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Desorden, esperas maratónicas y hasta peleas entre los grupos que esperan ser atendidos para obtener su documento de viaje.

“La gente sale corriendo como si fuera ganado”. El suplicio de los nicaragüenses por obtener el pasaporte

"Vieras qué horrible", dice un ciudadano que ha intentado tres veces solicitar su documento de viaje. Esta es la crónica de lo que se vive

“Dicen que a la tercera es la vencida”, es el comentario de ‘Lionel’ luego de que ha intentado solicitar el pasaporte en dos ocasiones pero al final se queda sin “número” por el gentío que llega a diario a las distintas oficinas de Migración y Extranjería en Managua, capital de Nicaragua.

Desde hace aproximadamente tres semanas, las sucursales ubicadas en Multicentro las Américas, Metrocentro y sede central de Migración, se han visto abarrotadas de nicaragüenses que buscan obtener su pasaporte. Largas filas, personas que madrugan e incluso, pasan la noche en las afueras de las oficinas, es lo que destaca de esta situación.

“Lionel”, nombre ficticio para resguardar su identidad y evitar represalias, es un joven nicaragüense que está planeando salir del país. No tiene trabajo, pero sí a una familia que mantener, por lo que migrar es, por ahora, la única opción viable para él.

En esta semana, Lionel decidió ir a la sucursal de Migración en Multicentro las Américas para obtener su documento de viaje. Aunque ya había visto en las redes sociales las largas filas que se hacían en las distintas oficinas de Managua, nunca se imaginó que vería a la gente “pelear” por lograr un cupo.

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Antes de las seis de la mañana, el ciudadano ya estaba, junto a un nutrido grupo de personas, fuera de uno de los portones de ese centro comercial, esperando que sean abiertos a las siete de la mañana. En total, son cuatro portones de ingreso, pero algunos ciudadanos llegan incluso a dormir al lugar para “asegurar” su cupo.

Acercándose a la hora de abrir los portones, la gente empieza a amontonarse y a sofocarse en las entradas para ser los primeros.

“En cuanto abren los portones la gente sale corriendo como si fuera ganado, la gente hasta empuja. A mí me tocó también correr, yo sentía que me iba a desmayar, pero llegué (a la oficina de Migración)”, relata Lionel, como si se tratara de un maratón de supervivencia.

Situación frustrante

El joven pensó que al llegar al puesto de Migración había terminado la odisea, sin embargo, la gente no paraba de llegar al lugar y hubo en momento en que, lo que había pasado en los portones, sucedía en la entrada en la oficina, provocando un alboroto y desorden.

“Vieras qué horrible, la gente se metió a la fila, se empujaba, eso fue horrible. Tuvo que llegar la Policía porque eran las nueve, casi de diez de la mañana y no habían atendido, porque decían que atenderían hasta que dejaran de hacer escándalo”, comparte Lionel.

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Mientras en la entrada de la oficina se mantenía ese desorden, la fila se hacía cada vez más grande.

“Cuando miré, la gente logró meterse y yo ya estaba en la cola de la fila. Al final, dijeron que ya no había número”, manifiesta Lionel sobre la primera vez que fue en busca de su pasaporte.

En la segunda ocasión, Lionel tampoco corrió con suerte y se preparó para un tercer intento. Esperanzado en que esta última vez sí resultaría, el ciudadano llegó, nuevamente a Multicentro las Américas, a las tres de la madrugada.

“Ya estaba formado, haciendo la fila. Habían entregado 39 números exactamente, de 80 en total, pero se volvió a armar un escándalo y dejaron de repartir los números, eso fue como a las nueve; y hasta pasada las 11 salió una mujer a gritar que qué estábamos haciendo afuera, porque cupos ya no iban a entregar, toda odiosa, cuando todos estábamos asoleándonos, con hambre y desvelados. Eso no se vale, es una grosería”, se queja Lionel, quien ahora dice que tendrá que hacer vela en las afueras de Multicentro, para que, tal vez, este cuarto intento sí sea la vencida.

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