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Centros comerciales con estaciones de vacunación, clínicas de autoservicio en parqueos públicos, vacunación casa a casa o con citas, esas son algunas de las acciones estratégicas que han desarrollado países del Centroamérica. Arriba la aglomeración en Nicaragua, abajo el proceso en El Salvador. LA PRENSA

Maratónicas y riesgosas jornadas de vacunación contra la covid-19 en Nicaragua. ¿Cómo podría el Minsa mejorar este proceso?

En marzo, el régimen presumió que el Ministerio de Salud estaba preparado como ningún otro en la región para una exitosa jornada de vacunación. A siete meses, el escenario es caótico: filas de más de 12 horas, sin distanciamiento físico y los grupos por edades se mezclan entre sí desesperados por garantizar su primera dosis

A siete meses de haber iniciado la jornada de vacunación contra la covid-19 en Nicaragua, el Ministerio de Salud (Minsa) solo ha vacunado al 4.2 por ciento de la población total, según los datos que se conocen hasta ahora. El proceso avanza lento y desordenado; comenzó con los adultos mayores (60 a más) y enfermos crónicos, y luego fue bajando el rango de edades de cinco años en cinco años. Actualmente es el turno de las personas de 30 a más años, sin límite de edad. Pero el caos de la primera semana de atención a este segmento joven evidenció una vez más las deficiencias, la falta de estrategia o de voluntad de parte del régimen de Daniel Ortega para garantizar una vacunación segura, rápida y eficaz.

El Minsa habilita puestos únicamente en los principales hospitales de Managua y rota en departamentos y sus municipios: un día por departamento únicamente. No se vacuna de lunes a domingo, el horario es limitado y hubo semanas discontinuas del proceso. Las dosis se consideran pocas; solo se han comprado biológicos a Rusia, y el resto de vacunas han sido gestionadas por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) a través del mecanismo Covax, en su mayoría donados por España, Noruega y Estados Unidos, entre otros donantes globales. No hay listas, estadísticas ni un proceso transparente para conocer el avance real de este proceso.

El resultado de la falta de transparencia: Nicaragua está en la cola del proceso de inmunización contra la covid-19 de la región. Este sistema provoca kilométricas filas, aglomeraciones, desorden y exposición de personas en el proceso, todo esto en el contexto de un rebrote en el que las cifras de contagios y muertes reportadas por la población supera las de 2020 y el Minsa —aún con cifras conservadoras que los médicos independientes cuestionan y la población contradice con sus reportes y denuncias en redes sociales— también reconoce un repunte de contagios que crecen cada semana.

INFOGRAFÍA proceso en la región :

Mientras los nicaragüenses hacen vela, largas filas y se exponen al virus en busca de su primera dosis de vacuna, en El Salvador el Gobierno dispuso de más de 100 centros permanentes de vacunación contra la covid-19 en todo el país, hubo autoservicio con citas y servicio de transporte para acercar a los pobladores de zonas alejadas a sus centros de vacunación. Costa Rica no solo activó sus estructuras del sistema de salud para la vacunación masiva, sino que se habilitaron clínicas en centros comerciales y se realizan jornadas a domicilio en zonas de difícil acceso o para población con problemas de movilidad.

En Panamá —como en la mayoría de los países de la región— el Gobierno promovió la vacunación ciudadana con campañas informativas y preventivas contra la covid-19, gestionó fondos para compras de emergencia de vacunas, además se enlistó para recibir donaciones y se desarrollaron estrategias y acciones claras para este proceso; ahora con más de la mitad de su población inmunizada, es el destino de “turismo de vacunas” del itsmo centroamericano. Solo por citar algunos ejemplos de países vecinos.

El Minsa tiene vasta experiencia en jornadas de vacunación, ¿qué está fallando?

Porcentaje de vacunación en la región:

En un artículo publicado por LA PRENSA en diciembre de 2020, el doctor Leonel Argüello, quien fungió como director de Epidemiología del Minsa durante los años 80 y lideró el Programa de Inmunizaciones a nivel nacional, expuso que en esa época —hace 41 años años— el sistema de salud pública enfrentó con éxito un sinnúmero de epidemias que aquejaban a la población, como el sarampión, la polio y tosferina.

Las jornadas se realizaban en el menor tiempo posible, a pesar de todo el proceso que eso conllevaba: realizar censos, capacitar al personal de salud y almacenar, trasladar y aplicar las vacunas desde Managua hasta los lugares más remotos del país.

«Los ministros por ejemplo, o iban ellos a supervisar la vacunación o tenían que mandar sus vehículos con conductor, porque todo el mundo apoyaba, no es como ahora que prácticamente el Minsa (solo) con apoyos de ONG y algunas empresas privadas. Antes era todo el Gobierno, se subordinada, digamos, al Minsa, incluyendo al Ejército cuando eran las jornadas populares. Aunque la institución sanitaria era pobre y no tenía recursos, sí tenía el apoyo de todas las instituciones», recordó en ese momento el epidemiólogo.

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Ciertamente, aunque el Minsa tiene la suficiente capacidad y experiencia en jornadas para brindar un mejor servicio a la población, esto no se ha aplicado en la actual pandemia de covid. La institución no ha sido capaz o no ha tenido el interés de crear campañas educativas, estrategias y protocolos que permitan un proceso más rápido, ordenado y que minimice la exposición de los nicaragüenses al contagio, reprochan médicos independientes y la misma población que padece las condiciones extremas a las que deben enfrentarse por garantizar su inmunización.

En seis días de esta jornada para mayores de 30 años se ha visto el desborde de la población en los pocos puestos de vacunación habilitados por el Minsa. La población, con sillas, bancos y hasta hamacas, llega a hacer guardia a los centros desde un día antes de las jornadas para garantizar al menos la primera dosis del biológico, en este caso AstraZeneca. Se han visto kilométricas filas de personas debajo del sol y la lluvia; se han visto discusiones afuera de los puestos de vacunación por el desorden y el primer día hasta hubo denuncias de la venta de espacios.

¿Qué acciones debería de implementar el Minsa?

De acuerdo con el mecanismo de vacunación empleado por el Minsa, en esta semana la jornada arrancó en los tres hospitales habilitados en Managua —Manolo Morales, Bertha Calderón, Antonio Lenín Fonseca—, y uno de sus municipios. Aunque en los departamentos la institución habilita más puestos, tratando de abarcar todo el departamento, reportes periodísticos denuncian que la cantidad de dosis son limitadas en estas zonas.

¿Cómo mejorar el proceso de vacunación?

 

El epidemiólogo nicaragüense Álvaro Ramírez criticó la estrategia que implementa el Minsa para desarrollar este proceso y alertó que estas aglomeraciones —sin ninguna medida de seguridad como el distanciamiento físico—, lejos de garantizar protección puede más bien acelerar el riesgo de infección. Sugiere al Gobierno pensar en otras estrategias para evitar más caos.

«La forma que el Gobierno lo está haciendo no ofrece bioseguridad, es caótica. Recordemos que tampoco hay muchas dosis, es decir, no hay cama para tanta gente. El Gobierno debería activar la vacunación en los diferentes centros de salud, con listado y haciéndolo con citas, con tiempos calculados. Incluso podrían ocuparse lugares más abiertos como estadios y otros espacios públicos. Realmente las cosas no se están haciendo bien y el pueblo es el que va a seguir pagando el precio con los contagios y muertes», lamentó el especialista.

La doctora Magda Alonso sugirió otra alternativa: emplear un sistema de citas a través de la plataforma virtual del Minsa, de manera que se brinde la atención de forma ordenada. También consideró importante mantener habilitados los centros de salud como puestos de vacunación permanentes en los diferentes barrios y comunidades del país.

«Así como para hacerse la prueba de covid-19 en el Minsa hay un sistema a través del cual agendás la cita de forma digital y te atienden todos los días, de la misma forma se deberían habilitar centros permanentes de vacunación y un sistema de citas para atender a la población», expresó la doctora Alonso a través de su Twitter.

Lea también: Adultos mayores en las extensas filas de vacunación para personas de 30 años a más y ciudadanía se muestra inconforme

En el caso de los departamentos y sus municipios, la especialista aconsejó hacerse la convocatoria y organizarlo de la mejor forma, «para que su viaje por la vacuna sea seguro y óptimo. Así como los mueven para actividades políticas, que se le facilite a todo campesino la movilización para acceder a la vacuna», agregó.

Una doctora de León compartió otras ideas de cómo debería de desarrollar el Minsa dicho proceso: «Primero debió haber convocado a un rango de edad más amplio, escoger sitios de vacunación donde no se promueve la aglomeración, mandar suficientes dosis. Ellos tienen el censo de la población y han visto que la gente está interesada en vacunarse, desplegar a la Policía a que custodie y supervise las filas. Si no tienen suficientes dosis pueden hacer citar por apellidos. Ejemplo: todos los de 45 a 30 años que su apellido inicia desde la letra A a la F».

Ciudadanía ve opciones, pero no voluntad del Minsa

«Esta vez hay demasiada gente, cuando me vine a vacunar —porque ya tengo las dos dosis—, no estaba así. No sé por qué (el Minsa) no pone más puestos de vacunación así como lo hacen para las votaciones que ponen escuelas y universidades», comentó a LA PRENSA una ciudadana que acompañaba a su hija a vacunarse en el Hospital Manolo Morales. Su reclamo fue incentivado porque a las 7:00 de la mañana —que pensó que llegaba temprano— ya la antecedía una ola de personas que desde la noche anterior hicieron la fila.

Un usuario de redes sociales imaginó cómo podría ser una jornada de vacunación exitosa: «Estadio Nacional. Piscinas Richardson e Injude, Polideportivo Alexis (Argüello) y España dando números. Sentando a la gente con una silla de espacio sin moverse. Pantallas presentando los números. 100 equipos de vacunación en cada sitio. El Ejército apoyando, la Policía apoyando. Turnos de 8 horas para los que vacunan. Atención extendida hasta las 8:00 de la noche. Selección por año y no por fecha de nacimiento por cada cinco años. Puestos adicionales para los que son de otros grupos de edades. ¿Por qué no? Porque son ineptos, negligentes y malévolos. Además de fanáticos», apuntó.

«Tienen lugares grandes y seguros para hacer campañas de vacunación y los medios para organizarlas y difundirlas. ¡Podrían usar una de las malgastadas ‘cadenas nacionales’ para hacerlo! Pero no. Al parecer, su plan más que vacunar es exterminar a la gente», refutó por su parte el caricaturista Pedro Molina en su Twitter.

Los mensajes en este tono y sentido propositivo se multiplican en las redes sociales, dejando en evidencia que cualquier ciudadano promedio ve que el país tiene opciones y espacios para brindar un mejor proceso de inmunización contra la covid, pero que el régimen no tiene interés ni voluntad por garantizar este derecho a la salud de una forma segura, extendida y rápida como amerita el contexto de pandemia.

El éxito en la estrategia de los vecinos de la región

A diferencia de Nicaragua, donde solo han dispuesto de hospitales y centros ligados al sector salud pública, los demás países de la región han habilitado la mayor cantidad de lugares para agilizar y ampliar la cobertura de la vacunación contra la covid-19, y de esta manera llevar un proceso organizado.

Por ejemplo, el Gobierno de Costa Rica reconoció que el trabajo en equipo del sector público y privado “ha sido clave” para las jornadas de vacunación. El sistema de salud habilitó puestos de vacunación en los parqueos de los centros comerciales, supermercados, empresas, universidades, escuelas, gimnasios, iglesias, entre otros; además de contar con una “vacumóvil” que recorre parques y playas.

Además de avanzar para alcanzar a la mayoría de su población nacional, desde hace un par de semanas Costa Rica vacuna a extranjeros que demuestren que residen en el país y migrantes en situación irregular o que están gestionando su permanencia en el país.

Guatemala y Honduras tienen a la disposición puestos de “autoservicio”, es decir, que las personas pueden llegar con sus vehículos y ser inoculadas sin bajarse del vehículo. Ambos países desarrollan sus jornadas —aparte de los lugares populares como escuelas o universidades— en instalaciones militares, como es el caso de Guatemala; y en estadios, como en Honduras.

En Panamá, el Gobierno está inmunizando a ciudadanos de 12 años a más y autorizó la vacuna a turistas a partir del 1 de octubre. Asimismo, como parte de una activa jornada manda a los trabajadores de la salud a vacunar a personas que viven en zonas de difícil acceso.

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Por su parte, El Salvador ha extendido el proceso de inmunización para personas mayores de los 12 años y ha empleado al menos cuatro mecanismos para desarrollar dicho proceso. Solo por citar otro ejemplo —fuera de los países de la región—, en México, el Gobierno ha dispuesto entre sus estaciones de inoculación los grandes estadios de Arena Ciudad de México y el Palacio de los Deportes. Las jornadas son por cita y conforme a las letras iniciales de apellidos.

En Nicaragua los estadios se siguen llenando de fanáticos deportivos que colman las graderías, las personas son convocadas por instituciones públicas a actividades recreativas donde se promueven las aglomeraciones sin cumplir las medidas de bioseguridad o se moviliza a simpatizantes orteguistas para actividades políticas, pero el Gobierno se muestra incapaz de presentar un plan estratégico y eficiente para inmunizar a la población y va dando a cuentagotas la agenda de vacunación, sin decir tampoco cuántas vacunas hay disponibles para un segmento que se muestra cada vez más interesado y desesperado en vacunarse contra la covid-19.

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COMENTARIOS

  1. Hace 3 años

    En los 80’s y 90’s el Minsa hizo un gran trabajo con las JNV, entrenando Brigadistas y Parteras, así como el control de diversas enfermedades, por lo que recibió reconocimientos internacionales. Hoy en día, con un Minsa politizado, donde el Sindicato y CLS toma las decisiones, han dejado mucho que desear con el manejo de la pandemia y la vacunación contra el Covid, con mucho desorden y falta de interés para realizar un proceso correcto para reducir afectación y muerte en la población. Todas las medidas mencionadas podrían ser suficientes para impedir el caos generado en este proceso. Todavía están a tiempo, pero parece que los técnicos de Minsa son más políticos que profesionales y en quien menos piensan es el pueblo a quien se deben; de los gobernantes y sus secuaces ya sabemos quienes son y pronto tendrán su merecido. En Estados Unidos con citas y disponibilidad en todos lados se ha logrado un gran avance, a pesar de los anti vacunas. Dios salve a Nicaragua.

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