El canciller de Nicaragua, Denis Moncada, afirmó que su país no se dejará “intimidar” con las sanciones que la comunidad internacional amenaza con imponer tras las elecciones de este domingo, en las que el presidente Daniel Ortega se encamina al cuarto mandato consecutivo, con la oposición presa y exiliada.
“Los nicaragüenses somos patriotas y no vamos a intimidarnos con sus amenazas, con sus sanciones, con sus amenazas de desconocimiento de las elecciones”, dijo Moncada, tras depositar su voto en una mesa electoral en Managua.
“No es ningún imperio, no es ninguna potencia quien va a amenazarnos e intimidarnos, no conocemos, los nicaragüenses en general y los sandinistas en particular, de amenazas e intimidaciones”, subrayó, tras calificar la jornada como “una fiesta electoral”.
“Estamos realizando” esta elección “en el marco de la Constitución, de las leyes electorales del país (..) no de la institucionalidad extranjera de países que quieren imponernos su voluntad a los nicaragüenses”, reclamó.
Más de 4.4 millones de nicaragüenses fueron convocados a votar este domingo, en una elección que de forma predecible dará otros cinco años de gobierno a Ortega, a la cabeza del gobernante Frente Sandinista (FSLN, de izquierda), sin competencia de peso.
La oposición fue eliminada de la contienda electoral, luego que el tribunal electoral anulara a los tres partidos políticos que ofrecieron sus banderas para representarla, y la Fiscalía encarcelara a siete aspirantes a la Presidencia.
Ortega, quien el jueves cumplirá 76 años, enfrenta en estos comicios a cinco candidatos de partidos derechistas, desconocidos por la población y señalados de colaboradores del Gobierno.
El exguerrillero, quien en 2007 llegó al poder por las urnas, es acompañado en la Vicepresidencia, por segunda vez, por su esposa y portavoz oficial, Rosario Murillo, de 70 años.
La comunidad internacional, principalmente, Estados Unidos y la Unión Europea, han cuestionado la represión contra opositores previo a los comicios y adelantaron que no reconocerán los resultados porque carecen de credibilidad y legitimidad.
El mandatario dice que los opositores presos son “criminales” que conspiraban para dar un golpe de Estado, patrocinados por Estados Unidos.