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Estos son los 10 alimentos que más han subido de precio en Nicaragua y por qué Rusia tiene (en parte) que ver con esto

Solo hay un producto que hoy se compra más barato que hace un año, pero su baja no es suficiente para compensar el alza en 22 alimentos. Acá te presentamos este análisis para entender cuáles son los 10 alimentos que más están azotando tu bolsillo

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Comer en Nicaragua se ha vuelto más caro, y en parte, Rusia tiene mucho que ver en ello. Si bien la espiral alcista es un fenómeno que está azotando a ricos y a pobres alrededor del mundo, en la mesa de los nicaragüenses se ha vuelto especialmente difícil por una economía que apenas empezaba a recuperarse de tres años de recesión, con salarios deteriorados y mayor desempleo, lo que empeora las posibilidades de que los hogares sobrelleven la crisis global de precios.

De los 23 productos que conforman la canasta básica, los números del Instituto Nacional de Información de Desarrollo (Inide) reflejan que solo un alimento es más asequible que hace un año: el huevo, que afortunadamente es un alimento muy presente en la dieta de los nicaragüenses y que generalmente suele compensar las proteínas, que ahora son más costosas de conseguir a través de la carne y los frijoles.

El aumento acumulado de los últimos 12 meses ha ocasionado que un hogar hoy requiera 12,062.72 córdobas para comprar los 23 productos de la cesta familiar, la cual está diseñada para cinco personas, dos adultos y tres menores.

Hace un año, es decir en mayo del año pasado, para comprar la misma cantidad de alimentos (granos, carnes, lácteos y verduras) de hoy se necesitaban 10,026.61 córdobas, es decir 2,036 córdobas menos que en igual periodo del 2022. Es la comida la que ha ocasionado que la cesta familiar se dispare a 17,332 córdobas a mayo, un costo histórico en tiempos de democracia.

Las alzas han empeorado en los primeros cinco meses de este año, a raíz de la invasión de Rusia a Ucrania, ambos fuertes proveedores de insumos agrícolas y alimentos en el mundo.

Y aunque Nicaragua no es un gran importador de productos de ambos países en conflicto, la presión que la crisis en Ucrania ha impuesto en la demanda mundial ha acelerado los precios de los mercados donde el país se abastece, como China o Estados Unidos, así como Centroamérica.

Los 10 más golpeados por las alzas

Pero ¿cuáles son los 10 alimentos que más están absorbiendo tu presupuesto?, ¿qué relación tienen con la crisis de Ucrania y Rusia?, ¿qué otros factores están incidiendo en las alzas?

Un análisis realizado por LA PRENSA, mediante el cual se comparan los precios promedio en mayo versus los observados en igual mes del año pasado, muestran que las alzas han golpeado especialmente a los perecederos, varios de los cuales Nicaragua no es autosuficiente en su producción.

El producto que más ha subido de los 23 de la canasta básica es el tomate de cocinar, cuya libra pasó de 9.02 córdobas en mayo del año pasado a 21.56 córdobas en igual mes de este año. En enero este producto se compraba en 17.20 córdobas la libra, lo que indicaría que su precio en mayo no es por factores estacionales, sino que por una espiral de alza mensual.

Según cifras del Inide, para comprar las 14 libras de tomates que se utilizan para cubrir un mes de consumo en la casa, en mayo se necesitaban 301.84 córdobas, mientras que en igual mes del año pasado eran 126.28 córdobas, lo que muestra el fuerte impacto de la espiral alcista en este alimento que está presente en casi todos los platos fuertes que se sirven en la mesa.

El Gobierno asegura en el Plan Nacional de producción 2022-2023 que en el ciclo productivo que acaba de finalizar (2021-2022) el país cosechó 1.9 millones de quintales de tomate, lo cual resultó suficiente para cubrir el consumo interno, el cual ascendió a 1.3 millones de quintales y además se exportaron 50,186 quintales.

Este año espera que la producción se eleve a 2 millones de quintales y el consumo a 1.4 millones de quintales de tomates, lo que indicaría que habría suficiente producción y por tanto tendría que impactar los precios de manera positiva, aunque dependerá de cómo se desarrolle el invierno, que amenaza con traer abundantes precipitaciones, lo que suele afectar la siembra de este tipo de hortalizas.

En la segunda posición se encuentra la tortilla, cuya libra ha subido 47.35 por ciento, lo que ha ocasionado que para comprar las 57 libras que se requieren para el consumo mensual un hogar hoy por hoy necesite 1,360.59 córdobas, mientras que el año pasado eran 923.40 córdobas.

Detrás de este incremento en la tortilla está el aumento en el precio del maíz, un producto que a nivel internacional se ha visto afectado por la crisis en Ucrania. No obstante, Nicaragua es casi autosuficiente de este cultivo, pero requiere traer los insumos para producirlo.

Según cifras oficiales, en el ciclo recién finalizado se cosecharon 8.2 millones de quintales, mientras que la demanda interna fue de 8.3 millones de quintales. Es decir el resto se importa.

Para este año se prevé un aumento de 4.4 por ciento en la producción, por lo cual se espera cosechar 8.6 millones de quintales, lo que serán suficiente para cubrir igual demanda interna. A nivel mundial, este precio se ha disparado debido a que los países que solían comprar este grano a Ucrania, ahora están buscando otros proveedores como Estados Unidos, que también le vende a Nicaragua.

En la tercera posición, de los alimentos menos accesibles este año, está el aceite, un producto que se trae principalmente del exterior y que figura entre los más afectados por la invasión de Rusia a Ucrania. En el mundo escasea este producto y en América Latina los precios se han ido por las nubes, especialmente el de girasol.

A nivel mundial el valor de los aceites vegetales ha aumentado 46.5 por ciento en los últimos 12 meses, según el Índice de Precios de los Alimentos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).

El problema es que Ucrania y Rusia exportan el 71 por ciento del aceite de girasol que se consume en el mundo, según la empresa especializada en análisis del mercado global del aceite ISTA Mielke GmbH, con sede en Hamburgo, Alemania, citada por la BBC Mundo en un reciente artículo.

Según el reporte de la BBC Mundo, los precios de los cuatro principales aceites —girasol, palma, colza (canola) y soja— se han triplicado desde 2019, una crisis que se empezó a sentir desde el 2021 cuando las dificultades de logística tenían en aprietos a la industria aceitera mundial. La situación empeoró con la guerra en Europa.

Nicaragua importa especialmente aceite de palma, el año pasado se trajo del exterior 54,034.5 toneladas de este producto por el que se pagó 73.78 millones de dólares, según cifras del Banco Central.

Hasta mayo de este año para comprar los siete litros que establece la canasta básica en Nicaragua un hogar necesitaba 566.79 córdobas, mientras que en mayo del año pasado eran 389.06 córdobas, esto luego que el litro subiera más de un 45 por ciento en el último año.

En la cuarta posición de los 10 alimentos más caros este año figura la cebolla, con un alza de 38.11 por ciento. De hecho este producto es el segundo más costoso dentro de la cesta de los perecederos.

Este año se requerían 319.44 córdobas para poder comprar las ocho libras que se necesitan para cubrir el consumo mensual en el hogar, mientras que el año pasado en igual mes se requerían 231.28 córdobas, lo que muestra la brecha.

Además de los problemas estructurales internos, propios en el campo, un factor que incide en el alza es que Nicaragua no es autosuficiente en este cultivo, por lo que debe importar para cubrir la demanda interna. Es decir, se importa la inflación internacional y se traslada a los precios de los consumidores.

Según el Plan de Producción y Consumo divulgado recientemente por el Gobierno, en el ciclo 2021/2022 Nicaragua logró una producción de 499,430 quintales de cebolla (9.6 por ciento más respecto al ciclo anterior), con un consumo aparente de 812,500 quintales. Es decir, que apenas se produce un poco más del 50 por ciento.

En la quinta posición se encuentra el ayote, cuya libra ha subido 30.55 por ciento en el último año. Para comprar las 32 libras que contempla la canasta básica se necesitan este año 265.28 córdobas, mientras que el año pasado eran 203.20 córdobas. No está clara la razón del incremento de este producto clave en las sopas nicaragüenses, tampoco se conoce el consumo nacional del mismo.

Adiós al pollo con papas…

Sin duda uno de los perecederos claves en la dieta nicaragüense es la papa, que para comprar las 15 libras del mes hasta mayo se necesitaban 314.85 córdobas, muy por encima de los 245.55 córdobas requeridos en mayo del año pasado.

Cabe mencionar que los perecederos están siendo impactados por el incremento en los fertilizantes y agroquímicos a nivel internacional por la guerra en Ucrania, que ha agravado la crisis de logística y disparado el precio del crudo y sus derivados.

Además se debe mencionar que los precios de los insumos agrícolas empeoran porque estos acumulan el efecto negativo que tuvo para la producción la decisión del Gobierno en 2019 de aplicarles impuestos, los únicos en Centroamérica.

Según cifras oficiales, en el ciclo productivo 2021-2021 el país produjo 1.7 millones de quintales de papa, que fueron suficientes para cubrir el consumo de 1.5 millones. Este año se espera que la producción ascienda a 1.8 millones y la demanda 1.7 millones.

Una mal momento para el acompañante del gallo pinto

El queso seco, que suele ser un amigo inseparable de los frijoles y el arroz, está dentro de los 10 productos más caros este año respecto hace un año. Este producto, que incluso llegó a rozar los cien córdobas este año, en mayo se vendía 27.17 por ciento más caro que en igual mes del año pasado.

Tal es el impacto que para comprar las nueve libras necesarias para cubrir el consumo de los cinco miembros de una familia se necesitaban 828.99 córdobas, mientras que el año pasado eran 651.87 córdobas.

Dentro de la cesta se encuentra la chiltoma, que ocupa la posición octava entre los productos que más han subido este año. Hace casi un año comprar las tres libras de este perecedero se necesitaban 90.96 córdobas, pero este año el gasto se ha elevado a 110.19 córdobas.

Nicaragua es autosuficiente en este cultivo. Según cifras oficiales en el reciente ciclo agrícola el país produjo 481,785 quintales de chiltomas, suficiente para cubrir la demanda nacional que fue de 432,287 quintales y hasta se exportaron 1,505.61 quintales.

Para el ciclo 2022/2023, se espera una producción de 501,249 quintales, con un consumo aparente de 450,024 quintales, y una exportación de 1,100 quintales.

Uno de los productos que quizás más resiente a los nicaragüenses es el alza en los frijoles. Para comprar las 34 libras necesarias para cubrir el consumo familiar de un mes, un hogar necesitaba 800.02 córdobas, mientras que el año pasado eran 667.76 córdobas.

La situación empeora porque su principal acompañante, el arroz, también ha subido, aunque no lo suficiente como para entrar en el grupo de los 10 productos que más se han encarecido este año. El arroz reporta un alza del 12.90 por ciento, cuya libra pasó de 14.73 córdobas a 16.63 córdobas.

El alza en los frijoles ocurre pese a que se logró una mayor producción en la cosecha que acaba de terminar. Según el Gobierno “la producción nacional del frijol rojo es 1.5 veces mayor que el consumo de las familias nicaragüenses, lo que permite exportar principalmente hacia Centroamérica”.

Durante el ciclo productivo 2021/22 se registró una producción de 4.7 millones de quintales (2.8 por ciento más respecto al ciclo anterior), con un consumo aparente de 3.0 millones de quintales y exportaciones de 1.7 millones de quintales.

Este decir que pese a que hay más producción, esto no ha sido suficiente para evitar que el grano se mantenga accesible a los hogares, impactado por el encarecimiento del costo de producción en el campo. Para el ciclo 2022/2023, se proyecta una producción de 4.8 millones de quintales, con un consumo aparente de 3.0 millones de quintales y un volumen de exportación de 1.8 millones de quintales.

Junto con los frijoles, que es fuente de proteína, se ha encarecido la carne de res. Para comprar las ocho libras de posta de res el año pasado se necesitaban 826.16 córdobas, pero este año para adquirir esa misma cantidad de carne se requieren 989.36 córdobas.

Un incremento que no está en línea con la sobreproducción de carne de Nicaragua. Solo el año pasado el país produjo 368.9 millones de libras (9.5 por ciento más respecto al año anterior), abasteciendo todo el consumo nacional de 49.8 millones de libras, según cifras oficiales.

Para este año se espera que el país produzca 387.4 millones de libras de carne (5 por ciento más respecto a 2021) y el consumo se eleve a 62 millones de libras, pese al fuerte incremento en los precios que aún persisten en los mercados nacionales, donde la libra incluso supera los 120 córdobas.

Aumentar la producción

Un sociólogo, que prefiere no ser citado por temor a represalias, afirmó que en momentos en que hay un problema inflacionario global es necesario y urgente aumentar la producción. “Si no ampliamos el área de producción de bienes alimentarios vamos en serios problemas próximamente porque el mundo entero tiene problema de abastecimiento de alimentos y nosotros que tenemos una gran cualidad, una gran oportunidad de que tenemos tierras y suficientes manos, debemos de estimular la fuerza de trabajo campesina para que produzca mayor cantidad de áreas”, afirmó.

Admitió que para ello se requieren tres condiciones: financiamiento, quitar la carga impositiva a los insumos agrícolas y legalizar las fincas para que haya confianza para producir.

“Se necesita seguridad en las tierras o en el mejor de los casos que se las alquilen a precios favorables; que tengan créditos; y que los productores tengan acceso a productos con menos impuestos en los insumos agrícolas y pecuarios, porque lo que han hecho es poner impuestos increíbles a los bienes alimentarios y a los insumos para los bienes alimentarios”, lamentó.

El especialista advierte que se debe trabajar rápido para crear las condiciones y aumentar la producción, para evitar que los indicadores de nutrición en Nicaragua se deterioren. El problema es que en momentos de alzas “lo primero que hacen las unidades familiares es disminuir la cantidad de alimentos, y lo segundo que hacen es variar la calidad, y entran en el ciclo de comprar los bienes alimentarios más baratos y esto muchas veces no son nutritivos”.

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