor conocida como El Chipote, a pesar de que él mismo salvó a Ortega de ser encarcelado o ejecutado por la Guardia Nacional de Somoza en 1967.

El pasado martes 22 de noviembre, Vargas se encontraba visitando a un familiar en Managua, quien confirmó que su detención fue llevada a cabo por policías, sin orden judicial y de manera violenta.“Entraron con metralletas a traerlo”, contó esa persona a LA PRENSA bajo anonimato.

“Se tiraron los policías por la barda que divide la casa, y salgo, yo le dije: “Bueno pues, ¿qué es lo que pasa? A ver ¿la orden?”. “No hay orden, es un allanamiento, quítese por favor” (le contestaron). Él se fue tranquilo, yo lo vi tranquilo”, relató la persona.

Óscar René Vargas le salvó la vida a Daniel Ortega en 1967 y ahora lo convirtió en su preso político. ARCHIVO/LA PRENSA

Mientras tanto, su hijo René Vargas Zamora, responsabilizó a la dictadura. “El régimen de Ortega-Murillo ha capturado a mi padre, Óscar Vargas. Mi padre es una persona mayor, con una salud delicada. Hago responsable al régimen por cualquier malestar que le suceda”, escribió en su cuenta de Twitter.

Óscar René Vargas Escobar tiene 77 años. Los cumplió el pasado 10 de noviembre. Es disidente del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y un férreo crítico del régimen de Daniel Ortega que se dedica a hacer análisis sobre la situación económica y política de Nicaragua.

Es hipertenso y hace siete meses le colocaron un marcapasos por problemas cardíacos, según sus familiares. Él había estado exiliado en Costa Rica desde 2018, pero regresó a Nicaragua por razones personales.

Le salvó la vida a Daniel Ortega

Vargas nació el 10 de noviembre de 1946 en Managua. Desde pequeño fue acostumbrado a comer sin aceite, sin sal, sin azúcar y sin grasa. Practicó natación y jugó beisbol como pícher en la secundaria.

Junto a su hermano mayor, Gustavo Adolfo, era militante del Frente Estudiantil Revolucionario (FER) y se integró al Frente Sandinista en 1967. Para entonces, ya estaba cursando el tercer año de Medicina.

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En octubre de 1967, cuatro guerrilleros del Frente Sandinista ejecutaron a un sargento de la Guardia Nacional llamado Gonzalo Lacayo, quien tenía fama de ser uno de los torturadores más implacables del somocismo. En la ejecución participó Daniel Ortega, según relata el periodista Fabián Medina en su libro El Preso 198.

Era un sábado 4 de noviembre de 1967, aproximadamente a la una de la tarde, cuando Óscar René Vargas escuchó en un noticiero de radio que la Guardia estaba atacando una casa en Managua donde se refugiaba un grupo de guerrilleros sandinistas.

Su hermano, Gustavo Adolfo, justo se dirigía hacia esa casa para almorzar con uno de los guerrilleros que se escondía en la casa. Vargas tomó un vehículo de la familia y se fue a advertirle a su hermano del peligro y cuando llegaron al sitio se percataron que la Guardia ya había capturado vivos y posteriormente ejecutado a los guerrilleros Casimiro Sotelo, Roberto Amaya, Hugo Medina y Edmundo Pérez. Solamente Pérez había participado en la ejecución de Lacayo.

En una casa cerca del sitio, en el barrio Monseñor Lezcano, estaban escondidos Iván Turcios y Daniel Ortega, quienes no se daban cuenta que la Guardia andaba cerca. “Mi hermano y yo fuimos a sacarlos. La casa estaba rodeada y Daniel no se había dado cuenta de la acción de la Guardia y nosotros los sacamos”, contó Vargas a DOMINGO en 2017.

La Guardia desató una redada y detuvo a varios guerrilleros los cuales mencionaron los nombres de varios miembros del Frente Sandinista, incluido Vargas y su hermano, quienes decidieron salir al exilio.

Daniel Ortega fue capturado poco después, el 18 de noviembre de ese mismo año y no lo vincularon a la ejecución de Lacayo, si no que fue condenado por el asalto a un banco. Estuvo siete años detenido hasta que fue rescatado por un comando guerrillero en diciembre de 1974.

Daniel Ortega detenido el 18 de noviembre de 1967. ARCHIVO

Hubiera sido médico

Vargas salió de Nicaragua a finales de 1967 y dejó sus estudios de medicina. Se fue a Cuba donde recibió entrenamiento militar y luego pasó a formar parte de una comisión del Frente Sandinista en el exterior que se encargaba de hacer cabildeo con gobiernos y personalidades extranjeras a favor de la guerrilla.

En 1969, cuando Carlos Fonseca Amador fue detenido en Costa Rica, esta comisión consiguió la firma de 15 personalidades que habían ganado premios Nobel y que apoyaban la liberación de Fonseca Amador. Vargas se encargó de escribir varios artículos en francés para periódicos de Europa.

También hicieron que el filósofo francés Jean Paul Sartre y la activista feminista Simone de Beauvoir formaran parte de un comité por la liberación de Fonseca Amador.

Además de Cuba, vivió en Brasil, México y Suiza, en donde estudió Sociología en la Universidad de Lausanne (Suiza); una maestría en el Instituto Universitario de Altos Estudios del Desarrollo (Ginebra); un doctorado en Sociología en el Instituto Universitario de Estudios Europeos (Ginebra) y en la Universidad de Ginebra (Suiza).

Después hizo estudios de doctorado en economía política en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Sus estudios de Medicina quedaron atrás, pero él mismo mencionó en 2017 que si no se hubiese ido al exilio, hubiese sido médico.

Con el triunfo de la Revolución Sandinista, el 19 de julio de 1979, Vargas se encontraba en México y el 21 de julio se regresó a Nicaragua después de 12 años de exilio. Como el aeropuerto de Managua estaba cerrado, al igual que las fronteras, tuvo que tomar un vuelo desde la Ciudad de México a Tegucigalpa, la capital de Honduras, desde donde llegó a la frontera con Nicaragua vía terrestre.

Como la frontera también estaba cerrada, no lo querían dejar entrar, según contó él mismo a DOMINGO en 2017. “Cuando llegué a la frontera no me querían dejar entrar porque estaba cerrada. Entonces me dijeron que no podía entrar. “Pido asilo pues”, les dije. “Pase pues”, me dijeron”, relató.

Cuando llegó a Managua, se encontró con una ciudad desconocida para él, que había quedado destruida por los enfrentamientos entre guardias y sandinistas, y que no había terminado de levantarse por el terremoto de 1972, en el cual Vargas había perdido a su madre.

Buscó a Edén Pastora, que lo habían nombrado viceministro del interior, y al poco tiempo fue nombrado asesor de la Dirección Nacional del Frente Sandinista entre 1979 y 1990, hasta que Daniel Ortega perdió el poder contra Violeta Barrios de Chamorro. Vargas fue de los pocos dentro del Frente Sandinista que previó la derrota electoral.

Óscar René Vargas de camisa celeste detrás de Daniel Ortega. Vargas fue asesor de la Dirección Nacional del Frente Sandinista en los ochenta y fue de los pocos que previó la derrota electoral de 1990. ARCHIVO

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Vargas y el nuevo gobierno de Ortega

Después de la derrota electoral de 1990, Óscar René Vargas se casó con la poetisa Daysi Zamora, aunque tiempo después se separaron. También dio clases en la UNAM de México, la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN), la Universidad Centroamericana (UCA), y la Universidad Politécnica de Nicaragua (UPOLI).

De igual manera impartió clases en el Instituto de Altos Estudios del Estado Mayor del Ejército de Nicaragua, Universidad Central de Nicaragua (UCN), Instituto de Estudios Superiores de la Policía Nacional de Nicaragua y Universidad Nacional de Ingeniería (UNI-Nicaragua).

Durante esos años, Vargas continuó siendo un militante del Frente Sandinista y fue parte de la campaña electoral de 2006, en la cual Ortega llegó al poder.

En 2007, Ortega nombró a Vargas como su embajador en Francia, pero este no pudo acreditarse ni asumir el cargo, porque después de una entrevista que brindó a DOMINGO, Ortega lo mandó a destituir.

En esa entrevista, Vargas habló sobre las supuestas fricciones que había entre él y Rosario Murillo. “Será ella conmigo. Yo no tengo problemas. Con ella tengo una buena relación. Pero si ella tiene un problema conmigo habría que preguntárselo”, mencionó.

También habló sobre la crisis energética que azotaba al país en ese entonces, las críticas al gobierno de Ortega por el nombramiento de funcionarios de los que se decía que no tenían suficiente experiencia, además de una propuesta que había hecho de que Nicaragua vendiera agua, y dijo que “pensar trae mucha adversidad”

Posteriormente, el canciller de entonces, Samuel Santos, le anunció que ya no iba a ser el embajador en Francia a como estaba previsto. “Yo pregunté la razón: entonces me dijeron, (que fue) la entrevista, pero no me dijeron qué parte de la entrevista”, dijo a medios de comunicación.

“Yo no voy a dejar de pensar ni de opinar. Yo decía en mi entrevista que pensar trae mucha adversidad, pues fue una frase verdadera que se revirtió contra mí”, agregó.

Óscar René Vargas, analista político. ARCHIVO/LA PRENSA

En 2008 y 2009, Vargas fue nombrado asesor del presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, y como representante del presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas en la Comisión de Expertos Internacionales para estudiar la crisis económica y financiera internacional de 2008-2009.

También trabajó para el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) y para el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

En esos años, empezó a cuestionar al gobierno de Ortega y lo tildaba como un “gobierno autoritario”, y posteriormente denunció que la administración sandinista no le estaba pagando su pensión. Incluso aseguró haber conversado con Humberto Ortega para que intercediera por él por su pensión, pero nunca obtuvo una respuesta positiva.

Con el estallido de la crisis política, Vargas era constantemente consultado por los medios de comunicación y él brindaba su análisis político sobre la situación. En un programa televisivo en 2018, planteó lo que él llamó la “salida en caliente” del régimen que, según su explicación, podría ocurrir si la población decidía marchar hacia El Carmen hasta que Ortega decidiera abandonar el poder.

Este análisis fue lo que provocó represalias en su contra y que decidiera partir al exilio nuevamente por amenazas de cárcel. Ahora que el analista permanece detenido, enfrenta una acusación de la cual no se sabe cuál es el delito que se le imputa, pero según el sistema del Poder Judicial, el “ofendido” es el Estado de Nicaragua, es decir, Daniel Ortega.

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