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Imagen referencial. Archivo/LA PRENSA

The Economist Intelligence proyecta más desempleo para este año. ¿Por qué es difícil encontrar trabajo en Nicaragua?

Analistas explican por qué miles de nicaragüenses continúan con empleos informales o desempleados pese a años de crecimiento económico, que pregona el Gobierno.

The Economist Intelligence Unit (EIU) advirtió que el desempleo en Nicaragua aumentará este año y el próximo, y comenzará a descender ligeramente hasta en el 2024, lo que en consecuencia afectaría el consumo de productos y servicios, y aumentaría los niveles de pobreza en el país.

Las estadísticas del Banco Central de Nicaragua (BCN) revelan que en 2021 la tasa de desempleo alcanzó un 3.7 por ciento, lo que supone una reducción si se compara con lo reflejado en el mismo periodo de 2020 (4.8 por ciento). No obstante, EIU proyecta que este año y el próximo esta tasa llegará a 4.7 por ciento.

Posteriormente, este indicador rozará el 4.6 por ciento en 2024 y 2025, y logrará descender a 4.5 por ciento hasta en 2026, de acuerdo con el último informe de la prestigiosa firma británica, que sirve de guía a inversionistas en el mundo.

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Es decir que en este y en los próximos cuatro años, esta tasa seguirá siendo superior a la registrada en 2017 (3.3 por ciento), previo al estallido de la crisis sociopolítica y la pandemia de la covid-19, situaciones que afectaron fuertemente el empleo nacional.

Cabe destacar que, en el último quinquenio, la tasa de desempleo más alta se observó en 2018, cuando se reportó un 5.3 por ciento, según la Encuesta Continua de Hogares (ECH) que publica el Instituto Nicaragüense de Información de Desarrollo (Inide).

Y aunque EIU no menciona los factores que podrían propiciar la tasa de desempleo prevista para este año, sí comparte que existen varios obstáculos para un mayor crecimiento económico en este país, entre los que destacan el conflicto político persistente y un entorno empresarial deficiente, con acceso limitado al financiamiento.

Proyección es creíble

Para los nicaragüenses, el desempleo es el principal problema nacional. Las cifras lo reconocen y la emigración lo confirma. La mayoría de los empleos disponibles está en el sector informal, con malos salarios y pocas o nulas prestaciones.

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Un economista, quien prefirió el anonimato por temor a represalias, indicó que las cifras que presenta EIU podrían ser acertadas, pero considera que posiblemente el porcentaje de desempleados en el país será mucho mayor de lo estimado.

“Cuando nos referimos a desempleo es la gente que no tienen ningún tipo de ingresos, aunque aquí la gente se la rebusca, pero el principal problema del desempleo en Nicaragua realmente es el empleo informal, que es el que ha afectado siempre a la economía nicaragüense”, recordó.

Siguiendo esta línea, agregó que sí es posible que la tasa de desempleo se ubique en un 4.7 por ciento como proyecta EIU o se mantenga en el 3.7 que dice el Gobierno, “los dos rangos están dentro de lo normal, pero en eso se esconde la otra cara de la moneda, y es la gente que anda vendiendo cualquier cosa, rebuscando, es decir, que se encuentran en el empleo informal, eso es lo que hace bajar el nivel de desempleo, es como una ilusión, pero el grueso de la población está sobreviviendo en el subempleo”, explicó.

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Asimismo, recalcó que en Nicaragua el nivel de empleo informal o subempleo es demasiado elevado. “Eso es lo que explica realmente la pobreza, la gente trabaja, pero algunos se mantienen con un dólar al día o menos que eso”, lamentó.

Desempleo + subempleo = pobreza

Las estadísticas del Inide revelan que al cierre de 2021 el 43.7 por ciento de la población ocupada se encontraba en el subempleo, lo que significa una disminución si se compara con lo reflejado en el mismo periodo de 2020 (46.4 por ciento). Sin embargo, sigue siendo mayor a la tasa de 2017 (42.7 por ciento).

Además, la tasa registrada el año pasado es la misma que se reportó en 2009, lo que refleja que Nicaragua está lejos de ganarle la batalla a la informalidad, pues miles de nicaragüenses continúan con empleos y salarios bajos pese a años de crecimiento económico, que pregona el Gobierno.

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El especialista también recordó que las cifras del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) demuestran que a la fecha no se han podido recuperar más de 120 mil empleos formales que fueron destruidos desde el estallido de la crisis sociopolítica de 2018.

“Y creo que la cuenta (de afiliados al INSS) puede seguir bajando, porque hay mucha gente que está migrando, que no tiene trabajo, entonces esa informalidad es la que realmente está afectando a la economía”, sostuvo.

De hecho, el mismo Banco Central lo aceptó en su Informe Anual al mencionar que, aunque el desempleo en Nicaragua se redujo en 2021, en el país todavía persisten altos niveles de subempleo, junto con una baja participación laboral femenina, “siendo estas características estructurales del mercado laboral pendientes de superar”.

¿Qué se necesitaría para reanimar el mercado laboral?

Un economista y consultor externo, quien también solicitó anonimato, explicó que Nicaragua tiene una economía muy débil y generadora de poco empleo de calidad formal. “La elasticidad de empleo en relación al PIB es muy baja”, añadió.

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“El PIB puede crecer en Nicaragua un 4 por ciento en promedio, según lo estimado por el Gobierno, pero no va a pasar de una generación de empleo de más de 85,000 trabajadores formales, es bien bajo. Además, en la cantidad de empleos que se generan a nivel formal, algunos son temporales, por ejemplo, en el sector agrícola, en el café, en este último son personas que solo trabajan los tres o cuatro meses del año”, ejemplificó.

Asimismo, coincidió con el primer especialista consultado en que en Nicaragua la informalidad es la que más aumenta en comparación con el empleo formal.

“Aquí hay un sector privado que no invierte dinero para generar empleos, industrias, etcétera, y si hacen inversiones, estas son muy escasas, son prácticamente de mantenimiento, pero no hay ampliación de sus estructuras productivas, porque el mercado interno de Nicaragua es muy pequeño, entonces no arrastra una producción hacia una demanda creciente”, indicó.

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Mencionó que a los inversionistas extranjeros se les han dado todas las facilidades para invertir en el país, “pero el gran problema sigue siendo que tenemos un mercado interno muy pequeño, el volumen de transacciones a nivel interno, de demanda y oferta es muy pequeño y la capacidad adquisitiva de la gente es muy pequeña, por eso el consumo es muy bajo comparando con otros países”.

“Eso ha sido muy cuestionado para este Gobierno, porque no ha resuelto esos problemas estructurales para que el mercado interno de Nicaragua crezca de manera sostenible, sea moderno y puede generar una mayor cantidad de empleos formales”, enfatizó.

De acuerdo con las estimaciones del especialista, “para que Nicaragua pueda absorber el empleo para la población económicamente activa que se va incorporando por primera vez cada año, esta economía tiene que crecer en un promedio anual de entre el 8.5 y el 10.5 por ciento. Esto para poder generar de manera sostenida, un empleo e incluso revolver en algún grado, el problema del INSS”.

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“Se necesita una tasa bastante alta por la calidad del crecimiento económico de este país. Si el país tuviera un encadenamiento productivo moderno, integral, técnico, no necesitaríamos crecer a un nivel de ese porcentaje, porque la calidad de crecimiento se mide por el empleo generado y por los volúmenes de bienes y servicios que se producen en menos tiempo”, concluyó.

La influyente firma británica mantiene que este año la economía de Nicaragua crecerá un 2.5 por ciento, una proyección inferior a la expansión económica de entre 4 y 5 por ciento prevista por el BCN.

Lo proyectado por EIU también es inferior a lo estimado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que sitúa la expansión en 3.8 por ciento y el Banco Mundial (BM), que prevé un crecimiento del 2.9 por ciento.

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