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En las jornadas de vacunación de Honduras no se perciben las largas filas ni las aglomeraciones. Foto: Tomada de la Secretaría de Salud de Honduras con fines ilustrativos.

La travesía de jóvenes nicas con la misión de vacunarse contra la covid-19 en países vecinos

Nicaragüenses ven como opción los países centroamericanos para poder inmunizarse contra el virus ante la falta de biológicos en el país

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“Mónica” es una joven nicaragüense de 25 años que viajó aproximadamente 10 horas desde Managua hasta Honduras para poder recibir la primera dosis de la vacuna contra la covid-19. En su viaje se sumaron tres miembros más de su familia, todos menores de 30 años, quienes anhelaban la oportunidad de poder inmunizarse contra el virus.

La familia de Mónica no es la única que ha elegido viajar a otro país para vacunarse porque en Nicaragua las autoridades del Ministerio de Salud (Minsa) tienen pendiente ampliar la jornada para los menores de 30 años. La institución pública ha manifestado que dependiendo de la disponibilidad de biológicos se valorará ampliar la vacunación para este grupo de la población. Esto, más el rezago en el proceso de vacunación a la población de 30 a más —a siete meses de iniciada la jornada—, ha motivado a que familias enteras busquen otras opciones en los países vecinos como Honduras, El Salvador o Costa Rica, sin que estos sean necesariamente destinos para “turismo de vacuna”, como Panamá e incluso Estados Unidos.

«Lo que nos motivó a salir del país fue que lastimosamente aquí (las autoridades) no han sido muy claros con lo que va a pasar con las personas menores de 30 años y honestamente las opciones (de vacunas) que tendremos en el país no son muy confiables y pues vimos la oportunidad de ir (a Honduras) y así estar la mayoría de nuestra familia vacunada», relató a LA PRENSA la joven nicaragüense.

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Actualmente Nicaragua desarrolla la jornada de inmunización en grupos de 30 años a más, mujeres embarazadas, puérperas y madres lactantes, y en los próximos días se espera que inicie el proceso en niños y adolescentes entre 2 y 17 años de edad, quienes serán inoculados con los biológicos cubanos Abdala y Soberana, los cuales aún no han sido aprobados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El pasado viernes arribó al país un lote de 192 mil dosis de Sputnik Light, la vacuna rusa anticovid de una sola dosis, a través de un proceso de compra a ese país, sin que se especificara para qué segmento de población estaría dirigido este suero.

Emprender viaje en busca del suero

El pasado 7 de octubre la Asamblea Nacional de Honduras aprobó que los nicaragüenses que aún no han recibido la vacuna y se trasladen a ese país para realizar labores en las plantaciones de café serán inoculados por las autoridades sanitarias. La medida fue aplaudida tanto por el sector cafetalero que requiere la mano de obra nica, como de los nacionales que ven una oportunidad laboral y de salud en el país vecino. Sin embargo, antes de eso muchos compatriotas ya cruzaban las fronteras del norte en busca del inmunizante contra la covid-19.

Con esto en mente, el 11 de octubre a las 2:00 de la mañana, Mónica y su familia se enrumbaron hacia Honduras en un vehículo privado. Salieron por el puesto fronterizo de Las Manos, ubicado en Ocotal, Nueva Segovia y después de completar todo el proceso migratorio, ingresaron a Honduras a eso de mediodía. «Lo más tardado es el trámite en las fronteras”, dice.

Comenta que una vez estando en la frontera de Honduras debieron cumplir ciertos requisitos para entrar, además de mostrar su cédula, presentar el prechequeo migratorio —que debe hacerse en línea en el sitio de Migración de Honduras con siete días de antelación—, realizarse la prueba de covid en un laboratorio habilitado en el mismo lugar (40 dólares y solo tarda 15 minutos para entregar los resultados) y completar algunos datos de información general.

Una vez completado todo el proceso, Mónica y sus tres familiares se dirigieron a un puesto de vacunación ubicado en Tegucigalpa, capital de Honduras, y después de unos minutos llegó el momento que tanto ansiaron y por el que tanto recorrieron: tras mediodía del mismo 11 de octubre recibieron su primera dosis de la vacuna Pfizer.

La familia nicaragüense visitó un puesto de vacunación habilitado en un colegio de Tegucigalpa, Honduras. LA PRENSA/Cortesía

Cabe destacar que Honduras ha insistido en que no es un país de turismo de vacunas, pero hasta ahora no existe una comunicación oficial por parte del gobierno hondureño prohibiendo que aquellas personas que viajan como turistas o hacen un paso transitorio por ese país puedan tener acceso a las vacunas anticovid. Habitantes de la zona fronteriza de Las Segovias, en Nicaragua, confirmaron a este Diario que han visitado los centros de vacunación de ese país y se les ha aplicado la vacuna sin importar su nacionalidad o estatus migratorio.

Viajar de nuevo para la segunda dosis

El objetivo de Mónica y su familia de llegar a Honduras era únicamente acceder a la primera dosis de la vacuna anticovid. El mismo 11 de octubre la joven de 25 años retornó a Nicaragua a eso de las 2:00 de la tarde y a las 11:00 de la noche ya se había reunido con el resto de su núcleo familiar, consciente de que en menos de un mes tiene que volver a viajar para completar su esquema de imnunización.

«Durante este viaje en promedio gastamos entre 80 y 100 dólares cada uno, incluyendo todo. Para la segunda dosis ellos te indican cuándo tenés que llegar, en nuestro caso nos toca el 7 de noviembre, no podemos llegar ni antes ni después, por eso desde ya nos estamos preparando para recibir la segunda dosis, tendremos que viajar, pero ya tenemos la práctica, sabemos cómo funciona y creemos que será más fácil esta vez», sostuvo la ciudadana.

Tarjeta de vacunación de Honduras donde detalla que la próxima cita está programada para la primera semana de noviembre. LA PRENSA/Cortesía

Esta decisión —de tener que volver a viajar— se debe a que las autoridades del Minsa anunciaron recientemente que las personas que reciban en otro país cualquiera de las vacunas disponibles en Nicaragua no podrán completar el esquema de vacunación (segunda dosis) debido a que la institución se rige por el «sistema de registro» nacional, el cual tiene por objetivo llevar un control de la vacunación de los ciudadanos, así como los efectos que pueda producir un lote de las vacunas disponibles.

Guatemala, otra opción

Josseling Rodríguez es otra joven nicaragüense que viajó a Guatemala en julio de este año para visitar a su mamá. Su único plan era disfrutar como turista de la compañía de su madre y conocer un poco la cultura de ese país, pero a solo 12 días de su estadía, logró ser vacunada contra la covid-19. Josseling tiene apenas 23 años de edad.

La joven cuenta que no tenía la mínima intención de vacunarse en ese viaje. Además en ese momento para ella la vacunación anticovid en los demás países era como en Nicaragua: dirigido a cierto grupo prioritario y con enfermedades crónicas. «Yo ni pensaba vacunarme, la verdad que ni sabía que estaban vacunando a las personas de mi edad en este país (Guatemala)», relata.

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La nicaragüense arribó a la nación centroamericana el pasado 26 de julio, pero fue hasta el 6 de agosto que por medio de amistades de su mamá supo que estaban vacunando a personas mayores de 18 años. Por no ser guatemalteca no estaba segura si iba a poder acceder al fármaco.

Sin embargo, a pesar del poco tiempo de estadía en ese país, Josseling comenta que las autoridades sanitarias no le pusieron ninguna traba para poder acceder a la vacuna. Refiere que en ningún momento fue sometida a cuestionamientos por su nacionalidad o estatus migratorio; le administraron el suero sin problema.

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Josseling recibió las dos dosis de la vacuna Modena en Guatemala. LA PRENSA/Cortesía

A las 11:00 de la mañana del 6 de agosto, Josseling y su mamá salieron contentas del centro de salud con su primera dosis de vacuna Moderna, uno de los biológicos anticovid disponibles en Guatemala. El pasado 3 de septiembre Rodríguez recibió su segunda dosis.

«Era algo que de verdad no me lo esperaba, peor viniendo de un país (Nicaragua) donde sabemos que las personas jóvenes estamos largos de poder vacunarnos. Aquí me pude haber vacunado desde el día que vine sin ningún problema. Gracias a Dios todo bien, no me dio ningún tipo de reacción más que un pequeño dolor en la parte que me pusieron la vacuna», relató la nicaragüense.

Mientras en los países de la región la jornada de vacunación avanza a un ritmo acelerado y ampliándose en diversos grupos de la población, en Nicaragua persiste rezago y poca disponibilidad de inyecciones, las pocas que han venido en su mayoría han sido donadas y el Gobierno solo ha comprado vacunas rusas y ahora cubanas que aún no completan el proceso de aprobación de la OMS, aunque se espera que se oficialice pronto. Mientras tanto la población espera, desespera, desconfía y busca alternativas accesibles y seguras para inmunizarse, así tengan que viajar por días para lograrlo.

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