El obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, exiliado en Miami, Estados Unidos, monseñor Silvio José Báez, advirtió este domingo 2 de octubre en su homilía que “el malvado sucumbirá sin remedio, en cambio el justo vivirá por su fe”, en referencia a los gobernantes que reprimen al pueblo y a los ciudadanos que aguardan para alcanzar la justicia, como Nicaragua bajo la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
“Llegará el momento en que queden silenciadas para siempre las lenguas cínicas de los poderosos arrogantes y mentirosos, llegará el momento en que terminen derrotados quienes se imponen en modo tiránico”, resaltó Báez, la única voz crítica de la iglesia católica nicaragüense que responde desde el evangelio a los virulentos ataques del régimen de Daniel Ortega, que mantiene privado de su libertad al obispo Rolando Álvarez, a más de seis sacerdotes, y desterrados a otros religiosos.
Tomando en referencia la profecía de Habacuc, las palabras del obispo expresan firmeza y esperanza: “No hay que resignarnos a que los malvados y los tiranos amedrenten en forma altanera con sus discursos mentirosos y cínicos. Este profeta nos enseña que no podemos ser indiferentes ante los tiranos que imponen su voluntad enfermiza de poder con la fuerza de la represión y la violencia”, refirió.
En días recientes, el dictador Ortega furibundo arremetió en contra del Papa Francisco, obispos de la Iglesia católica mientras dirigía un discurso oficial en el aniversario de la Policía: “La dictadura perfecta, es una tiranía, la tiranía perfecta, por algo Darío les dijo: —Dónde vas Santo tirano—. Con qué autoridad me hablan de democracia, cuántos votos tuvo el obispo de parte de la población, para ser nombrado obispo, fue nombrado al dedo desde el Vaticano, de parte de alguien que no ha sido electo por el pueblo, fue electo por un grupo de cardenales, así eligen al papa, un grupo de cardenales”, vociferó.
“Espera en la justicia”
Al continuar con su homilía dominical desde la iglesia Santa Agatha, el obispo insistió en exhortar a los ciudadanos a que, aunque se debe esperar con fe y perseverar en la justicia, no es válido cruzarse de brazos y esperarlo todo de Dios. “La esperanza bíblica es activa”, recalcó.
“Esperar es perseverar colaborando con Dios para que cambie la historia, el justo, el creyente debe esperar en su justicia, pero esperando con fe, sin desesperar, confiando en la promesa del Señor, el justo vivirá por su fe. La fe no anula ni la razón, ni las capacidades humanas, ni nos conduce a desentendernos. La fe nos da la valentía para denunciar el mal y no resignarnos jamás a la injusticia”, expresó el obispo.
Dijo, además, que orar no es solo pedir, sino que es luchar con Dios en la noche de su ausencia y gritar ante él como queriendo romper su silencio. “Orar es presentarnos ante Dios llevando en nuestro corazón y en nuestra voz la opresión del pueblo, el sufrimiento de las víctimas y la angustia de sentir que la historia va adelante y siguen triunfando los malvados”, agregó.
Le invitamos a leer: UE responderá de “manera firme y proporcionada” a las acciones “hostiles e injustificadas” de la dictadura Ortega Murillo
Insistió a los feligreses a que no olviden la promesa de Habacuc, porque “llegará el momento en que queden silenciadas para siempre las lenguas cínicas de los poderosos arrogantes y mentirosos, llegará el momento en que terminen derrotados quienes se imponen en modo tiránico. Este momento llegará, le dice el Señor a Habacuc y, si tarda, espéralo, pues llegará sin falta, espéralo, esperar no es fácil, porque el tiempo de Dios no es nuestra”.
El obispo en una clara referencia a la agudización de la crisis sociopolítica, de derechos humanos, de persecución en la que se encuentra el país desde abril 2018, como consecuencia de la brutal represión que ejecutó el régimen para aplacar las protestas antigubernamentales asestó que “en los momentos más oscuros y dolorosos, no hay que hundirse en la soledad”.
Concluyó asegurando que “llegará el momento en que queden silenciadas para siempre las lenguas cínicas de los poderosos arrogantes y mentirosos, llegará el momento en que terminen derrotados quienes se imponen en modo tiránico”.