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Rigoberto Antonio Martínez Ramírez, de 30 años, no la pensó dos veces antes de desafiar las furiosas aguas del mar y salvar a dos niños y su madre, la tarde del domingo 26 de septiembre de 2021.
Martínez hizo suya la frase de San Antonio de Padua: ser un buen cristiano e iluminar a los demás con acciones y “la luz del buen ejemplo”.
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El joven falleció luego de salvar a las tres personas que se ahogaban en las aguas de la Peña del Tigre, sitio ubicado entre los balnearios de Las Peñitas y Poneloya, en León.
Las otras veces
Semanas antes de perecer ahogado, Rigoberto Martínez Ramírez no reparó en el riesgo de contagiarse del virus y en su camioneta trasladó a un centro hospitalario a su vecina del barrio Jorge Dimitrov afectada por la covid-19.
Seis meses atrás durante un paseo familiar al mar, Rigo, a como le llamaban, salvó de la muerte a sus dos menores hijos (niña y niño) y a una sobrinita, recuerda su atribulado padre Rigoberto Martínez Espinoza, de 57 años.
Es decir que Rigoberto Martínez Ramírez antes de marcharse de este mundo salvó de morir ahogados a cinco niños y una mujer en diferentes fechas, según el relato de sus familiares.
La disposición de Rigoberto Martínez Ramírez de ayudar a quien estaba en peligro de muerte también fue determinante para salvar de la fatalidad a la vecina contagiada por covid-19, a quien llevó de manera oportuna al hospital.
No dudó un momento
Citando el testimonio de amigos que presenciaron la tragedia acontecida hace poco más de un mes, Rigoberto Martínez Espinoza relata que su hijo del mismo nombre no sabía nadar a la perfección, pero al escuchar los gritos desesperados de la mujer que se ahogaba con sus dos niños no dudó en auxiliarlos.
“Dicen los testigos que cuando mi hijo escuchó los gritos de la mujer pidiendo ayuda, porque ella y sus hijos eran arrastrados por las olas del mar, tiró las llaves de la camioneta y su teléfono celular y corrió a rescatarlos”, refiere su padre.
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Rigoberto Martínez Ramírez primero rescató a la niña y a su mamá, pero sacar al niño le costó un poco más, quedando con pocas fuerzas por poder salir él del mar, cuyas olas lo ahogaron, cuenta Martínez Espinoza.
Un video que circuló por medios leoneses captó el momento de la muerte de Martínez. El video de 4 minutos y 22 segundos es dramático. Una pobladora desde el mirador grabó el momento heroico de Rigo y cómo él lucha contra el mar para salvar a los bañistas. Del momento de alegría se pasa a la desesperación cuando se observa que el joven es arrastrado por el mar. “¡Ayúdenlo!”, grita desde el mirador la testigo, para ya casi al final del video decir incrédula: “Se ahogó” y solo ver las olas y no localizar el cuerpo de Martínez.
Ingratitud y poca ayuda
Un mes después del acto de heroísmo de Rigoberto Martínez Ramírez, su familia en Nicaragua y Estados Unidos resiente que la mujer a quien salvó de la muerte junto con sus dos menores hijos ni siquiera se dignó en dar las gracias.
“Él dio su vida por salvar a tres personas, esa persona (madre) no dio las gracias, ni siquiera dijo ‘bendito sea Dios que hubo alguien que salvó mi vida y la de mis hijos’”, reprocha María Auxiliadora Ramírez, madre de Martínez.
Por su parte, Rigoberto Martínez Espinoza señala que los amigos a los que su hijo les hizo el viaje al mar ese fatídico domingo hicieron muy poco para impedir que el muchacho muriera ahogado.
“Le dieron ayuda, pero no fue la necesaria o efectiva, porque no lo hicieron con el empeño suficiente”, asegura el padre de Rigoberto Martínez Espinoza, quien al igual que los otros miembros de su familia lucha por superar el dolor causado por la tragedia.
Padre incrédulo
Pasadas las 4:00 de la tarde del domingo 26 de septiembre de 2021, Rigoberto Martínez Espinoza recibió una llamada telefónica de parte del amigo a quien su hijo le andaba haciendo el viaje en el mar con la infausta noticia.
“Rigoberto, se nos murió el negro. ¿Cuál negro?”, respondió el hombre de 57 años, recibiendo como respuesta “tu hijo”, relata el atribulado padre.
En medio de la incredulidad, Rigoberto Martínez Espinoza emprendió el viaje hacia León, donde llegó pasadas las 6:00 de la tarde encontrando sobre la playa el cuerpo sin vida de su hijo, cubierto con una sábana blanca que una mano piadosa le puso.
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Una vez confirmada la muerte de su descendiente, Rigoberto Martínez Espinoza debió buscar las palabras adecuadas para avisarle de la tragedia vía telefónica a María Auxiliadora Ramírez, madre de su hijo, quien radica en Estados Unidos.
Cuando la madre de Rigo recibió la llamada de parte de Martínez Espinoza y este le dijo que le tenía una mala noticia ella creyó que había fallecido la vecina contagiada de covid-19.
“Cuando el papá de mi hijo me dice que me tiene una mala noticia, yo pensé que nuestra vecina en el barrio (Jorge Dimitrov) había muerto, pero cuando me dijo que era mi hijo sentí un dolor muy grande”, relata vía telefónica María Auxiliadora Ramírez, quien cada vez que recuerda ese momento rompe en llanto.
En entrevista con LA PRENSA los padres de Rigoberto Martínez Ramírez aclaran que el día de la fatalidad su hijo no estaba tomado de licor, como erróneamente se afirmó en una canal de televisión oficialista.
El último recuerdo
María Auxiliadora Ramírez, quien extraña las llamadas telefónicas que cada día le hacía su hijo preguntándole por ella y sus hermanas, cuenta que ese día su hijo se comunicó con ella por la mañana diciéndole que haría un viaje a unos amigos en León.
“Como ese día mi mamá estaba de cumpleaños le pedí que la fuera a saludar a su casa en León y él lo hizo; fue donde mi mamá, almorzó con ella y se tomó fotos con su abuelita y otros miembros de la familia”, relata la apesarada madre.
A Rigoberto Martínez Ramírez, quien se dedicaba a elaborar piñatas junto con su esposa, le sobreviven sus padres, sus dos menores hijos y seis hermanos. El joven era nieto del reconocido entrenador de boxeo, Guillermo “Polvorita” Martínez.