14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.
“Es un sistema ungido. Se ha dicho que Dios eligió a los diputados. Está ungido por Dios. Así pasaba en la Europa medieval, donde los reyes pasaban el poder que recibían de Dios a sus hijos, a la reina”. Gioconda Belli. LA PRENSA/Jader Flores.

Gioconda Belli, escritora y poeta nicaragüense exiliada. LA PRENSA/Archivo

Entrevista | Gioconda Belli: “Yo atribuyo el poder que logró acumular Daniel Ortega a su falta de escrúpulos”

La escritora nicaragüense, galardonada a nivel internacional, aclara cómo fue su relación con Ortega y su esposa, vicepresidenta designada Rosario Murillo, en los años ochenta; y plantea posibles acciones para una salida a la crisis sociopolítica que atraviesa Nicaragua

Contenido Exclusivo CONTENIDO EXCLUSIVO.

La escritora nicaragüense y poeta galardonada a nivel internacional, Gioconda Belli, desde su segundo exilio —el primero producto de la persecución desatada por Anastasio Somoza y hoy por Daniel Ortega—, en esta entrevista con LA PRENSA aclara cómo fue su relación con Ortega y su esposa, vicepresidenta designada, Rosario Murillo, en los años ochenta y lo que le ha sorprendido y lo que no de las acciones que ellos han ejecutado.

“Así ha logrado navegar aguas a base de intrigas, de manipulación, de corrupción y prácticas viciadas”, es la frase con la que explica cómo Ortega se ha perpetuado en el poder desde el triunfo de la revolución popular sandinista en 1979. A la vez, brinda su opinión sobre las críticas de “cómplices” que reciben los disidentes del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y explica a qué se debieron las rupturas con el sandinismo.

Lea además: Evan Ellis sobre el efecto en Centroamérica de la invasión rusa en Ucrania: «El impacto principal en la región sería económico»

Belli, de 73 años, es hermana del exministro de Educación, Humberto Belli, quien tiene una orden de detención por parte del régimen orteguista, y por tal razón también vive en el exilio. También la escritora plantea las posibles acciones que se podrían realizar para una salida a la crisis sociopolítica que atraviesa Nicaragua desde abril 2018, pero que se agudizó previo a las polémicas y cuestionadas elecciones presidenciales de noviembre 2021, en la que la pareja resultó reelecta.

Nicaragua está en guerra contra el pensamiento: Gioconda Belli
Gioconda Belli y Sergio Ramírez. Foto de EFE

Belli, junto con Sergio Ramírez, son los dos personajes nicaragüenses que hasta ahora han recibido la invitación del presidente electo de Chile, Gabriel Boric, para que asistan a su toma de posesión que se realizará el próximo 11 de marzo en el Congreso Nacional de ese país. La poeta confirmó a este Diario que asistirá. Las invitaciones no dejan dudas del mensaje de Boric a las relaciones que se esperan con Nicaragua.

Usted formó parte activa del FSLN en los años de clandestinidad contra el régimen de Anastasio Somoza. Fue cercana a Daniel Ortega y a su hermano Humberto, desde su punto de vista, ¿cómo explica que Ortega se haya mantenido en control del FSLN y ahora de todo el país? ¿Es un estratega extraordinario?

Aclaro que yo conocí a Daniel Ortega después del triunfo de la revolución. Con el que trabajé durante un tiempo, mientras estaba en el exilio en Costa Rica, fue con Humberto Ortega y la tendencia Tercerista. Yo renuncié a seguir trabajando con esa tendencia en 1977. Luego de los ataques de octubre pasé a trabajar con la (tendencia) GPP —Guerra Popular Prolongada—. No estaba de acuerdo con actuaciones que me parecían inescrupulosas y descuidadas con las vidas y seguridad de los compañeros combatientes. Tuve varios choques con Humberto Ortega y sus prácticas políticas. Yo atribuyo el poder que logró acumular Daniel Ortega a su falta de escrúpulos. Él no se ha detenido ante nada para recuperar el poder. Es una persona capaz de violentar códigos morales y éticos. Así ha logrado navegar aguas a base de intrigas, de manipulación, de corrupción y prácticas viciadas.

Él —Daniel— se ha cruzado todas las líneas rojas de su supuesta ideología y eso hizo que tomara ventaja de circunstancias que, para otras personas más coherentes políticamente, serían inadmisibles. Es el caso del pacto con —Arnoldo— Alemán, por ejemplo, que fue una traición que, sin embargo, le permitió a Ortega volver al poder. No hay duda de que Ortega tiene viveza política para lograr lo que se propone, pero no lo considero un gran estratega. Su prueba de fuego de 2018 demuestra que no supo tener la visión para corregir los errores que llevaron a la gente a levantarse contra él. Convirtió una protesta legítima en un hecho sangriento y perdió el norte. Ahora, para conservar el poder, parece estar dispuesto a aislarse, a gobernar a punta de represión, a reclamar una importancia que no tiene haciéndose aliado de Rusia y apoyando la invasión de Ucrania. Se dice antimperialista, pero apoya políticas imperialistas.

¿Por qué ningún otro comandante —de los nueve— pudo nunca rivalizar con Daniel Ortega dentro del Frente Sandinista?

Porque los otros comandantes tenían más escrúpulos que él. Creo que no se imaginaron hasta dónde estaba dispuesto a llegar Daniel Ortega.

LA PRENSA
Los nueve comandantes de la revolución sandinista: de pie, Carlos Núñez, Luis Carrión, Bayardo Arce, Jaime Wheelock, Henry Ruiz y Humberto Ortega. En cuclillas: Tomás Borge, Daniel Ortega y Víctor Tirado. LA PRENSA/ CORTESÍA/ IHNCA

¿Qué opinión le merece en la actualidad el que Daniel Ortega tenga como lema que su gobierno es un gobierno revolucionario, partiendo de los ideales del triunfo de la revolución de 1979?

Volvemos a lo mismo. Ortega y Murillo carecen de ética. Maniobran como mejor les conviene, pasando por encima de la cívica, de la moral, de cualquier cosa que los detenga. Usan los ideales de la revolución y se hacen pasar por revolucionarios sin serlo desde hace mucho. Han cometido y siguen cometiendo crímenes y atrocidades que denotan una falta de compasión y de empatía que los asemeja a dictadores nefastos y crueles como —Iósif (Joseph)— Stalin.

Lo que está pasando con los presos políticos en Nicaragua no puede calificarse más que como prácticas de campo de concentración o de las cárceles más terribles donde se les niega a las personas su dignidad y se les trata de destruir física y moralmente. La muerte de Hugo Torres es la prueba más contundente de la perversión política de este régimen.

Usted, durante los años ochenta se mantuvo dentro del Frente Sandinista, desde su actividad cultural, ¿conoció a Rosario Murillo?, ¿cuál es su percepción sobre ella cuando manejaba la Asociación Sandinista de Trabajadores de la Cultura (ASTC)?

Creo que el fenómeno de esta etapa de Nicaragua no se puede comprender sin Rosario Murillo. Ella le ha proporcionado a Ortega una mano derecha que no se detiene ante consideraciones humanistas o éticas para administrar la furia y la venganza que lleva en su corazón. Su orgullo se vio tan afectado con la rebelión de 2018 —que, en gran parte, fue su culpa por no saber medir la reacción popular ante la represión que desató con el “vamos con todo”—, ver cuestionado su proyecto de poder total, que ella consideraba estaban conduciendo tan bien, la ha dejado descolocada y desenfrenada.

Quiere volver a antes del 2018, pero no puede ni podrá. Ella, lo sé por haberla conocido, tiene las dotes de organización que le faltan a Ortega. Lo tiene atrapado en una telaraña porque él sabe intrigar, pero no sabe gobernar, y ella se le ha vuelto imprescindible y la deja hacer lo que ella quiere, con tal de que lo mantenga en el poder. Se juntaron el hambre con las ganas de comer. Nos está gobernando una pareja que no mide las consecuencias de sus acciones para el país.  

rtyhfgh
Belli, a la derecha en la fotografía, a finales de los años ochenta en el Parque Rubén Darío en Managua, a su lado su prima Patricia Belli, artista plástica. Tomada de Internet

Ha cambiado su percepción sobre Murillo, ¿cuál es su opinión acerca de su estilo como vicepresidenta de Nicaragua?

Los escritores tuvimos muchos problemas en la ASTC con Murillo y vivimos en carne propia su capacidad de manipular la realidad para convertir, a quienes no la secundábamos, en enemigos y hacer cualquier cosa para sacarnos del juego y desprestigiarnos.

Le puede interesar: Gioconda Belli: “El Frente Sandinista ya no existe”

¿Qué opina de la crítica de “cómplices” que reciben los disidentes del Frente Sandinista, entre ellos los fundadores y miembros del MRS, hoy Unión Democrática Renovadora (Unamos)?

Nosotros, los que vivimos la lucha contra —Anastasio— Somoza, creímos en un proyecto revolucionario y dedicamos nuestra juventud a luchar contra la dictadura. Pero veníamos de una dictadura y éramos hijos de un sistema viciado. No teníamos un espíritu democrático. Es la verdad. Se aspiraba a terminar con la pobreza dentro de un esquema dogmático de izquierda donde el poder debía ser “popular” y donde se consideraba que quien se oponía estaba en contra del pueblo. Por eso hay similitudes entre lo que pasa ahora y lo que pasó entonces. Y sí creo que hubo rasgos dictatoriales en la revolución de los 80, pero estando dentro, nosotros no lo veíamos así. Pensábamos que se atacaba a la revolución porque el proceso de redistribuir la riqueza del país afectaba a las clases dominantes.

Por otro lado, cuando triunfa la revolución no cambia el carácter militarista del FSLN. La disciplina, la obediencia había sido crucial para mantener un ejército guerrillero, pero fue fatal para lograr un país abierto, inclusivo y democrático. Eso podría haber quizás cambiado porque había bastante discusión y crítica dentro del FSLN, pero encontrarnos en una guerra otra vez, a solo un año del triunfo, contra una potencia como Estados Unidos, que propició la guerra civil, solamente sirvió para que los autoritarismos se consolidaran dentro del sandinismo. La guerra fue un factor que justificó esa política donde el poder y las decisiones se concentraron en pocas manos. La fe en una causa puede cegar a las personas y la base no tenía mayor poder de decisión porque carecía de información y confiaba que los dirigentes sabían lo que estaban haciendo. Entonces se pensó que cuando terminara la guerra, cuando se ganaran elecciones en los 90, habría chance para cambiar. Hubo muchos que no estábamos de acuerdo con el modo de la Dirección Nacional.

Lea más en: Gabriel Boric invita a su toma de posesión a la poeta nicaragüense Gioconda Belli

Después de la derrota electoral vimos que podía servir para cambiar desde dentro, planteamos que el sandinismo debía convertirse en una oposición constructiva, hacer examen de conciencia de los errores y jugar un papel positivo, pero nada de eso pasó porque Ortega usó su autoridad para descalificarnos a quienes queríamos un sandinismo democrático y diferente. Nos opusimos a Ortega, nos fuimos finalmente. En los años de la guerra era difícil dejar el sandinismo, habíamos visto morir a tantos por aquella utopía. El sandinismo era nuestra identidad, nuestra familia. Creíamos que podía cambiar.

Gioconda Belli. LA PRENSA

Ver cómo se desplomaban los ideales y se perdía lo que tanto había costado, fue muy duro. A los del MRS, o los que hemos estado luchando contra Ortega desde los 90 nada nos une ya con aquel sandinismo que se convirtió en este horrible adefesio que vivimos ahora.

Ahora viviendo otra vez el exilio, ¿usted cómo define la actitud de la izquierda en todo el mundo ante la situación que vive Nicaragua gobernada por Daniel Ortega?

La izquierda no es una. Hay muchas izquierdas ahora. Hay mucha gente de izquierda que ve claro que la izquierda que dice representar Daniel Ortega perdió la razón de ser y se convirtió en un sistema opresivo que gobierna gracias al control y la represión a sus ciudadanos. Hay una izquierda radical que cree en principios leninistas que, desde la caída del Bloque Socialista y de la URSS —Unión Soviética—, demostraron que habían fracasado puesto que sus pueblos vivían sin libertad y más pobres y sacrificados. Yo pienso que las ideas de izquierda de justicia social siguen siendo válidas, pero si se tienen que imponer por la fuerza y a costa de la libertad, acabarán siendo rechazadas por los mismos pueblos, como ya sucedió.

¿Qué significó para usted la muerte del comandante Uno, general en brigada en retiro, Hugo Torres siendo un preso político de Ortega?

Todo lo que ha pasado con los presos del Chipote y los reos políticos en las otras cárceles es criminal. La muerte de Hugo lo demostró.

¿Usted alguna vez temió ser arrestada? 

En este país cualquiera que diga lo que piensa es sujeto de arresto y yo llevo muchos años diciendo lo que pienso. Dejar uno su país es una decisión muy difícil que jamás pensé iba a necesitar tomar después de Somoza, pero estos últimos años nos han enseñado de nuevo el lado oscuro de otra dictadura inclemente.

Si a usted le correspondiera asesorar para proponer salidas a la crisis de Nicaragua, ¿cuáles serían?

Desafiar el miedo y volver a salir a las calles. Ocuparlas hasta que el régimen no pueda seguir gobernando. La única salida que yo veo es que termine el gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Pero la gente no saldrá mientras no vea una alternativa que merezca el riesgo de perder la vida. Eso requiere que haya unidad, capacidad de dirigencia, gente confiable con un proyecto claro de país que nos incluya a todos y que no nos lleve de vuelta al punto de partida. Los nicaragüenses debemos ser capaces de aceptar la imperfección de cada uno y juntarnos por un objetivo común.

Puede interesarte

COMENTARIOS

  1. Hace 2 años

    Como es posible que esta mujer hable de escrupulos, si ella no los tuvo cuando fue complice de los crimenes de los sandinistas en los anos ochenta…..participo en las grandes pinatas y robos al pueblo, y ahora viene igual que el asesino de Sergio Ramirez, a darselas de azjul y blanco….todos ustedes les llegara el dia que tengan que enfrentar a la justicia del pueblo Nicaraguense…a los SANDINISTAS, OMS O UNAMOS…NI OLVIDO NI PERDON

  2. Hace 2 años

    Prueba LP

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí