Desde una sala de un hospital de San Antonio, Texas, en Estados Unidos, Noel Antonio Oviedo apela al corazón de todos los nicaragüenses: necesita recaudar entre ocho mil y diez mil dólares para repatriar el cuerpo de su pequeño hijo de 3 años, quien falleció ahogado en el río Bravo, cuando su mamá y su tío intentaron cruzar el caudal con él y su hermanito de dos meses.
A un mes de esta tragedia, Oviedo se encuentra junto a su esposa en el hospital, cuidando de su bebé que aún permanece en estado crítico, y al mismo tiempo, sobrellevando el duelo de la pérdida de su hijo mayor, en medio del proceso de repatriación que se le está dificultando concretar por la falta de dinero.
“No tenemos mucho dinero y no tenemos casi a nadie aquí (en Estado Unidos), solo unos familiares que nos están ayudando (…) Me gustaría decirles (a las personas) sobre la urgencia de ayuda porque queremos que nuestro hijo descanse en paz, queremos enviarlo a Nicaragua para que él ya esté descansando y no queremos que pase más tiempo aquí, porque entre más tiempo es más difícil de mandarlo (repatriarlo)”, dice Oviedo en un mensaje de audio que compartió a LA PRENSA.
El 22 de agosto pasado, la esposa, los niños y el cuñado de Oviedo cruzaron el río Bravo. Según el relato del hombre, el coyote le prometió a su familia que cruzarían el caudal en balsa, pero no fue así. Ante la insistencia de que la mujer dejara a su bebé de lado mexicano, ella se sintió amenazada y decidió cruzar el río junto a su hermano y sus 2 hijos.
Ella cargó al bebé y su hermano al niño de 3 años, sin imaginarse que una fuerte corriente les arrebataría a los pequeños. “Mi esposa nunca se despegó del niño, y gracias a Dios una persona se tiró al río a rescatarla. Decían que el niño (bebé) no tenía signos vitales, pero una lancha de Migración la cruzó a lado de Estados Unidos y le dieron los primeros auxilios al niño y volvieron sus pulsos, y la trasladaron al hospital”.
Sin embargo, el cuerpo del menor de 3 años fue encontrado río abajo, 40 minutos después del hecho.
Migraron en busca de estabilidad
A Oviedo le duele hablar de la tragedia y recordarlo es como si “me estén tocando la herida”, sin embargo, reconoce que le “urge” la ayuda económica.
Oviedo y su familia son originarios del barrio 30 de Mayo, en Managua, y aclara que se vieron obligados a salir de Nicaragua por la carestía de la vida.
“Tomamos esa decisión por el estado de Nicaragua, que casi no hay trabajo, y con el salario que tenía allá no sustentaba a mi familia, no ganaba lo suficiente y el trabajo donde yo estaba se vino a pique. Nosotros tomamos esa decisión de buscar un mejor futuro, que es el objetivo de todas las familias que vienen acá (a Estados Unidos)”, compartió el padre de familia.
Si usted desea aportar para que el niño sea repatriado a Nicaragua, puede comunicarse con su familia a través de los números: +1602-737-9875 o +1 561-726-9015.