Pese a los esfuerzos de la propaganda oficialista por demostrar la “buena apariencia física” de 20 personas presas políticas —que permanecen en las celdas del complejo de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocidas como el nuevo Chipote—, las primeras imágenes que se divulgaron este martes 30 y miércoles 31 de agosto, tras más de 15 meses de haber sido capturados ilegalmente por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, dejan al descubierto el deterioro físico y emocional que sufren.
El desgaste y los daños son más evidentes en algunas de las personas, especialmente quienes padecen enfermedades crónicas. Tras una inusual jornada de exhibición de imágenes, 20 reos de conciencia fueron presentados desde los medios afines al régimen es un sincronizado acto que para algunos defensores de derechos humanos podría interpretarse como un nuevo intento de acallar o desmentir los señalamientos en su contra.
Después de las diez visitas que les han permitido en más de un año, los familiares han denunciado que pese a las múltiples quejas por la mala calidad y escasez de alimentos que enfrentan los detenidos, las autoridades no permiten el ingreso de comida preparada por sus familias.
A esto se suman diversos tipos de torturas físicas y psicológicas que incluyen desde la violencia física hasta la prohibición de hablar, incluso entre los compañeros de celda; la falta de acceso al sol, la prohibición de tener una almohada, sábana o colcha; en algunos casos la oscuridad permanente en las celdas y en otros la exposición permanente a la luz encendida que les impide conciliar el sueño.
Lo evidente: ilegalidad, montajes y afán de desacreditar denuncias
La excusa para mostrar sus fotografías por primera vez fue que asistieron a una audiencia de información ante el juez Octavio Rothschuh Andino, presidente de la Sala Penal del Tribunal de Apelaciones de Managua. En la presentación —con acceso únicamente a medio oficialistas— se divulgaron fotografías y un brevísimo video, pero ninguno con elementos que pudieran dar indicio o certificar que se realizaron la mañana de este martes 30 y miércoles 31 de agosto, como sostienen los medios de propaganda del régimen.
Todo lucía orquestado y hasta posado; además en redes sociales se comenta sobre el color, la uniformidad y la apariencia de la piel de los presos políticos presentados, una combinación entre maquillaje tenue y retoque digital para mejorar la apariencia. A pesar de ello, muchos evidenciaban igual su palidez, piel marchita y rostros demacrados por las condiciones inhumanas a las que son sometidos desde hace más de un año.
Para el Colectivo Nicaragua Nunca +, esta exposición pública por primera vez después de más de un año fue por las presiones nacionales e internacionales. Pero también demuestra la necesidad del régimen Ortega Murillo de “lavarse la cara” ante la opinión pública.
Además, a pesar del control de los canales nacionales, la tecnología y el acceso ilimitado que los medios oficialistas tienen, provoca suspicacias el hecho de que la presentación de imágenes no fuese una transmisión en vivo, sino una divulgación sincronizada de fotografías y un clip de video sin audio. No había ni un solo elemento, análogo o digital en el que se pudiera ver reflejada la hora y fecha para constatar la autenticidad de que fueron realizadas efectivamente este martes 30 y 31 de agosto de 2022.
“Estos show son tan bien planificados y dirigidos, que están llenos de simbologías. Como el hecho de custodiar al sacerdote con policías portando armas que en la técnica militar corresponde a situaciones de riesgo y alerta, o para amedrentar. En cambio hoy, ni arma andaban”, señala el abogado nicaragüense Yader Morazán, respecto a la presentación de este martes 30 de agosto.
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Llama la atención además, que este miércoles, al menos media hora antes de que se difundieran todas las fotografías de los reos presentados hoy, el medio propagandista La Primerísima ya tenía los nombres completos y datos de los diez presos políticos, cuando aún los primeros medios orteguistas no habían confirmado o publicado siquiera las imágenes de ellos.
Por su parte, el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) aseguró a través de sus redes sociales que la audiencia de información que según el régimen se realizó en los juzgados no existe en el Código Penal. Por tanto, calificó la exposición de los diez presos políticos como otra sesión de tortura.
En esa misma línea, Yader Morazán, abogado y extrabajador del poder judicial, señala que estas supuestas “audiencias informativas” solo confirman que la Corte Suprema de Justicia de Nicaragua sigue siendo un instrumento de Daniel Ortega y cuestiona la omisión del requisito legal de indicar en las sentencias dónde serán cumplidas sus condenas, también arbitrarias.
Otra vez la CSJ se muestra como instrumento, celebrando sin defensas (legalmente constituidas) “audiencias informativas” que no existen en la ley, y que no tiene sentido legal.Que mejor informen, ¿porque omiten en las sentencias el requisito legal de decir dónde pagarán condenas? pic.twitter.com/sByn7obCLa
— Yader Morazán ⚖️ 🇳🇮 (@YaderMorazan) August 30, 2022
Morazán expone además —en un hilo detallado desde su cuenta en Twitter— que no es al juez Octavio Rothschuh Andino, del Tribunal de Apelaciones, a quien le correspondía realizar las audiencias de los presos políticos, que fueron presentados como “un bolsón”, y explica que “de existir razón legal alguna para celebrar audiencias, correspondería hacerlo a Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, conformada por los ‘magistrad@s’ Armengol Cuadra (presidente), Armando Juárez, Juana Méndez y Alba Luz Ramos”.