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CONTENIDO EXCLUSIVO.La comunidad El Cortijo, ubicada a unos seis kilómetros al sur de Rancho Grande, departamento de Matagalpa, es el escenario en el que Pedro Zamora García, de 45 años, presuntamente cometió tres delitos espeluznantes contra una misma familia.
Hace ocho años Zamora violó y embarazó a una niña de 12 años, con quien procreó un hijo más; luego se metió a vivir con la mamá de la menor y en diciembre pasado raptó a la otra hija de la señora, de apenas 12 años. Posteriormente, mató a la madre de ambas niñas y la sepultó en el mismo lugar donde vivían.
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El 17 de febrero de 2022, Maritza Castro Blandón, de 40 años, desapareció como por arte de magia. Pedro Zamora solo dijo a su familia que ella se había ido con otro hombre, pero nadie le creía esa versión.
Cadáver a flor de tierra
Tres días después vieron al hombre cavando en el terreno y dijo que estaba construyendo una nueva letrina, muy cerca de la que tenían en uso. Sin embargo, lo que en realidad hacía era la fosa en la que colocaría el cadáver de Maritza Castro Blandón, su pareja y madre de las dos niñas víctimas de violación.
La casa de madera reseca por el verano, donde vivía el hombre con las dos hijas y la madre, mide aproximadamente cinco metros de frente por cuatro de fondo, con una división de sábana.
La letrina donde fue lanzada la mujer está en una pendiente (guindo abajo), a unos diez metros de la casa y a unos tres metros de la otra letrina. El suelo es barroso y la casa está rodeada de cafetales.
Según explicó Luz Marina Castro, hermana de la víctima de femicidio, el cadáver estaba “a flor de tierra”, pues no tuvieron que escarbar mucho para encontrar el pie de la mujer y con ello se descubrió el misterio de su desaparición.
“Descubrimos (el cuerpo) porque notamos una letrina nueva que él hizo a los tres días de desaparecida mi hermana. Cuando mis hermanos comenzaron a escarbar encontraron algo, como a las tres o cuatro paladas salió el tufo a mortuorio. Yo les dije a mis hermanos ‘sigan escarbando’ y fue cuando encontramos el piecito de ella, fue entonces que llamamos a la Policía”, contó la mujer.
¿Cómo llegó a la familia?
Pedro Zamora llegó al seno de la familia Castro Blandón hace nueve años, relató Luz Marina Castro, quien ahora tiene a su cargo a sus dos sobrinas y a los dos niños que la sobrina mayor tuvo con el hombre de 40 años que la violó.
Hace nueve años los padres de Maritza Castro vendieron su parcela de tierra en la comarca El Cortijo, jurisdicción de Rancho Grande, y se trasladaron a vivir a la comarca El Cacao, siempre en el mismo municipio.
“Resulta que mi sobrina llegó soltera a ese lugar (El Cacao) y ese hombre la enamoró, la hizo su mujer y tuvieron dos hijos”, refiere Luz Marina Castro.
El hijo de 17 años de Maritza Castro habla con timidez. Recuerda que Pedro Zamora se metió a convivir maritalmente con su hermana cuando ella era una niña de 12 años. El adolescente también habla de lo que Pedro Zamora le hizo a su mamá: la mató a golpes y luego la echó en el hoyo que utilizaría como letrina.
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“Mi hermana tenía como un año de vivir con ese hombre (Pedro Zamora) cuando él se metió a vivir con mi mamá”, revela el joven, quien es el único que ha quedado viviendo en el lugar donde ocurrió el crimen.
Igualmente confirmó que el señalado de matar a su madre y esconder su cadáver por más de un mes se llevó raptada en diciembre de 2021 a su hermana menor, pero regresó con ella a El Cortijo cuando su tía Luz Marina amenazó con echarlo preso por el secuestro de la niña.
Intimidada por sujeto
Luz Marina Castro relata que ella se dio cuenta que Pedro Zamora tenía una relación sentimental con su suegra Maritza Castro, porque su sobrina —que procreó dos niños con este— le contó lo que sucedía en la casa que habitaban en la hacienda El Cortijo.
“Cómo te metiste con Pedro, cómo es que este hombre se metió con vos si vos sos su suegra, ese hombre no te respetó”, recuerda Luz Marina Castro haberle preguntado a su hermana sin obtener respuesta de ella.
Para Luz Marina, su hermana Maritza estaba intimidada por Pedro Zamora, porque ella guardaba silencio cuando se le preguntaba por qué estaba conviviendo con su yerno.
Pudo evitarse femicidio
Para Luz Marina Castro, el crimen de su hermana pudo evitarse si la Policía hubiera capturado a Pedro Zamora el pasado mes de enero cuando ella lo denunció porque se llevó a la niña de 12 años.
“Yo le pedí a la Policía de Rancho Grande que me lo echaran preso por lo de la niña, pero ellos me pusieron como condición que primero la llevara a Medicina Legal en Matagalpa”, subrayó la entrevistada.
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Seguidamente la hermana de la mujer señaló que esa situación fue aprovechada por el acusado para regresar a la casa de su hermana, donde convivía con la víctima y abusaba de las dos hijas.
Dos procesos judiciales
Actualmente Pedro Zamora enfrenta dos procesos judiciales en Jinotega y Matagalpa. En el primero por dos delitos, el secuestro y violación en menor de 14 años, esto por haberse llevado a la hija de Maritza Castro a la comarca Posada Redonda.
Luz Marina Castro confirmó que el pasado 7 de abril se hizo audiencia preliminar a Pedro Zamora y al final de la misma, la autoridad judicial le habría dicho que le avisarían cuándo será la próxima audiencia.
Mientras en Matagalpa, Pedro Zamora enfrenta acusación por el femicidio de Maritza Castro y la audiencia inicial está prevista para el próximo 28 de abril a las 10:00 de la mañana.
Pide cadena perpetua
Desde su casa, Luz Marina Castro pide la prisión perpetua para Pedro Zamora, a quien acusa de haber “desgraciado” a la familia de su hermana.
“Para mí que a ese hombre le pongan la cadena perpetua, porque desgració a mi hermana y a sus dos hijas, yo pido no me lo saquen de la cárcel, porque ese hombre fuera (de la prisión) es capaz de hacer cualquier cosa”, asegura la denunciante.
Castro reveló que antes del hallazgo del cadáver de su hermana, la mamá de Pedro Zamora llegó a su casa a pedirle que se lo pusiera libre, pero ella le respondió: “Yo no le tengo preso a su hijo, la ley es la que lo tiene preso”.