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CONTENIDO EXCLUSIVO.Las extensas filas en las oficinas de Migración y Extranjería, en Managua, acaparan la atención nacional y los titulares de los medios de comunicación independientes en Nicaragua. Aunque este escenario se había vivido en noviembre de 2021, cuando el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo se atornilló aún más en el poder, ahora más nicaragüenses buscan salir desesperadamente del país, empujados por la carestía de la vida, el desempleo y los altos niveles de acoso, represión y violencia gubernamental.
Para los miles de nicaragüenses que han llegado a solicitar o renovar su pasaporte, la experiencia ha sido engorrosa, demorada y frustrante, tal como se comprueba en decenas de fotos y videos publicados en las últimas semanas en redes sociales. El oportunismo de quienes buscan colarse, evadir la espera de su turno o cobrar por un espacio lleva las de ganar; obligando a otros cientos de personas a realizar varios intentos para obtener el documento de su viaje, según testimonios públicos y de medios nacionales.
“Fotografía del caos, de un Estado fallido”
Las estadísticas actuales de entrega de pasaportes a nacionales, sumada a la gran cantidad de solicitudes de asilo en Estados Unidos o de refugio en Costa Rica —principales destinos de la población migrante nicaragüense—, confirman que el país está viviendo la peor crisis migratoria de la historia reciente, asegura la socióloga y activista Haydée Castillo.
“Es un reflejo, una fotografía clarísima del caos que reina en Nicaragua, que tenemos un Estado completamente fallido”, manifiesta la experta.
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Si bien el 2018, con la explosión de la violencia del régimen Ortega Murillo tras las protestas civiles de abril, marcó el inicio del éxodo de nicaragüenses, en el 2020 disminuyó debido al cierre de fronteras por la pandemia del covid-19. Sin embargo, una vez levantadas las restricciones migratorias, las estadísticas volvieron a dispararse. Actualmente, para poder obtener el pasaporte, las personas se aventuran a pasar la noche en las afueras de las oficinas de Migración debido a la alta demanda de este servicio.
Tendencia en alza migratoria
Datos de la Dirección General de Migración y Extranjería (DGME) —recogidos por LA PRENSA— indican que el comportamiento de la demanda de pasaportes por semana a nivel nacional durante los primeros meses de 2021 (de enero a abril) variaba entre mil y dos mil entregas. Por ejemplo, solo en el primer mes de ese año, el total fue de 2,183.
Aunque la institución omitió la publicación de reportes de algunas semanas, los datos hasta ahora compartidos en el portal web revelan que en la última semana de mayo del año pasado se dio un incremento en la demanda de este documento de viaje, alcanzando las tres mil entregas. A finales de ese mes, la dictadura Ortega-Murillo desató una cacería contra líderes políticos opositores.
Desde entonces, se ha mantenido una tendencia al alza en gestión de documentos de viaje para nicaragüenses. Para junio de 2021, más de 15 mil pasaportes fueron entregados, y el comportamiento ha venido aumentando. En enero de este año, el total fue de más de 17 mil documentos, y este último mes marcó 23,614 entregas.
“Estamos, yo diría, asistiendo por un lado a una explosión que se manifiesta no en las calles, no en marchas, no en la resistencia interna, sino en la salida del país para proteger la vida, la seguridad y la integridad”, declara Castillo.
La última actualización de la DGME corresponde a la primera semana de octubre, en la que informa que del 1 al 7 de este mes se entregaron 6,590 documentos de viaje. Aunque están pendientes las cifras de estas dos últimas semanas donde se han visto abarrotados los alrededores de las tres sucursales en la capital, es evidente que el equipo de Migración no da abasto para atender a los cientos de solicitantes que llegan diario a sus oficinas.
De acuerdo con un ciudadano que visitó la semana pasada la sede de Migración ubicada en Multicentro l´Las Américas, una de las delegadas dijo en esa ocasión que solo disponía de 80 números, cuando la cantidad de solicitantes en un solo día pudo haber alcanzado los 300, según calculó la fuente, lo que evidencia que los datos oficiales podrían ser mucho mayores, si se toma en cuenta a las personas que quedan sin cupo.
Visas de salida para menores también incrementa
Para enero de 2021, las visas extendidas a menores de edad apenas sobrepasaban las 400. En junio de ese mismo año, se superó los tres mil permisos, y desde entonces la cifra se mantiene o aumenta. En el último mes del año pasado, Migración otorgó 3,375 visas a menores.
“El hecho de que haya incremento en el registro de la niñez es porque Nicaragua ya no es un país habitable y seguro; ya no solo para los adultos, sino que está afectando a las familias en su conjunto”, señala la socióloga.
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La salida de menores de edad se puede ver reflejada en cada familia, en cada barrio, en cada círculo social donde el núcleo familiar está dispuesto a emigrar para mejorar sus condiciones. Tal es el caso de “Juan”, quien salió recientemente del país junto con su esposa y sus dos pequeños hijos en busca de un mejor futuro para su familia. La pareja se encontraba sin empleo.
“Es un caos generalizado en donde los únicos que se quedarán a vivir (en Nicaragua) será la familia dictatorial y el círculo de los que ‘temen’ a la justicia internacional. Cada día que el régimen permanece en Nicaragua es menos viable e incrementa el nivel de amenaza para la seguridad regional”, considera Castillo.
Las vertientes de la migración
La especialista plantea que la crisis sociopolítica, derivada de la represión, persecución y encarcelamiento de opositores, y la económica del país, vista desde el desempleo y carestía de la vida; más la implosión a lo interno de las bases del régimen son las vertientes para el “actual éxodo que tenemos”.
“Ese es un indicador clarísimo de que llegó la hora de ponerle todos los límites a este régimen, de quitarle todo el oxígeno por el cual sostiene su represión y se sostiene a la fuerza en el poder en Nicaragua”, finaliza la socióloga.
El mes pasado, 18,276 nicaragüenses cruzaron irregularmente la frontera de Estados Unidos, para un total de 126,287 nacionales detenidos por las autoridades migratorias entre enero y septiembre de este año, según el más reciente reporte de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP por sus siglas en inglés)