CONTENIDO EXCLUSIVO.
CONTENIDO EXCLUSIVO.Pirro
Es bastamente probable que las fuerzas rusas que invaden Ucrania logren tomar relativo control de país en cosa de días, sino es que de horas. Ojalá me equivoque. Sin embargo, pese a “ganar”, Vladímir Putin habrá perdido. No es la primera vez que sucede esto en la historia militar del mundo. Hace 2,300 años hubo un impetuoso general griego que fracasó en su deseo de “superar a Alejandro Magno” porque, a pesar de la fuerza que lo acompañaba, las cosas no siempre le salieron como él quería. En Pirro de Epiro se origina el uso de la frase “victoria pírrica” para consignar una victoria conseguida con grandes pérdidas. Cuando se pierde ganando.
Putin
Vladímir Putin es el Pirro de Epiro de la actualidad. La derrota de Putin, aun cuando tome Kiev, está determinada, uno, y principalmente, por la heroica resistencia ucraniana; dos, por el rechazo casi unánime y mundial que ha tenido su aventura de invasión, y tres, porque el ejército ruso resultó menos poderoso de a como se vendía en la propaganda a la víspera y el propio Putin terminó pintado como un Rambo de pacotilla.
Palos
Nadie esperaba, y Putin mucho menos, esa vocación de paz en el planeta que ha llevado a millones a ver en la invasión a Ucrania una declaración de guerra contra el mundo. Hemos visto una respuesta planetaria que va desde pequeñas acciones de ciudadanos, como colocar una bandera de Ucrania en sus casas o dejar de comprar o vender vodka ruso, hasta poderosas sanciones económicas sincronizadas de muchos estados. Se le ha caído a palo con lo que se tenga en manos.
Argos
En una de tantas, Pirro atacó la ciudad de Argos, en el Peloponeso, al frente de un gran ejército. Lo que parecía una victoria fácil se le volvió un infierno. Los habitantes de la ciudad se rebelaron contra la fuerza invasora y los atacaron con lo que pudieron. Le cayeron a palos. Una mujer agarró un tiesto de barro y se lo lanzó, al estilo Andrés Castro, al invasor más cercano que tenía y lo dejó malherido. Era Pirro. Ya en el suelo, otro soldado lo remató. Y así fue el desgraciado final de Pirro que se propuso superar en gloria a Alejandro Magno. Su ejército tomó la ciudad. Ganó Pirro. Perdió Pirro.
Respuestas
Dos cosas me han llamado la atención de la respuesta planetaria a Putin. Una, es que en vez de la tradicional “vista gorda” con que se solían tomar estas acciones para evitarse problemas, los países y organizaciones (hasta deportivas) están dispuestos ahora a pagar las consecuencias de las sanciones que le impongan al bravucón. Esta vez no se han quedado indiferentes en nombre de las ganancias, la estabilidad económica o el bienestar propio. Se ha llegado al convencimiento que es mejor sufrir los estragos ahora que dejar que se salga con la suya y la cosa se ponga peor. Y dos, que las sanciones pueden llegar a ser devastadoras, y no se deben menospreciar.
Lección y advertencia
Lo anterior deja advertencias y lecciones a Nicaragua. La lección: el mundo respondió como debieron haber respondido los empresarios y otros políticos a Daniel Ortega cuando empezó a bravuconear, en vez de dejarlo salirse con la suya en nombre de la economía nacional, la estabilidad social y las ganancias propias. La advertencia: si el mundo tiene un arsenal de respuestas no militares que pueden convertir en paria un gobierno como el ruso, imagínense cómo le podría ir a Ortega.
Putiniana
Obviamente, nada está escrito aún. Hasta ahora lo seguro es que Putin están consiguiendo un gran desprestigio y represalias económicas a costa de grandes pérdidas materiales y humanas. Si logra quedarse con Ucrania, será una victoria pírrica, o putiniana para serle fiel a su nombre; si empata, digamos que en las conversaciones dejan todo como estaba antes, regresará Putin con el rabo entre las piernas y el descrédito a sus espaldas, y si pierde, habrá desaparecido la Rusia tal cual la conocemos hoy y con ella, todos aquellos que, en tanto la respaldaron con palabras y hechos, son cómplices de este crimen. En todos los escenarios pierde Putin.