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Mujeres sobrevivientes de todos los días

Casi siempre se comentan los casos escandalosos de la violencia contra la mujer, como de artistas o situaciones de mujeres anónimas que causan furor y son mediáticos, como el de Lorena Bobbitt y casi nunca de mujeres desconocidas que ‘’duermen con el enemigo’’.

Los movimientos feministas siempre han sido respiraderos por nuestros derechos humanos y de ser tratadas como humanas. Venimos del batallar de la filósofa Simone de Beauvoir (‘’no se nace mujer, se hace’’) y de tantas anónimas que se atreven a denunciar cuando se les daba algunas garantías y orientaciones. Pero, hoy con más aparatos de comunicación, sigue el miedo al predador y fallan las instituciones, servicios de apoyo, la educación machista y el sistema patriarcal goza de buena salud y la falta de confianza en esos servicios ineficietes.

En esta época de cambios y desarrollo tecnológico, se carecen de sistemas preventivos, promoción continua, formación para cambiar sistemas de creencias y actitudes machistas y misóginas de las familias y desarrollar atenciones multidisciplinarias de emergencia.

Las mujeres somos percibidas, como un cero a la izquierda y la sociedad de consumo manipula y la vende como objeto sexual y muchas creen en la fuerza de representación de un padrote para su descendencia (macho alfa). Las que reclaman sus derechos de autonomía corporal y empoderamiento son tachadas de locas o neuróticas, y que necesitan de un hombre que las satisfaga en la cama.

Con la pandemia los casos de feminicidio y maltrato intrafamiliar son más visibles, los conflictos diversos arrastrados por décadas como el desempleo, violencia, depresión, cambio climático, guerras, el sistema capitalista neoliberal han disociado el alma, mente, cuerpo, conducta del ser humano y en esta escala de conductas perversas, las niñas y mujeres son usadas, porque se las percibe de inferiores o débiles, con una incapacidad por ser mujer.

Un informe de la ONU Mujeres, basado en datos de 13 países desde la pandemia, recoge que dos de cada tres mujeres padecieron violencia o conocen mujeres que la sufren y agregan, que solo una de cada diez recurre a la policía; concluyen, que estas mujeres tienen más probabilidades de enfrentarse a situaciones de pobreza y escasez de alimentos.

En el documental ‘’ I was Lorena Bobbitt’’ se narra la vida de una pareja de matrimonio, Lorena Leonor Gallo(18), conoce en Virginia de E.E.U.U. a un ex marine Jhonn Whayne Bobitt(22) en 1988, con quien se casa al año siguiente. Ella es una mujer pequeña, de piel oscura, inmigrante de origen ecuatoriano y criada en Venezuela, va a cumplir ’’ sueño americano’’ o mejor decimos la pesadilla de cuatro años, que aguantó vejaciones, torturas, violaciones por todos los orificios, aborto, aislamiento, temor, culpas, amenazas, acoso, chantaje emocional, subestima, mantener a un grandulón de ojos azules, hasta que, un 23 de junio de 1993, le corta el ‘’penis’’ y revoluciona el mundo con la’’castración mediática’’, cumpliéndose la pesadilla, temor del hombre ; (ampliamente desarrollado por el psicoanalista Sigmund Freud, que sustenta, ante la envidia del pene por la mujer, ella desea a través de su primogénito solventar esa carencia) Lorena ejecuta esa castración con el cuchillo de la cocina , en estado de shock de stress traumático, huye en estado de sopor con el miembro…

La importancia del documental radica en que la protagonista narra ese proceso en que se convirtió en una esclava que salía a trabajar de peluquera y regresaba a rendir el parte del día y alimentar a su cazador, escalofriantes escenas de violación. Ella describe con un lenguaje sencillo y tranquila a esa Lorena virgen, jovencita, casada y defensora del matrimonio y muy católica, con una madre, que nunca la orienta al divorcio, si no que tranquilice el mal carácter del esposo. Hoy, a la edad de cincuenta años, nos explica a 28 años de su liberación, los pormenores de esa personalidad abusiva, machista del marido; pero lo que, mas nos llama la atención es cuando señala que el momento más peligroso es cuando abandona la casa, y decide el divorcio. Es verdad ese descubrimiento del momento que señala, en la clínica es el de mayor peligro, de feminicidio, porque el predador no quiere perder su presa, su caza segura…

Este momento en clínica debería ir acompañado por intervenciones psicosociales, de estabilidad y seguridad a la mujer y si tienen hijos a la familia, porque es cierta la amenaza, porque hunter, moverá cielos y montañas para someterla… se reinicia el circulo viciosos hasta la eternidad de ‘’matrimonios perfectos’’ . Desde las ciencias sociales y en especial la antropología nos dan señas, que es un problema estructural, la relación del hombre y mujer, desde el conocer la cacería grupal o élla cuidaba el fuego en la casa?

La participación del ´´sexo débil’’ es evidente en la construcción cultural y biológica de las culturas, ya sean como diosas, guerreras, reinas y que el matriarcado sucumbió en las luchas ante el poder patriarcal, al arrebar los hijos, como botín y poder nombrarlos…

Las mujeres sobrevivientes se están atreviendo a contar sus historias y ayudan con sus experiencias en la creación de fundaciones, como Lorena-S red Wago que incentiva a levantar la voz y denunciar al predador.

Recordemos que venimos de tatarabuelas, que aguantaron las palizas por mantener a sus hijos e hijas en familia y las abuelas, nuestras madres nunca se atreven a contar los casos de abuso a sus hijas y ni el por qué sutanita o menganita se suicidaron jovencitas….aprendieron a callar, tapar a sus predadores y aún pretenden continuar con ese legado de violaciones en nombre de salvar la ‘’familia unida’’, porque creen que el matrimonio fracasa por culpa de la mujer.
La vergüenza, la falta de apoyo, desconfianza en las instituciones, carencia de empleo y miedo, continúan esclavizando a la mayoría y cuando se dan cuenta que no son las únicas, que sus amigas, maestras, sus hermanas han sido sometidas, se les posibilita otras formas de vidas y huidas.

La mejor forma es la denuncia, y estar consciente que no eres la única sometida y violada y si eres la única, que corta el sometimiento, al hablar o contar. Comprendamos, que el amor nada tiene que ver con el poder, son relaciones de crecimiento mutuo, apoyo en igualdad de condiciones y reconocer las diferencias individuales, es descubrir ‘’lo bueno, lo malo’’ de la vida tomados de la mano por el tiempo que nos permitamos.

La autora es promotora cultural.

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